-¿Cuánto hace que no tocás en vivo?

-Un año.

-¿Y eso se siente en el físico?

-Te lo digo mañana.

Dice y estalla en carcajadas el saxofonista, compositor y docente Ricardo Cavalli, que esta noche -sí, a las 21 de este 8 de abril- se presenta con Ernesto Jodos, (piano), Diego Rodríguez (contrabajo) y Eloy Michelini (batería) con su Ricardo Cavalli Standard Quartet para hacer Volando de la mano de Charlie Parker en el Ciclo “Jazz en el Abasto» del Rondeman Abasto.

“Yo estoy en forma -completa ya sin risas- Tengo 35 años de encima de tocar, y creo que de repente es como irte de tu país y no hablar tu idioma, y un día volver y tengo que hablarlo: supongo que no me habré olvidado de nada”.

Cavalli cuenta que está “súper enfocado” en el show porque ese es “el desafío: se trata de poder mantener el foco ante situaciones muy cambiantes. Y el desafío que hoy tenemos como humanidad es difícil: no sabemos muchas cosas sobre esto, y al mismo tiempo sabemos otras muchas que son muy difíciles de digerir.” En ese contexto, se presenta horas antes del comienzo del nuevo tipo de aislamiento que se impuso ante la nueva ola de coronavirus, aunque no teme que lo saque corriendo: “Miedo es lo que trato de no tener todo el tiempo.”

Así las cosas, será una noche especial. “Un desafío”, define. “Ya lo es hacer a Charlie Parker, y en el estilo bebop, que es un estilo muy desafiante en el vivo y nos exige a todos estar en el mejor de nuestros rendimientos para estar a la altura. Es una música súper desafiante, rica armónicamente que nos lleva a tener que dar lo mejor de nosotros en cada bit, en cada pulso, instante. Un plan muy austero y muy profundo a la vez”, agrega Cavalli.

La música de Parker se inscribe en “un momento de la posguerra, de la preguerra, donde la vida era muy efímera, todo pasa muy rápido, la tensión estaba en el aire, hay mucha incertidumbre. De ahí también vinieron esas armonías más tensionadas, oscuras, ritmos muy frenéticos; había que ser ágil, tener muy buenos reflejos, es un momento muy intenso emocionalmente. Mientras que las Big Band reflejan un momento de oro de la historia, un buen momento, un buen vivir, poder relajarse, poder distraerse, conquistar sueños. El jazz fue un espejo que fue reflejando detrás de su arte estos momentos sociales muy intensos”.

En ese sentido, a diferencia de otros géneros y estilos, el jazz -que tiene casi su manifestación por excelencia en el vivo- “es un arte muy social: necesitamos de la reunión con otros músicos para seguir manteniendo nuestro arte en forma”. Y por eso la situación pandémica le es especialmente perniciosa. “Estar en una sala de ensayos, encerrados, sin renovación de aire ideal y a veces sin distanciamiento, no es algo muy inteligente hoy ante esta situación sanitaria. Entonces no estamos tocando todo lo que quisiéramos para mantenernos en forma, más allá de lo económico, que es un perjuicio enorme. Esta nueva restricción embarra un montón. Habrá que hacer los shows más temprano como se hace en Estados Unidos, aunque es muy difícil cambiar los horarios a la gente, pero hay que intentar cosas.”


Ciclo Jazz en el Abasto. Ricardo Cavalli Standard Quartet. Volando de la mano de Charlie Parker. Jueves 8 de abril, a las 21 en Rondeman Abasto, Lavalle 3177. Ricardo Cavalli (saxo alto), Ernesto Jodos (piano), Diego Rodríguez (contrabajo), Eloy Michelini (batería).