Graciela Gaspar y todo el grupo de tejedoras llegaron a distintas partes del mundo con las prendas que tejen con Kippus, la cooperativa textil de Ceineguillas, Jujuy. Vivir junto a la Ruta Nacional 40 les abrió una oportunidad para recibir turistas y que conozcan y hasta aprendan el arte textil.

¿Cuándo empezaste a tejer?

Empecé a tejer desde niña en la escuela primaria luego fui viendo y ayudando a mamá en casa, ahí, por esos años empecé a conectarme con los hilos, las tramas de los tejidos y colores… con la esperanza de construirme cada vez más internamente.

¿Toda tu familia se dedica a lo textil?

Mamá ya venía trabajando con un grupo de mujeres del pueblo en telares comunitarios y yo ayudaba en algunos procesos como el hilado.  Mamá me daba de la ganancia algo, entonces yo me proponía hacer más para poder ganar un poco ya que en casa el trabajo de mamá era nuestro único ingreso y todos nosotros ayudamos y estudiamos

¿Podían sustentarse?

Sabíamos que una forma de salir de pobreza era estudiar y ella tenía en claro eso, hacíamos muchos esfuerzos para ir a la ciudad a estudiar.

¿Qué es lo que más te gustaba?

Particularmente me encantaba hilar. Me sentaba al sol y pasaba horas soñando en silencio, viendo cómo se transformaba la fibra en hilo.

¿Con qué prenda pensaste en armar un emprendimiento?

Alguna vez, mamá me pidió que ayude a tejer. Me enseñó en grandes telares, pero al final le agarré la mano y ¡me encanta! Luego, el grupo de tejedoras se fue diluyendo, y es ahí donde le dije a mamá que compremos nuestros telares. Así empezamos con nuestro emprendimiento, yo quería seguir tejiendo, me gustaba cuando volvía de la ciudad y mamá me esperaba con los hilos listos. Y yo volvía al encuentro con los telares como si fuesen parte de mí. Cuando tejía, me sentía completa con mi alma alegre y miraba las prendas con mucha felicidad. Cada vez tejía con más rapidez.

¿Qué es tejer?

Tejer sueños, tejer oportunidades , tejer esperanza.

¿Un color?

Mi color preferido es verde mate …me encanta cuando me pongo algo de ese color, me gusta cómo me queda y es el primer tinte que aprendí a hacer.

¿Qué tiene una buena pieza textil?

Su textura fina, suave, que me abrigue y a la vez, que sienta su cariño de la fibra

¿Cómo es el emprendimiento?

Hoy somos parte del proyecto Kippus , compuesto por mujeres que antes estuvieron en el  grupo con mamá y ahora se sumó su hija.

¿Sos jujeña?

Si, nací acá en La Quiaca, en el hospital de cabecera, pero viví toda mi vida en Cieneguillas, nos conocemos todas. Elijo seguir viviendo en mi amada Cieneguillas, aunque me gusta mucho viajar y conocer otros lugares. De la ciudad extraño el teatro, las orquestas sinfónicas…

¿Extranjeros y argentinos se interesan por los tejidos?

Si, a muchos extranjeros les gustan nuestras prendas, muchos de nuestros diseños viajaron a otros países. A los argentinos también les gustan, pero les cuesta pagar el precio que valen realmente… Con los talleres vivenciales toman más conciencia de todo el trabajo que lleva y valoran un poco más.

¿Qué se siente vivir junto a la Ruta 40?

Antes no le dábamos tanta importancia. Ahora vivir en la Ruta 40 pensamos que puede ser una oportunidad por el turismo y ofrecemos nuestras artesanías, mostramos nuestra forma de trabajar, pero sabemos que faltan muchas políticas públicas para que la Ruta 40 esté a la altura que se merece y nosotros ser parte de esa misma política. También estamos orgullosos de ser la parte ruta más larga que recorre nuestro querido país

Los viajeros pueden visitar el taller. Cieneguillas está a unos 45 minutos de La Quiaca. Kippus está en Facebook y en Instagram, y recibe mensajes de whatsapp al 3874853197.