María Pía Ceballos es activista militante travesti trans afroindígena salteña. Así se presenta. Integró el Observatorio de Violencia contra las Mujeres y en ese sentido mantiene una militancia profunda.

Como cada año, este año marchó en la marcha contra los travesticidios y transfemicidios en el marco del 35° Encuentro Plurinacional. «Fue emotivo participar en este encuentro que nos incluye», dice Pía a Tiempo Argentino, apenas terminada la marcha. «Este cambio fue fruto de la lucha colectiva, por eso siempre es tan importante que todas las diversidades se mantengan unidas», agrega.

–Es un punto de inflexión el cambio de nombre, ¿qué se construye a partir de ahora?

–Creo que ahora se construye esta cuestión que tiene que ver con la plurinacionalidad, con el reconocimiento de las múltiples identidades indígenas, también de los pueblos originarios. Allí las disidencias somos parte de eso. Yo me reconozco una travesti afro indígena salteña, porque hay allí un reconocimiento y una visibilidad de dónde nosotros hablamos. Esas intersecciones también son importantes para pensar en las agendas a futuro. 

–Como travesti indígena, ¿cómo viviste lo que pasó el martes en Villa Mascardi?

–Fue algo tremendo. Doloroso para nosotras que veníamos denunciando ya hace mucho el tema de los terricidios, los desalojos, el extractivismo a nuestra tierra y a nuestra naturaleza. Nosotras las mujeres y las diversidades indígenas ahí tenemos una bandera que levantamos porque estas hermanas que están detenidas y que el día de hoy nos enteramos que fueron trasladadas con prisión domiciliaria, está sufriendo. No debe quedar ahí. Debe visibilizarse lo que pasa en todo el territorio de nuestra Argentina con los desalojos. En la provincia de Salta tenemos la comunidad de Lules, donde el Poder Judicial sacó un fallo sancionando a la comunidad, cuando son las comunidades indígenas quienes abrazan y protegen el territorio. Sin lugar a dudas, nosotras estamos viendo a proyectos de corporaciones políticas que van en detrimento de la naturaleza, pero sobre todo de la expulsión de quienes venimos protegiendo y quienes somos guardianas de esta tierra. Nosotras, las mujeres y las diversidades, vamos a seguir defendiendo a nuestras hermanas mapuches que están hoy en conflicto, como todos los conflictos que se presentan en el territorio, y buscamos denunciar a quienes son cómplices: los estados, las milicias, las corporaciones, las empresas. Venimos denunciando este extractivismo. Esto tiene que ver también con nuestras corporalidades que son territorio, nosotras somos guardianas de ese territorio y lo vamos a defender.
¿Qué vinculación tiene lo que hizo este gobierno con ese operativo y los discursos de odio?

–Los discursos de odio tienen una antesala y esa antesala tiene que ver con el racismo, con el colonialismo, con lo que los Estados han fomentado también en términos de persecución y criminalización de aquellos indígenas, negros, jóvenes, disidencias y diversidades. Esto debe permitir que nosotras nos sigamos uniendo en redes para resistir. Esa democracia en la que nos invitan, en donde se privan de la libertad de proteger los Derechos Humanos. Eso se puso en pugna, la protección de los Derechos Humanos. ¿Qué pasa con las mujeres y las niñas que fueron violentadas? Hay un grupo de personas antiderecho, antigénero, pero también es una política de derecha que quiere exterminar los pueblos originarios, las disidencias. Ese odio lo promueven acá en Argentina, gente que pertenece a grupos políticos de derecha, a grupos políticos religiosos y también a feministas terf, a feministas trans excluyentes.

–¿Cuál es el trabajo que hay que hacer para erradicar los discursos de odio?
–Es posible, creo que venimos dando esa pelea, venimos dando. Ya estamos haciendo una experiencia para contrarrestar en la región a través de redes, a través de estos encuentros para hacerle frente a estos discursos y frente estos patrones patriarcales que no solamente explotan, oprimen, sino también matan. A lo largo de estos años lo que sí sé es que nos morimos a temprana edad en la región a personas travesti trans, entonces no, no, no es suficiente la política pública.

–¿Qué significa la renuncia a la ministra Elizabeth Gómez Alcorta?

–Es un tema muy complejo el que se había presentado, no sólo por cómo actuó el Estado con la fuerza de represión y de militarización a las hermanas mapuches. Creo que era muy importante que la ministra no sólo tenga declaraciones, sino se actúe frente a esto. La renuncia ha venido a que nosotras podamos reflexionar y debatir qué está sucediendo con el Estado frente a las respuestas, no solo a la violencia, sino también a toda la problemáticas que llevamos como agenda las mujeres y disidencias que tienen que ver con las tareas de cuidado, con los femicidios, travesticidios, transfemicidios y con problemáticas muy complejas. Nosotras allí creemos que es importante la lucha que hemos dado como mujeres y disidencias en las calles para conquistar la institucionalidad de nuestras agendas con un ministerio. Entonces hoy tenemos que defender un ministerio. No podemos descuidar lo que hemos logrado, que no desaparezca con un gobierno de derecha lo que tanto nos costó en la calle: años para institucionalizar un Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad. Creo que hoy está en pugna eso.   «