Son tiempos de festejos para una de los grupos más queridos del punk rock local. Es que 2 Minutos, la banda cabecera de la zona sur del Gran Buenos Aires está festejando sus 35 años de vida activa, siempre con Walter «Mosca» Velázquez, primer y único frontman del quinteto desde los inicios de la banda, en los ’80. Más allá de las celebraciones, Mosca y los suyos acaban de editar una nueva versión de “Otra mujer” (un track editado en Valentín Alsina, disco debut del grupo publicado en 1994), que incorpora como invitada a Mimi Maura. Este tema y otras reversiones serán parte de un futuro disco basado en clásicos del grupo junto a célebres invitados que estará disponible en plataformas este año.

–¿Cómo eras de chico?

–Era hijo único y un pibe muy feliz. Vivía en Valentín Alsina, como ahora, y jugábamos a la pelota en la calle. Jugaba también a la mancha y otras boludeces. Ahora los pibes están en otra, con el celular y la play station. Es medio lógico porque no pueden salir a la calle, está todo re podrido.

–¿Siempre viviste en el barrio?

-Sí, totalmente. Imaginate que me mudé cuatro veces, pero en el rango de dos manzanas.

–¿Cuándo llega la música a tu vida?

-Desde muy pendejo. Siempre me gustó mucho escuchar cosas. Mis viejos no eran roqueros, pero se escuchaba mucha música. Yo crecí con el rock nacional: Spinetta Jade, Serú Girán. Me acuerdo que de pibito, en la primaria, descubrí a Moris.

–¿En tu casa que se escuchaba?

-Papá y mamá escuchaban folklore combativo. Cosas como Cafrune, Larralde, cumbias colombianas. Lo más moderno era Palito Ortega o José Luis Perales.

–¿Y el punk rock?

-Fue en la adolescencia. Me acuerdo que compraba revistas de rock y escuchaba mucha radio también en los ’80. Fue por ahí. A los Ramones los conocí de re pendejo, y mirá lo loco de todo esto que terminé tocando con ellos unas seis veces.

–Después de un under fuerte, 2 Minutos arranca con éxito de la mano de “Ya no sos igual”. La historia de un tipo de barrio que se hace policía. ¿Lo que cuenta el tema es verídico?

-Sí, era un chabón de acá, un rati. En realidad, no era para él sino para otro rati, pero él se comió que era para él. Nunca más supimos nada de ese muchacho. Ahora debe ser un policial que ya está jubilado, y como en las películas podríamos decir que es una historia real, pero con algunas pinceladas extra.

–Esa canción los llevó a sonar en todos lados. ¿Cómo tomaron semejante suceso?

-Yo creo que desde aquellos tiempos hasta hoy, la gente está totalmente equivocada (risas). Yo aún no sé por qué pasó todo eso, así que lo veo más bien como un error de la Matrix. Algo raro pasó con todo ese éxito.

–La banda siempre hizo del consumo de birra una bandera. ¿Seguís tan fundamentalista de la cerveza como siempre?

-Sí, aunque no tanto como antes. Yo tomo cerveza, vino, lo que mande. Sin embargo, bebemos con moderación.

–¿En algún momento las marcas de cerveza se pelearon por auspiciar a 2 Minutos?

-No, pero las estamos esperando (risas). Hemos invertido mucho dinero y salud en cerveza. ¡Lo merecemos! (más risas). Nos encantaría que venga el señor tal y nos dé su apoyo para ponerlo en la tapa del disco.

–Conociste a muchos músicos míticos del mundo del rock. ¿Te saltó alguna vez el fan cholulo?

-Nosotros tocamos con cientos de tipos grosos. Con los Ramones un montón, pero solamente una vez los fuimos a visitarlos al camerino, que si mal no recuerdo fue en 1994, en la cancha de Vélez. Fueron cinco minutos, así que puedo decirte que soy nada cholulo. Tocamos con Sex Pistols y con cientos más, pero no soy así.

–En 1996, los Ramones hacen su último show en la Argentina y vos tocaste con 2 Minutos. ¿Con el paso del tiempo, cuán especial es todo eso?

-Fue algo apoteósico, te diría. Hay un video de Maradona cuando era chico donde dice que quería jugar en la Selección y todo eso. Bueno, yo de pendejo tenía discos de Ramones y luego toqué con ellos. Fue un sueño todo eso hasta llegar ahí.

–2 Minutos está cumpliendo 35 años. ¿Te imaginabas que la banda tendría semejante longevidad?

-Cuando se decidió armar este grupo todos le pusimos huevo y corazón, hicimos unas quince canciones y salimos a tocar. Eran todas nuestras porque no queríamos nada de covers. La onda era llegar lo más lejos posible, pero nunca nos imaginábamos que íbamos a viajar por el mundo, durar 35 años e ir por más.

–¿Te arrepentís de algo?

-Esa es una pregunta muy profunda para contestar después de comer arroz con pollo como comí recién. Lo mejor es que pongas que no sé, ni puedo contestar. El famoso, no sabe y no contesta (risas).

–¿Qué es el éxito a esta altura de tu laburo?

-El éxito es tan efímero como un pedo (risas muchas). Es así de sencillo y de simple. Yo nunca me comí ninguna con toda esa boludez del éxito. Es algo bastante pelotudo creerse ese mambo de estar en la palestra. Si hay que ponerse serio, te digo que el éxito es estar para seguir tocando.

Foto: Edgardo Gómez