De los 75 nenes y nenas internados con coronavirus en el Hospital Garrahan la semana pasada, 60 no estaban vacunados. La mitad no tenía esa opción por ser menores de tres años, la franja etaria que aún no cuenta con vacuna disponible.

La postal se repite en otros hospitales pediátricos del país. En el Orlando Alassia, de Santa Fe, a mitad de enero había 18 internados con Covid, 14 de ellos menores de tres años. En el Hospital de Niños de la Santísima Trinidad, en Córdoba, a principios de mes casi la totalidad de los 16 internados con el virus tenían menos de tres.

Son cerca de dos millones de bebés, niños y niñas de los que nunca se ha hablado en estos dos años de pandemia, que hoy atraviesa la tercera ola con un amesetamiento de 120 mil casos diarios y una sensación social de que «hay que convivir con el virus». El número engloba a un grupo de familias especialmente preocupadas: las que conviven con bebés y menores de tres con comorbilidades.

A ese subgrupo pertenecen los pacientes pediátricos para quienes el coronavirus representa un peligro severo. Desde que comenzó la pandemia, en la Argentina fallecieron 16 menores de un año, 50 bebés de un año y 27 de dos años. En total, 93 menores de tres. Una cifra que parece pequeña en un marco de 118 mil muertes, pero que desvela a mamás y papás con bebés en riesgo, quienes reclaman medidas que las y los contemplen. Mientras aguardan que avancen las pruebas en materia de vacunación para ese grupo, piden que el Estado reconozca su situación para –por ejemplo- mantener el teletrabajo y evitar la exposición.

Fase 1 constante

“Ramiro nació con una malformación en el corazón, sus arterias están cruzadas. Fue operado a los 10 días a corazón abierto. Tuvo que estar guardado sus primeros tres meses. Su cardióloga ya nos dijo que si le agarra Covid es probable que termine intubado y con 80% de riesgo de muerte al no tener vacuna disponible para su edad”, se lamenta su papá, Pablo Sztabzyb. Ramiro tiene dos años y cuatro meses. Vive en cuarentena desde marzo de 2020. “Empezamos una fase 1 constante. Todavía sigue. Mucho más con esta nueva ola”, cuenta Pablo. Su hijo no tiene interacción con sus pares, algo que lo perjudica psicológica y socialmente: «Creo que es una de las cosas que más se está invisibilizando en la pandemia sobre los menores de tres –acota Pablo–. A nosotros nos repercute, porque no sabemos dónde está parado en su desarrollo: cuánto es por falta de interacción y cuánto por otras cuestiones” vinculadas a su cuadro.

Pablo pudo sostener el trabajo remoto, pero pide un amparo legal para casos como el suyo: “Si la empresa dice ‘se terminó el home office’, tengo que poner en riesgo la vida de mi hijo”. Lo mismo plantean Sofía Gastellu y Alejandro Yaverovsk, mamá y papá de Libertad, de un año y medio. Nació prematura, pasó 99 días en neonatología y padece displasia pulmonar. Igual que Pablo, ellos pudieron sostener el teletrabajo por acuerdos con sus jefes, pero sin una normativa que los avale. Por eso, presentaron en el Ministerio de Salud un documento para solicitar “inclusión de las familias convivientes –cuidadores primarios– de niñas y niños nacidos prematuros y otras infancias de riesgo menores de tres años mientras dure la Pandemia en la Resolución Conjunta 4/2021 del Ministerio de Salud y Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad 2 Social, del 08-04-20211 y en la Resolución N° 91/2021 de la Secretaría de Gestión de Empleo Público de la Jefatura de Gabinete de Ministros”. Aún no tuvieron una respuesta concreta.

“Con la nueva ola, además de que ya no podemos vernos con otros salvo a través de un vidrio –porque aunque la nena sufre, no me animo a mucho más- lo peor es la imposibilidad de llevarla a un hospital. Por ejemplo, tuvimos un control que no se hizo. La pediatra dijo que podíamos esperar. El hospital ya no es un lugar seguro. Hay trabajadores que están cursando la enfermedad y no presentan síntomas, es muy problemático. Lo peor es esa certeza total y absoluta de que está circulando el virus y hay gente contagiada, con nulo o mal uso de barbijo”, dice la mamá de Libertad, quien desde el comienzo de la pandemia intenta a toda costa que se preste atención a este frágil sector de la población.

“La mayoría de los padres con bebés de riesgo tenemos tres vacunas, pero eso no nos exenta de que podamos traer el virus y contagiar a nuestro hijo. Esa es la angustia que una tiene”, remarca Agustina, mamá de Santiago, bebé de un año que nació con 27 semanas, pasó los primeros siete meses en el hospital y continúa con internación domiciliaria. Su papá, empleado de comercio, debió retornar al trabajo presencial. “Por suerte la empresa es bastante exigente con los protocolos. Y mis padres generalmente se hisopan antes de estar con Santi. La prioridad de los cuidados de toda la familia es para él”, cuenta. Pide “medidas específicas” para este sector e “información oficial” sobre cómo avanza la vacunación para los menores de 3 años.

