A pesar del discurso oficial del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, de que la ciudad de Buenos Aires es «la más segura de Latinoamérica», los hechos de violencia se profundizan.

Los vecinos del Barrio Padre Rodolfo Ricciardelli, más conocido como la Villa 1-11-14, están consternados por el crimen de Derlis Doldan, un catequista paraguayo muy querido por la comunidad por sus tareas en la Capilla Nuestra Señora de Itatí, en el corazón del lugar. Según pudo reconstruir Tiempo, todo habría ocurrido en el marco de un intento de robo.

El violento episodio sucedió el lunes por la tarde. “Él había dejado su auto como siempre, en un patio amplio que hay sobre las puertas de San Lorenzo, hasta que un vecino le avisó que le estaban robando el coche”, describió un vecino.

En ese momento, la víctima corrió hasta donde estaba el vehículo y comenzó a forcejear y pelear con el delincuente, a quien reconoció porque también sería de la comunidad paraguaya y del barrio. “Lamentablemente, Derlis se llevó la peor parte y fue baleado en el cuello y la bala le atravesó el corazón”, agregó la fuente.

Así como pudo, el joven baleado cruzó la avenida Varela y llegó hasta uno de los pasillo de la manzana 10, donde vivía. Sin embargo, su cuerpo no pudo más y se desplomó. Vecinos lo levantaron y trasladaron de urgencia al Hospital Piñero, donde finalmente murió. 

Tras el crimen, este diario pudo saber que allegados de la víctima le recriminaron a la familia del agresor el hecho, quien ya no se encontraba en su casa, ante la ausencia de efectivos de seguridad. La situación también generó consternación entre el grupo de curas villeros, personas esenciales en el funcionamiento de estos barrios carentes de planes concretos de reurbanización.

“Los parientes del asesino se comprometieron a atraparlo y entregarlo a las autoridades para que la situación no pase a mayores. Los amigos del joven estaban muy doloridos por esto que pasó”, puntualizó otra de las fuentes consultadas.

Los restos del joven fueron velados anoche en la Capilla Nuestra Señora de Itatí, donde Derlis había dedicado gran parte de su tiempo dedicándoselo a los demás. 

Interviene la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 25, a cargo de Martín Alfredo Mainardi.