El Tribunal Oral en lo Criminal N°5 de Morón condenó a penas de prisión de entre cinco y 12 años a cinco de los policías que habían sido acusados por el secuestro y muerte de Fabián Gorosito, de 22 años, ocurrido el 15 de agosto de 2010, pero no por ese hecho, sino por el secuestro y las torturas previas a tres de sus amigos.

Los doce imputados, once integrantes de la Policía Bonaerense y una mujer civil, ya habían sido absueltos en un primer juicio, en 2013, por el TOC 4 y por falta de pruebas, pero el Tribunal de Casación de la provincia de Buenos Aires revocó ese fallo y ordenó un nuevo proceso.

La previa del fallo ya había tenido ribetes de escándalo. Mientras el abogado Silvio Alfonzo, representante de María Veira –mamá de Fabián–, había pedido prisión perpetua para tres de los acusados y penas de entre 8 y 18 años para otros ocho, el fiscal Antonio Ferreras adujo que no existían pruebas suficientes y solicitó penas algo menores para sólo seis de los policías y la mujer, que fueron las que finalmente conedió el tribunal.

De la investigación surgió que Fabián mantenía relaciones con Aixa Soledad Sosas, entonces en pareja con el policía Adrián Giménez. Para vengarse, éste y sus compañeros secuestraron primero a tres amigos de la víctima, a uno de los cuales confundieron con Gorosito. Los torturaron hasta que se dieron cuenta de la equivocación, y por ese delito fueron sentenciados los policías Marcelo Dipierro (diez años de prisión) y Gonzalo Cuelli (cinco años).

A Giménez, Pablo Nievas y Hernán Oviedo también se los halló partícipes de de esa acción. Ellos tres habrían ido luego por Gorosito, que trabajaba en un frigorífico en la localidad de Agustín Ferrari, partido de Merlo. La hipótesis de los investigadores era que lo interceptaron, lo llevaron a la comisaría de Mariano Acosta –donde prestaban servicio–, se cree que allí lo torturaron y, malherido, lo trasladaron a un descampado junto a las vías del ferrocarril Belgrano, donde finalmente lo asfixiaron, arrojándolo a una zanja para simular un accidente por intoxicación. Las pericias revelaron los golpes previos y la muerte por asfixia mecánica. Acusados en ese caso por “privación ilegal de la libertad y torturas seguidas de muerte”, fueron finalmente condenados por los secuestros previos. Giménez recibió una pena de 12 años; Nieva, nueve; y Oviedo, ocho.