Sara Barni había cobrado visibilidad mediática durante las últimas semanas por su otro trabajo, y como titular de la asociación Red Viva, una organización que se dedica a asistir víctimas de violencia y abuso sexual. En las entrevistas relató su historia. Su hija, en 2014, a los 14 años, le había contado que era víctima sexual desde los nueve, revelando que el abusador era su pareja, David Antonio Coronel, de 39 años y padre de su segundo hijo. Hoy el caso está en la justicia, pero el abusador todavía está libre. Su remera pide “Justicia por Sara y su hija”. Hasta aquí las noticias antes del Paro Internacional de Mujeres porque el viernes, cuando llegó a su trabajo, en la Legión de la Buena Voluntad, le dijeron que “no daba con el perfil”, después de ocho meses de cumplir funciones.

Como activista tenaz, incansable trabajadora y discertante sobre la temática “Violencias”, entre las cuales se destaca la jornada que sucedió en el Congreso de la Nación, Sara presenció las asambleas convocadas para la organización del Paro Internacional de Mujeres, del que formó parte en el escenario y en la redacción del documento, como resultado de los encuentros y los debates colectivos. Visibiliza el pañuelo verde que pide la despenalización del aborto, atado en la mochila con la que va a su trabajo, pero ese jueves, como cuenta a Tiempo “subí al escenario con el pañuelo verde en la muñeca. Nunca recibí ninguna opinión u objeción en mi trabajo por esto”. 

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Por Resolución 45/06 del Ministerio de Trabajo consiguió el trabajo por el que fue felicitada semana tras semana. En la fundación internacional, creada en Brasil, de carácter ecuménico (unión de todos los cristianos) y con dos escuelas infantiles a cargo, ocupa el cargo de telemarketer. La Legión de la Buena Voluntad, según se explicita en su página de donaciones destinadas a niñas y niños “es una organización de la sociedad civil con estatus consultivo general en el Consejo Económico y Social (Ecosoc) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”. Barni cumple su horario de lunes a viernes de ocho a doce, tiempo en el que se encarga de llamar a 200 personas por día para contarles acerca de “los programas y campañas socio-educativas de la legión, sus ofertas de educación y oportunidades de inclusión social a cientos de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos”, pidiéndoles la información de la tarjeta de crédito para poder efectuar la ayuda solidaria.

Por su eficaz trabajo fue reconocida, incluso le pidieron que posara para las imágenes de la fundación. El jueves del Paro, el sindicato donde está agremiada Sara, UTEDYC, convocó a sus afiliadas a adherirse al cese, pero el jefe de la Legión Edson Texeira negó con sugestión el derecho al paro: “Lo mejor que pueden hacer las mujeres en su día es trabajar”. Barni, actualmente está esperando que regularicen su situación y le expliquen la medida por lo que inició una intimación. Retomando las palabras de Liliana Daunes, la periodista cuya voz representó el pensamiento colectivo desde el escenario: “Después de semejante movilización en la que nos abrazamos, al día siguiente la realidad te pasa por encima”, pero tampoco Sara Barni es  la misma, al recibir numerosas formas de sororidad tanto de sus compañeras de Red Viva como del PIM.

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