“El movimiento feminista me salvó la vida”. La conclusión pertenece a Jessica Rodríguez, quien denunció haber sufrido abusos, maltrato y violencia entre 2014 y 2018 por parte de su expareja y padre de sus hijas, Pedro Mallada, y del abogado Mariano Mera Figueroa, para quien trabajaba como ama de casa. La espiral de violencia culminó en un secuestro y amenazas para que declare a favor de Mera Figueroa, en otra causa de abuso sexual.

Gracias a sus vínculos con el movimiento feminista y a su valentía durante el secuestro (ver aparte), Jessica logró dar con la policía y comenzar las acciones que llevaron a la detención de Juan Schirmo, Osmar Moyano y Ernesto Duarte, por secuestro extorsivo en concurso con robo y lesiones. Por su parte, Mallada se vio sorpresivamente beneficiado con una absolución por “falta de mérito”. Con todo, el principal eslabón de la cadena del horror, Mera Figueroa, se encuentra prófugo de la justicia desde hace dos años.

En este contexto, Jessica declaró a principios de este mes en la audiencia oral y pública del juicio llevado adelante por el TOC Nº 10. La abogada Gabriela Carpineti, actual directora Nacional de Promoción y Fortalecimiento para el Acceso a la Justicia, patrocinó a la víctima desde 2018 hasta el inicio del juicio oral.

“El Juzgado de Instrucción 56 a cargo de Adrián Litvack, y la Secretaria 57 a cargo de Isidro Rojas son los responsables de que el principal autor procesado por el delito de privación ilegal de la libertad en concurso con otros delitos gravísimos siga libre”, apuntó Carpineti en redes sociales.

Luego, la letrada cedió la representación de la querella Nicolás Rechanik y Romina Ávila, “que están sufriendo intimidaciones varias”.

Rechanik explicó a Tiempo: “Mera está imputado como actor material e intelectual y los demás como coautores. Mera es una persona muy poderosa. Más de lo que imaginamos”. Mera está prófugo desde hace dos años y “sabemos que está en la Ciudad de Buenos Aires”, pero “el Juzgado de Instrucción 56 hace todo lo posible para que no lo encontremos”.

Jessica declaró durante siete horas y “fue muy contundente”. Luego de las testimoniales, llegaría la etapa de alegatos y, finalmente, la sentencia. “Esperemos que se haga justicia. Que no haya una condena sería un escándalo, pero no sería la primera vez”, concluyó Rechanik.

Quién es Mariano Mera Figueroa

Mariano José Mera Figueroa Alba es hijo de Julio Mera Figueroa, quien fue ministro del Interior durante la primera presidencia de Carlos Menem. La hermana de Julio es la madre del exgobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey Mera Figueroa. Julio tuvo también un breve matrimonio con Agustina Braun Blaquier -perteneciente a la aristocracia porteña-, que se celebró en la Quinta de Olivos. Mariano Mera Figueroa es también primo del exvicegobernador de Catamarca, Dalmacio Mera.

Además de la espalda familiar, Mera Figueroa fue asesor de Menem en la candidatura presidencial de 2003, candidato a jefe de gobierno porteño por el partido de Aldo Rico y candidato a presidente de River Plate.

Más tarde, Mera Figueroa se convirtió en asesor de la municipalidad de Merlo. Su influencia allí era tal que los detenidos por el secuestro son dos empleados municipales y un abogado que también tenía vínculos con el municipio. Mallada era también empleado municipal. Cuando el escándalo estalló y la justicia ordenó su captura por abuso sexual, lesiones dolosas leves y privación ilegítima de la libertad, cortó sus vínculos con la municipalidad.

Detalles de la declaración de Jessica Rodríguez

2008: Jessica conoce a Pedro Mallada y a Mariano Mera Figueroa, en la “Fundación Joven 2000”.

2014: Nacen sus hijas.

2015: Jessica decidió irse junto a sus hijas producto de diversos actos de violencia de género ejercidos por Mallada, que fueron denunciados en su momento.

2017: Jessica vuelve con Mallada, bajo promesas de recuperación de adicciones, y comienza a trabajar como ama de casa de Mera Figueroa. Ella se mudó allí con sus hijas y con Mallada.