Mientras tanto, ¿qué?

“Se está hablando poco del tema y nos preocupa –apunta Jorge Rachid, médico sanitarista y asesor del Ministerio de Salud bonaerense-. Cuando se mencionan cifras totales de no vacunados se incluyen los cerca de dos millones de chicos de esta edad. Mientras tengan lactancia no hay problema, porque los anticuerpos de la madre pasan. Pero muchos no tienen lactancia materna. Y por otro lado están los chicos con comorbilidades, mucho más expuestos. Requieren no solo cuidados especiales, sino que los papás no se contagien. Necesitamos un régimen laboral para ellos. Esto lo discutimos en el comité de expertos, son recomendaciones que pasamos al gobernador”, explica a Tiempo. Y sugiere “prolongar la lactancia todo lo posible”.

Para Andrea Uboldi, infectóloga de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), el primer mensaje tiene que apuntar a la vacunación de las embarazadas, porque transfieren anticuerpos a sus bebés: “Tener esquema de vacunación completo en papás, cuidadores y hermanitos es importante para la protección colectiva”. Y remarca que “hay que insistir con la pauta de signos de alarma en bebés chiquitos. Si están con tos, somnolientos, que no se prenden a la teta. Eso amerita consulta, más allá del Covid”. También la diarrea y los vómitos se están dando como síntomas en bebés y niñes con Coronavirus.

María Teresa Rosanova, jefa clínica del Servicio de Infectología del hospital Garrahan, subraya que los cuidados a menores de tres pasan por la vacunación del entorno y el respeto de las medidas básicas –distanciamiento, ventilación, barbijos-: “A partir de los dos años, si se les enseña a ponerlo y sacarlo, pueden usar barbijo. Es otra forma de prevención”. En caso de bebés prematuros, considera que no es necesario el aislamiento extremo, pero sí “no llevarlos a lugares cerrados con gente” y respetar a rajatabla el resto de las medidas. «

Lo que se viene: la vacunación para los más niños

“Es lo que se viene”, afirma la infectóloga de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) Andrea Uboldi sobre la vacunación a bebés y menores de tres años. Aunque las y los especialistas aclaran que la opción no estará disponible a corto plazo.

Desde el Ministerio de Salud de la Nación, ante la consulta de este medio, respondieron que “excepto la vacuna SOBERANA-02 (aun no autorizada por ANMAT) no hay vacunas para menores de 3 años. Los laboratorios Sinovac, Pfizer/BioNTech y Moderna registran ensayos clínicos en desarrollo para personas con 6 meses o más. Al momento, ninguno de ellos ha alcanzado la fase III. En tanto no se cuente con vacunas aprobadas para menores de tres años resulta fundamental completar el esquema de vacunación y su dosis de refuerzo en embarazadas y núcleo familiar conviviente del menor”.

Los laboratorios Pfizer/BioNTech, informaron –según difundió El DiarioAr- que la dosis probada en niños (tres microgramos) no generó una respuesta inmune potente en personas de 2 a 5 años, pero en bebés de 6 meses a 2 años la respuesta inmunitaria fue similar a la que produce en jóvenes de 16 a 25 años. En el caso de Moderna, según informó semanas atrás Bill Hartman, a cargo de esos estudios, los reguladores les pidieron que ampliaran la base de prueba, “lo que aumenta el cronograma. Mejora los perfiles de eficacia y seguridad, que son las partes más importantes de estos ensayos. ¡Lleva tiempo, pero solo tenemos una oportunidad de hacerlo bien! Todo el mundo está trabajando las 24 horas”.

Maternales Y embarazadas: Aristas de un problema complejo

Jardines maternales. El sanitarista Jorge Rachid define como “muy complejo” el inicio del ciclo lectivo. En las salas de tres años, una gran porción ingresa antes de cumplirlos. Por lo tanto, sin vacuna. A eso se suma el maternal. “Proponemos la vacunación obligatoria y quienes trabajen ahí van a tener que testearse. Un chico con Covid, como es Ómicron, si tose durmiendo contagia a los de las cunas de alrededor”.

Vacunas y embarazo. Esta semana se emitió la recomendación de priorizar la dosis de refuerzo en embarazadas. La infectóloga Andrea Uboldi advierte que las mamás jóvenes que no son grupos esenciales o de riesgo y recibieron sus primeras dosis antes de la gestación deben acudir a pedir el refuerzo, porque el sistema no las tiene registradas como prioridad. 

Discriminación. Ante el reclamo de familias, el Instituto contra la Discriminación de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad remitió oficios a la Dirección Nacional de Atención Primaria y Salud Comunitaria y la Dirección de Investigación en Salud, para indagar si se está trabajando en medidas puntuales para menores de tres años en riesgo y pedir información sobre la vacunación para esa franja. “Sería una situación de discriminación por omisión”, dijo su titular, María Rachid.