La efeméride dice que hoy, viernes 16 de diciembre, se cumplen dos años de la declaración del Chamamé como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Uno de sus primeros frutos fue la creación de la primera Diplomatura Universitaria en Chamamé (“Arte, cultura y Sociedad en la Región Guaranítica”), dictada por la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). Una carrera única en su tipo que hoy tendrá el acto de egreso de los primeros diplomados y diplomadas en este género litoraleño.

Uno de los gestores de esta diplomatura, el profesor Eduardo Sívori, cuenta que José Luis Castiñeira de Dios fue quien le acercó la idea de crear una carrera universitaria en chamamé. Sívori elevó la propuesta a la Facultad de Artes de la universidad, donde discutieron y finalmente acordaron la implementación de una diplomatura.

Eduardo Sívori es académico, investigador, un hacedor de cultura, como síntesis de su trabajo y visión. “Cada módulo de esta diplomatura es un campo, donde los aportes de docentes y de estudiantes irán construyendo esto que se viene gestando hace más de 20 años. Todo lo que se percibe hoy es producto de mucho trabajo realizado con humildad y entrega”, expresa a Tiempo.

Pedro Zubieta, investigador del chamamé y docente en la Diplomatura, cuenta que este género musical «tiene origen en Corrientes, de mucha aceptación en el Litoral y Buenos Aires gracias a su riqueza poética–musical, pero también porque es un modo de vida, ya que para el correntino o litoraleño, el chamamé es música, pero también canto, rezo y baile, como decía el Padre Julián Zini, cura chamamecero».

«Es una música que viaja con nuestros paisanos, razón que explica la enorme difusión geográfica del chamamé, ya que siempre el correntino convierte su lugar de arraigo en un pedazo de su terruño; lo acompaña en momentos de sosiego, de alegrías y también de tristeza. Es frecuente entre nuestros paisanos, despedir a un ser querido con chamamé», añade.

-¿Por qué es importante que el chamamé se estudie en la universidad?

-El chamamé es un género que no ha sido debidamente estudiado por los investigadores del folklore argentino. Por ejemplo, los padres de esta ciencia (ciencia del folklore) en la Argentina, Carlos Vega, Isabel Aretz o Augusto Raúl Cortázar, tocaron de soslayo a nuestra música, en el caso especial de Vega, quien recorrió el Litoral buscando, no el origen del chamamé, sino su posible antecedente etnomusicológico. De allí la necesidad de estudiar en profundidad este género de gran riqueza, que se puede abordar desde lo musicológico, desde lo biográfico, desde su acervo, de su bilingüisimo o desde la mirada de las industrias culturales, considerando que ha sido el género musical con mayores ventas de la historia de la música popular argentina, y con importante presencia en otras ramas, especialmente la radiofonía. En esta diplomatura el Maestro José Luis Castiñeira de Dios, director académico, propuso abordar el estudio del chamamé en la mayor cantidad de áreas posibles. Por eso repasamos el chamamé desde la poesía, la música, las artesanías y comidas, desde lo patrimonial.

-¿El chamamé se volvió una expresión que ha cruzado las fronteras? 

-Hace mucho tiempo trascendió fronteras, de la mano de nuestros embajadores Raúl Barboza, Antonio Tarragó Ros, Teresa Parodi, Chango Spasiuk y, Rudi y Nini Flores. Con fuerte arraigo en algunas regiones del Brasil, como Río Grande do Sul o Mato Groso do Sul. Se ha fortalecido en este punto, a partir de la visión del poeta y gestor cultural Norberto Linschinsky, que en sus tiempos de Director de Cultura de Corrientes (de 2001 a 2007), promovió la integración cultural del NEA con Uruguay, Paraguay, Brasil, Bolivia y Perú, y de éstas acciones nace la Fiesta del Chamamé del Mercosur, la Declaración del Chamamé como Patrimonio del Mercosur y finalmente, de la Humanidad en Diciembre de 2020.

-¿Qué proyectos podrían articularse para potenciar la proyección del género a nivel nacional?

-Es una pregunta muy genérica… hay incontables herramientas y deben analizarse puntualmente a cada una. A manera de ejemplo: la Fundación Memoria del Chamamé, entidad que presido, fue convocada puntualmente luego de la Declaración de la Unesco, para proponer acciones. Propusimos dos, que se han cristalizado. Una es la Diplomatura de Chamamé y, la otra la generación de contenidos bibliográficos con apoyo del Instituto Cultural de Corrientes. Así pudimos editar a la fecha tres libros de mucho valor para el chamamé: «Ñurpi, por el campo correntino», de Porfirio Zappa; «Cantares de la tradición guaraní», de Miguel López Breard y; «El Tanguito Montielero», de Marcia Müller.

Estudiar las raíces de un género único

Este viernes, como parte de las celebraciones por el segundo aniversario de la Declaración de la UNESCO, en el Museo Provincial de Artes Ramón Vidal de la Ciudad de Corrientes, se desarrollará el acto de colación en el que entregarán los certificados a las primeras diplomadas y diplomados en chamamé de la Argentina

Dorothée Schepens nació en Suiza. Siguió la Diplomatura en Chamamé desde Ginebra, donde reside actualmente. “Soy cantante, música y licenciada en filosofía. También bailo y enseño el tango”, relatae Dorothée, que toma clases virtuales de acordeón con César Pavón en la Escuela Nazareno Anconetani de Buenos Aires.

Atraída por la cultura argentina, se embarcó en un transatlántico de carga, que la trajo a conocer de cerca esta tierra. Su enamoramiento por la argentinidad la llevó a dedicarse a explorar nuestra música, tanto el folklore como el tango. Dorothée también optó por la nacionalidad argentina y posee documentos argentinos, al igual que su pequeña hija Felicia. “Esta diplomatura es una gran posibilidad de acceder al universo del chamamé y a la cultura guaraní –añade–. Cuando empecé a tocar chamamé con el acordeón, sentí que se me abría un mundo maravilloso.”

María de los Angeles Cardozo también es estudiante de la diplomatura en chamamé. “Soy docente y bailarina de folklore y de tango, pero tengo una especial preferencia por las danzas litoraleñas que me dejaron mis abuelos y mis padres como herencia cultural…”

Se gradúa como Licenciada en Folklore con mención en Danzas Folklóricas y Tango. Es también profesora de Artes en Danza. Trabaja como docente y recorre los festivales más importantes, integrando una compañía de baile. De hecho formó parte del Ballet del Mercosur.

“Toda mi familia es de la provincia de Corrientes, más precisamente del paraje Saldaña, cerca de Lomas de Vallejos y Caá Catí. Mi abuelo era acordeonista, mi papá toca la guitarra, canta y tiene su grupo de chamamé”, comenta.

Asegura que este legado artístico la llevó a inscribirse en esta Diplomatura, pero además habla del chamamé como parte de su vida: “nos criamos con esta música, con este dulce abá ñeé, con esta cultura llena de payé, mitos y creencias”.

* El artículo fue realizado en el marco del Taller de Redacción de Tiempo