El lunes por la mañana, Fabián Eduardo Gallardo ingresó a la comisaría segunda de Bariloche. Lo habían arrestado por haber participado presuntamente en el robo de un celular. Cerca del mediodía, fue hallado muerto en el calabozo. Mientras se investigan las causas, su nombre no pasa desapercibido a nivel local: fue una de las víctimas de la represión policial de junio de 2010 y fue testigo del caso, en el que tres jóvenes fueron asesinados y por el que hay oficiales y exjefes policiales condenados.

Según publicó el diario Río Negro, el fiscal de turno durante la feria, Guillermo Lista, está al frente de la investigación de la muerte de Gallardo y espera los resultados de la autopsia realizada este martes. Una hipótesis preliminar que manejaba apuntaba al suicidio, pero faltaban los elementos del informe forense. También se pidieron las grabaciones de las cámaras de seguridad.

El jefe de la Unidad Regional Tercera, comisario Elio Tapia, aseguró a ese medio que el calabozo “estuvo resguardado el lunes hasta que trabajó el forense y Criminalística de la Policía Federal, después se liberó”. Afirmó además que “está investigando la justicia, junto a la fuerza federal. De parte de la Policía de Río Negro se brindó todo lo que pidió el fiscal”.

Gallardo, de 27 años, estuvo en un primer momento con otro detenido en el calabozo. Luego quedó solo. El fiscal indicó que los policías intentaron reanimarlo, igual que el personal médico que llegó después a la seccional, sin éxito.

En junio de 2010, cuando tenía 15 años, Gallardo estuvo entre los adolescentes heridos por la represión policial que mató a Nicolás Carrasco y Sergio Cárdenas, tras el caso de gatillo fácil contra Diego Bonefoi. Gallardo fue testigo, en una causa que incluye a oficiales y exjefes policiales condenados que permanecen en libertad porque el fallo no está firme.

Dos años después, en 2012, Gallardo fue “ferozmente golpeado” en la calle por efectivos de la Policía de Río Negro, según denunciaba entonces la Multisectorial contra la Represión y la Impunidad de Bariloche. Recordaban a Gallardo como “un sobreviviente del ataque de junio de 2010” y alertaban que con ese hecho “ la policía retomó abiertamente la persecución sistemática contra los jóvenes de El Alto de Bariloche, profundizando el clima de impunidad y encubrimiento de los crímenes del terrorismo de Estado perpetrados en junio de 2010”. Las organizaciones denunciantes de aquella represión están en contacto con la familia del joven, por el momento analizando lo sucedido.