Un relevamiento sobre más de 70 licitaciones realizadas desde 2013 dejó en evidencia que se talaron más de dos millones de árboles para el recambio de vías a nivel nacional, según un informe elaborado por Greenpeace. En su gran mayoría, quebrachos de entre 60 y 80 años de edad en bosques del gran Chaco.
“Celebramos que el tren se esté reactivando, es uno de los transportes con menos impacto. Está bueno que haya vías nuevas y muchas se hacen con hormigón, pero en algunas están todavía usando madera. Pensábamos que era un volumen chico, pero cuando revisamos algunas licitaciones vimos que no dicen ‘compra de quebracho’ sino ‘recambio de vías’ y adentro dice que son de madera”, contó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.

El número denunciado por la organización ambientalista surge de las licitaciones del Ministerio de Transporte de la Nación publicadas desde el año 2013, por 120.000 durmientes de madera. Desde entonces se realizaron licitaciones para la compra de más de 2,3 millones de durmientes de quebrachos colorado y blanco para la reparación de vías ferroviarias, lo que representa la tala de más de 2 millones de árboles nativos, sobre todo en Chaco, Santiago del Estero y Formosa.

“Si bien hay una resolución firmada por Ambiente y Transporte planteando la necesidad de abandonar el uso de madera y usar hormigón o sintéticos, por ahora es como algo declarativo. No tiene ni fecha, no dice ‘vamos a abandonar el quebracho de acá a un año’, ni hay tanto presupuesto para hacerlo. Sí hay bastante investigación al respecto en el INTI por ejemplo y creemos que si se pusiera una fecha arrancaría un proceso para pensar alternativas”, dijo Giardini a Tiempo.

El especialista señaló que “la tala degrada el bosque a un punto que a veces la alternativa forestal es más compleja. Si el bosque está degradado y alguien lo compra, lo usan para ganadería o agricultura y pasa a ser una zona de desmonte. Y muchos de los quebrachos en las vías son producto del desmonte también, hay una parte que no viene de la tala”.

“Es ridículo, perjudicial e innecesario que, en pleno siglo veintiuno, se sigan talando árboles nativos para durmientes de ferrocarril. Durante las últimas décadas la deforestación y la tala indiscriminada han colocado a la región del Gran Chaco al tope de los índices globales de pérdida de bosques nativos. Es necesario que el Ministerio de Transporte de la Nación establezca el abandono de los durmientes de madera en forma definitiva”, señaló el coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.

El quebracho colorado fue declarado en 1956 “Árbol Forestal Nacional” por su importancia ambiental, económica y social. Pero su explotación intensiva siguió y los desmontes para desarrollo agropecuario lo llevaron a un estado de vulnerabilidad. En Argentina fue categorizado como “En Peligro” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

“Los durmientes de hormigón y sintéticos o compuestos son alternativas que pueden ser utilizadas en reemplazo de la madera para tareas de mantenimiento y renovación de vías; y muchos pueden producirse de la cadena de reciclado. Múltiples experiencias y estudios en todo el mundo demuestran que las alternativas a la madera son una realidad: India, Estados Unidos, Brasil, México”, ejemplificó el informe de Greenpeace. “Lo ridículo es el fin de esa madera. Todos usamos madera en nuestra vida y sería mejor que la usemos de manera sustentable. La solución tecnológica no es compleja, falta decisión política”, definió Giardini.