¿Qué sucedería si para mantener el trabajo hay que cruzar la barrera de lo legal? La pregunta sobrevuela la conciencia de Rosa, figura central de La chica que limpia, la nueva ficción de Cine.ar, pero no la paraliza porque no le dan opción a elegir. La serie protagonizada por Antonella Acosta hace foco en la vida de una joven mujer que trabaja día y noche como personal de limpieza, y que por sus habilidades en las tareas del aseo y un hecho fortuito terminará borrando escenas de crímenes para la mafia. 

Los 13 capítulos de La chica que limpia fueron filmados y producidos en Córdoba. La propuesta tuvo que peregrinar por diferentes países para encontrar pantalla. La serie del director Lucas Combina fue emitida en la TV de Estados Unidos, luego en el Reino Unido para recién llegar hace días a la plataforma de membresía gratuita de Cine.ar.

“En nuestro país estuvimos buscando pantalla durante un tiempo y no resultó. También sabíamos que existía y existe una crisis con la ficción nacional. Desde el director, pasando por los actores y todos los que trabajamos en esta historia, estamos muy entusiasmados ya que por fin podrá ser vista en nuestro país. Es muy curioso que la serie haya sido vista primero en el exterior y luego acá. Inclusive los productores tuvieron propuestas para adaptar el libro a temáticas de otros países”, revela Acosta.

Antonella Acosta (Garage Olimpo, Diarios de Motocicleta, Mujeres Asesinas) estuvo a punto de abandonar la actuación para dedicarse a la docencia, cansada de los vaivenes y las incertidumbres del oficio de ser actriz. ¿Cuál fue la razón del regreso? “Fundamentalmente me cautivó la historia de una persona que puede ser cualquiera de nosotros y que se topa con una trama oscura, con cadáveres, asesinatos. Es una aventura artística para el actor pero también algo que puede estar a la vuelta de la esquina. Es tomar conciencia de cosas que suceden a diario”.

Rosa recibe la propuesta que no pude rechazar de la mafia y eso le permite costear el tratamiento médico para su hijo, pero sobre todo abre el juego a un policial con toques de humor y suspenso que le da originalidad e impacto a La chica que limpia. Acosta concluye: “Pude ver que el uniforme hace a estas personas casi invisibles para el resto de la sociedad. Hay como una cosa de casta en nuestro país y eso se ve en el trato que le dan los demás. Mi personaje sufre ese destrato que parecería avalarlo el solo hecho de tener un uniforme.  En definitiva, se trata de una serie que da cuenta de las penas y los sacrificios que sufren muchos miembros de la sociedad que no están protegidos como otros.” «