La Corte Suprema de Estados Unidos revisará el histórico fallo Roe vs. Wade que desde 1973 permite el aborto a lo largo y a lo ancho del país. Esto ocurre apenas tres meses después de que el estado de Texas pusiera en marcha una ley que prohíbe el aborto luego de la sexta semana de embarazo y que, además, incentiva con una recompensa de hasta 10 mil dólares a quienes denuncien a cualquiera que ayude a abortar luego de ese período.

Hoy la Corte estadounidense tiene en ejercicio la configuración más conservadora. Compuesta por 9 magistrados, 3 de ellos fueron nominados por el expresidente Donald Trump y se sumaron a otros 2 del ala conservadora de la casa; solo 3 votos quedan para las causas progresistas. Hoy este plantel empezará a analizar una causa que no necesariamente tenía prioridad en su agenda, pero que fue, no casualmente, elegida para ser tratada antes de que se termine 2021. 

Estamos hablando de un pedido del estado de Mississippi para que en su jurisprudencia la interrupción del embarazo sea prohibida luego de que se cruce la línea de las 15 semanas de embarazo. 

El último 22 de julio, la fiscal general de este Estado, Lynn Fitch, hizo un llamado para que la Corte Suprema invalidara el precedente de Roe vs. Wade que despenalizó el aborto, con el fin de mantener legal la disposición del estado sobre el cuerpo de sus ciudadanes. Esto porque, la legislación de Mississipi, aprobada en 2018, que prácticamente prohíbe todos los abortos después de las 15 semanas de gestación sería revisada.

En el documento de 60 páginas, la representante legal de Mississippi, dice que ha llegado el momento de que los jueces descarten el precedente de Roe vs. Wade, de 1973, además de Planned Parenthood vs. Casey, de 1992.

Planned Parenthood vs. Casey fue el otro caso histórico de la Corte Suprema con respecto al aborto, que ayudó a elaborar el estándar que protege el derecho de la mujer a optar por un aborto antes de la llamada ‘viabilidad fetal’, que se daría en el marco de las 24 semanas.

“Roe y Casey son decisiones sin principios que han dañado el proceso democrático, envenenado nuestro discurso nacional, plagado la ley y, al hacerlo, perjudicado a esta Corte”, dice el documento presentado por Lynn.

Los argumentos de Mississippi

Este miércoles (1), la Corte empezó a escuchar el caso de Mississippi. Entre los argumentos de sus abogados está la idea de que en los últimos 50 años “las mujeres han conquistado sus propias formas de lograr un mejor equilibrio para el éxito en sus vidas profesionales y personales”. 

Otro punto levantado por ellos es que la ley del aborto debería depender de los estados y que, gracias a los avances científicos, los fetos podrían sobrevivir fuera del útero.

En un artículo para el diario The New York Times, Claire Cain Miller dice que lo novedoso sobre este caso, sería la utilización del argumento de que la oportunidad económica estaría hoy en otro nivel que en el 1973.

Aquellos que abogan por Mississippi escribieron que ya existen “numerosas leyes promulgadas desde Roe, que abordan la discriminación por embarazo, garantizan el tiempo de licencia maternidad, promulgan la ayuda con el cuidado de los niños y facilitan a las mujeres perseguir tanto el éxito profesional como una rica vida familiar”, textual.

La periodista del Times, sin embargo, recuerda que “estas políticas no existen o son débiles, a nivel federal o en Mississippi”. Estados Unidos se destaca por su ausencia de licencia nacional remunerada: es uno de los seis países del mundo y el único país rico que no la tiene. Apenas proporciona 12 semanas de licencia sin goce de sueldo, pero casi la mitad de les trabajadores no califican y muchos más no pueden permitirse tomar una licencia sin goce de sueldo. Algunos estados tienen licencia familiar pagada, pero Mississippi no sería uno de ellos, recuerda Miller.

Otro argumento presentado por Mississippi y quienes apoyan el caso del estado es que no hay forma de probar el vínculo causal entre el derecho al aborto y la capacidad de las mujeres para desempeñar un papel igualitario en la sociedad.