Según el relato de Jessica, sus labores incluían masajes al abogado y tareas fuera de su horario laboral. Por ese entonces, Mera Figueroa tenía una relación con Micaela Rodríguez, una vecina. Jessica declaró ser testigo de los maltratos del abogado hacia Micaela, quien a su vez denunció a Mera Figueroa por violencia de género y abuso sexual, en noviembre de 2017.

2018: ante la cadena incesante de maltratos, Jessica convence a Mallada de mudarse. Meses más tarde, Jessica contó que Mallada intentó abusarla sexualmente, por lo cual se fue de la casa.

Según la denuncia, Mera Figueroa intervino y convenció a Jessica de volver a trabajar en su casa, con el argumento de que Mallada había tenido una recaída en sus adicciones y esto derivaba en maltrato a sus hijas. Jessica volvió.

En agosto de ese mismo año, Jessica denunció que Mera Figueroa la manoseaba constantemente, intentaba besarla por la fuerza y una noche la tomó de los pelos y la obligó a practicarle sexo oral.

El vínculo feminista

Coaccionada por Mera Figueroa, Jessica debía declarar en contra de Micaela en la causa por abuso y violencia de género. Sin embargo, optó por irse de la casa junto a sus hijas, a lo de su abuela.

Por medio de Micaela Escalante, otra mujer que denunció a Mera Figueroa por abuso sexual, Jessica toma contacto con Micaela Rodríguez, quien la asesora hasta que finalmente radica la denuncia contra el abogado.

En su declaración, Jessica remarcó la ayuda que recibió por parte del movimiento feminista. Dijo que allí milita desde 2015 y que comenzó a vivir esporádicamente en diferentes casas de compañeras. En el seno del movimiento, se sintió protegida junto a sus hijas.

El secuestro

Una noche de tantas, la madre de Jessica llevó a las nenas a la cancha de Boca, donde las esperaba Jessica. Eran habitué de La Bombonera. Antes del partido, Jessica recibió un llamado de su madre. Siempre según la denuncia, Mallada las había interceptado en Plaza Armenia y se puso a jugar con las nenas. Un rato después, se las llevó sin que la abuela pudiera impedirlo. Jessica comentó la situación con un conocido de la cancha, apodado El Turco.

El Turco la llamó al día siguiente, aparentemente preocupado por la situación, y le propuso encontrarse en el bar Blues Special. Se encontraron, pero apareció en escena alguien que no estaba previsto: Mera Figueroa, quien le dijo que si quería volver a ver a sus hijas debía acompañarlo. Jessica se negó y Mera Figueroa lo tomó por la fuerza, junto a otros dos hombres, y la metieron en un auto Fiat Stylo.

Con Mera Figueroa al volante, los cómplices la golpearon, le sacaron el celular, la SUBE y el dinero que tenía encima. El destino del viaje fue un galpón lindero a una parrilla propiedad del abogado.

“¿Cuánto te pagaron? ¿Quién te mandó? ¿Por qué me traicionaste? ¿Querés que te mate? ¿Sabés lo que se le hace a los traidores?”, fueron las preguntas que escuchó Jessica mientras recibía golpes. Luego del brutal interrogatorio, la llevaron a la casa de Mallada, donde estaban sus hijas. Al día siguiente, Jessica debía declarar contra Micaela Rodríguez.

“Mirá, a las personas que hacen las cosas bien, les va bien. Y a los que hacen las cosas mal, les va mal. Y no solo a vos, sino a los que te rodean. Vos tenés responsabilidades que son tus hijas. No las pongas en riesgo. Vos sabés lo que tenés que decir. Decí que el movimiento feminista te coaccionó para hacer una denuncia contra Mera Figueroa. Si querés, no nombres a nadie; solo al movimiento feminista. Y te vas a quedar en la casa de tu ex hasta que se aclare la situación”, fueron las palabras del abogado defensor de Mera Figueroa -hoy detenido- en la causa contra Micaela. Ante la atenta mirada el abogado, Jessica escribió y firmó lo que le dijeron que escriba y firme.

Sin poder salir de la casa de Mallada, Jessica encontró un chip de celular y se las arregló para colocarlo en el celular de Mallada. Así, pudo dar aviso de su situación a una militante feminista.

Ese día, cerca de las 14, llegó al lugar la policía. La invitaron a la comisaría con la excusa de declarar que estaba allí por su voluntad y luego volvía. Sin embargo, Jessica declaró su verdad y comenzó así con el juicio que este año tendrá sentencia y que tiene a Mera Figueroa prófugo.