Publicó por primera vez a los 14 años. Pero desde aun más chico, Miguel Repiso sabía qué quería ser. El prestigioso dibujante y humorista gráfico, conocido como Rep, nació en San Isidro pero fue criado en Boedo. Sus viñetas se hicieron un clásico en Página/12, llegaron a diarios españoles como El País y La Vanguardia, y también a la agencia Télam. Paralelamente, les dieron forma a más de 20 libros.

Por estos días ultima detalles para Mundo Rep, su inminente nuevo programa en la TV Pública.

–¿Cómo definirías tu estilo como dibujante?

–Soy humorista gráfico. Es una manera de transmitir lo que pienso, dar mi visión de la vida. Soy un dibujante que expresa ideas a través del humor.

–¿Cómo encontraste esa forma de comunicar?

–De niño. Publiqué pronto, nunca dudé de lo que quería. El dibujo es parte de mí desde siempre. El humorismo se fue sumando a eso. Es mi lenguaje. Veo las cosas con humor porque no me gusta la realidad. Por eso la caricaturizo, le busco la vuelta absurda

–¿Se puede mejorar a esta altura de tu carrera o sentís que ya está?

–Voy a estar insatisfecho hasta que me muera, tratando de lograr nuevas líneas de expresión o buscando convivir con lo que hago. También tratando de renovarme, aunque sean sutilezas. Busco constantemente evolucionar, en el trazo y en la manera de contar lo que quiero contar.

–¿Tenés un color favorito?

–El azul.

–¿Por algo en especial?

–Es el que mejor me cae. Va más allá de lo racional.

–Dibujante, caricaturista, historietista, humorista gráfico. ¿Alguna de esas categorías te seduce más?

–Son un plomo. Pero la gente necesita entender qué es lo que hago para vivir, parece (risas). Siempre estoy dibujando, eso sí. Y me dedico a todo lo que está relacionado.

–¿Qué te gusta hacer cuando no estás trabajando?

–Leer y escuchar música. Es lo que haría todo el día si no dibujara tanto

–¿Qué lees? ¿Tenés un horario para hacerlo?

–Todo el tiempo y de todo. Literatura, ensayo o poesía. Según la curiosidad del día en cuestión.

–¿Qué música te gusta?

–Me manejo por obsesiones. Pero si tengo que definirme, lo que más me gusta es el rock que viene de Inglaterra. Escucho todo lo que hay entre los Beatles y Radiohead.

–¿Qué sentiste cuando te publicaron tu primer ilustración?

–Sorpresa, porque era muy chico. Viéndolo ahora, creo que era muy chico aún, podría haber esperado un poco más.

–¿Qué te hubiese permitido eso?

–Estar más centrado, encontrar un estilo. Me hubiese permitido tener menos Migueles que explicar. De los 14 a los 19 tenía un estilo, luego cambié y así.

–¿Cómo fue tu infancia en Boedo?

–Imaginativa y libre. Fue una época feliz, no tengo conflictos.

–Cuándo volvés, ¿cómo ves el barrio?

–Lo veo bajito, pero me gusta. Antes volvía y lo veía enano, pero ahora lo veo en su justa escala. Es un barrio que no mutó y eso me gusta. Todo cambia tanto que está bueno que el paraíso de la infancia de uno se mantenga. O no cambie tanto como otros barrios. Me gusta mucho volver de vez en cuando.

–¿Cómo te iba en el colegio?

–Bastante bien. Hasta tercer año del secundario sin problema, pero ese año me costó y abandoné. No estudie más nada. Ya estaba publicando y la fiebre por dibujar no me dejó hacer otra cosa.

–¿Creés que el arte puede transformar la realidad o simplemente hacer reflexionar sobre ella?

–El arte modifica solo a los y las artistas. A los demás los acompaña haciéndolos pensar y sentir. El arte no alcanza para cambiar el mundo. Ojalá, pero no. Los cambios solo se dan por la acción de los colectivos que para ello trabajan.

–¿Cómo describís la sensación que te invade cuando estás muy concentrado y solo estás pensando en el dibujo que estás haciendo?

–Es una sensación de calma, de mucho silencio. Es algo que tengo incorporado en mí y en mi vida laboral. Soy un tipo muy para adentro. Lo que hago es cerrar las puertas hacia el exterior hasta que aparece el dibujo.

–¿En qué momento del día te sentís más creativo?

–Cuanto más tarde, mejor. A la mañana suelo estar de mal humor y las ideas no fluyen. A la noche siento que tengo más lucidez y estoy más tranquilo.

–¿Qué pensás del futuro? ¿Cómo manejás la ansiedad de lo que vendrá?

–No soy relajado para nada y sé que el futuro es incertidumbre. Pero el pasado también lo es.

–¿Qué le dirías a alguien que viene de otro planeta y quiere entender cómo funciona la humanidad?

–Estamos aquí para  convivir, para amar y para morir. «