“Puede ser posible afirmar de manera anecdótica que el aborto de una mujer en particular pareció preservar su oportunidad de obtener un trabajo o título en particular. Pero es imposible afirmar que el acceso al aborto es especialmente responsable del progreso que han logrado las mujeres estadounidenses”, apuntan 240 académicxs y miembros de grupos antiaborto en un informe presentado a los magistrados.

Por otro lado, un grupo de 154 economistxs que también envió sus apuntes a la corte, rebate la idea de que la crianza ya no afecta las trayectorias de las mujeres. Además, dijo el grupo que investigaciones han demostrado los efectos causales del acceso al aborto. Como en el trabajo de Caitlin Knowles Myers, economista de Middlebury y una de las autoras del informe, quien compara a personas similares con y sin acceso a políticas de control reproductivo. 

“Las tendencias en el comportamiento sexual sugieren que el mayor acceso de las mujeres jóvenes a la píldora anticonceptiva impulsó la revolución sexual, pero ni estas tendencias ni las estimaciones de diferencias en diferencias apoyan la opinión de que esto también condujo a cambios sustanciales en la formación de la familia. Más bien, las estimaciones sugieren firmemente que fue el acceso liberalizado al aborto lo que permitió a un gran número de mujeres retrasar el matrimonio y la maternidad”, concluye Myers en su estudio.

La defensa

Son 5 mujeres las que están encargadas de frenar el avance de Mississippi sobre el aborto legal. “Hay muchísima presión. Este es un momento crucial en Estados Unidos”, reconoció Jenny Ma en una entrevista para la agencia Efe.

“Esta es la primera vez en 50 años que el Tribunal Supremo va a decidir sobre la constitucionalidad de un veto al aborto antes de la viabilidad (del embarazo)”, explicó Julie Rikelman, otra de las abogadas que estará a cargo de rebatir los argumentos que terminarían con Roe, en una rueda de prensa este mes.

Hace tan solo cinco meses que el Supremo aceptó pronunciarse sobre el caso: “estamos en un camino de retroceso que ahora mismo solo compartimos con Polonia, y eso es increíblemente triste, pero creo que la lucha por la justicia es muy larga y es dura”, reflexiona Jenny Ma.

Rikelman refuerza la idea de que el derecho a abortar “es realmente crucial para la igualdad de las mujeres, para su participación igualitaria en la sociedad”. Resalta que “la gente depende del hecho de que podrán decidir cuántos hijos tienen, de que no será el estado donde viven el que tomará esta decisión por ellas. Y eso ha sido clave para que la gente pueda estructurar sus vidas”.

Consecuencias

Para las defensoras del derecho de decidir, el daño causado si se pone fin a Roe sería caótico no solo para las mujeres que viven en territorios conservadores. Aquellos estados que decidan preservar la legalidad del aborto podrían ver sus clínicas colapsadas por la llegada de pacientes de otras partes del país.

“Básicamente, estaríamos hablando de dos Estados Unidos, de un país donde el acceso a un servicio de salud esencial depende de dónde vives o el estado en el que naciste”, sintetiza Jenny a la Efe.

Si el Supremo deroga “Roe versus Wade”, cada territorio sería libre de permitir o prohibir el aborto, y se espera que alrededor de la mitad de los estados del país tomen medidas para vetarlo.

Solo en 2021, fueron introducidas más de 500 restricciones al aborto en 46 estados, según un sondeo del Instituto Guttmacher, citado por el medio The Hill. Además de otras 60 medidas antiderechos que han llegado a ser promulgadas.

La historiadora legal, Mary Ziegler, dijo en Front Burner de la CBC News, que entre 20 y 25 estados en total podrían pasar a prohibir el aborto en caso de que sean aceptados los argumentos de Mississippi. Por otro lado, ella estima que, aunque Roe vs Wade no sea revocado en esta oportunidad, esto no podría ser considerado como una guerra ganada, sino como una pausa hasta la próxima batalla por el mantenimiento de un derecho que parece estar cada día más al borde en la tierra de la libertad.