Hay un escenario que parece distópico en la medicina contemporánea: desde 2022, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) advierte que es necesario generar cambios para evitar un futuro en el que no haya pediatras en los hospitales públicos o privados. La pandemia arrasó con el sistema de salud y puso en primer plano la fragilidad de algunos sectores claves. Uno es el pediátrico, que hoy atraviesa una emergencia nacional. Distritos como Santa Fe ya la declararon. ¿Por qué hay cada vez menos profesionales de esta especialidad?

«Estamos en un escenario difícil para el ejercicio profesional de la pediatría», dice el comunicado difundido por la SAP. Menciona algo que todos saben aunque no se diga: formar parte del sistema de salud en el sector asistencial «resulta bastante desgastante tanto en el ámbito de la salud pública como en la medicina privada». En este contexto, la necesidad urge ante el aumento de infecciones respiratorias entre niñas, niños y adolescentes, propias de la época invernal.

Foto: Ministerio de Salud de Tucumán

En la Ciudad de Buenos Aires, la más rica del país, hospitales como el Rivadavia y el Santojanni vienen teniendo problemas hace meses para sostener la guardia. Los pocos médicos y médicas denuncian bajos sueldos. Pero no es sólo en CABA.

Lo sufrió meses atrás el Hospital Larraín de Berisso; también en Mar del Plata. «Estamos con un déficit terrible de profesionales de pediatría y cada vez hay menos. No hay forma de cubrir la demanda y es algo de lo que se habla muy poco», declaró días atrás la jefa de la especialidad en el Hospital Privado de la Comunidad, Marcela Carril, integrante de la Sociedad Argentina de Pediatría Filial Mar del Plata.

Sobran lugares, faltan profesionales

Históricamente quienes se presentaban al examen unificado para hacer las residencias de pediatría en el sector público de todo el país superaban de forma holgada al número de cupos disponibles. Pero la situación cambió los últimos años. Según difundió la SAP, en 2022 hubo 540 vacantes para la especialidad y se postularon sólo 400 médicos. Este año la convocatoria cerró con 394 aspirantes para 525 vacantes. Los números no cierran.

«Los médicos jóvenes no eligen la pediatría como especialidad. Ya en 2021 y 2022 hubo un 30% (de cupos) sin cubrir, y este año si todos los postulantes rindieran e ingresaran aprobando el examen único de residencia del Ministerio de Salud, quedarían sin cubrir mas del 40% de las vacantes de todo el país”, remarca a Tiempo Pablo Moreno, médico pediatra y presidente de la SAP. “El problema de la falta de pediatras va a presentarse a medida que pase el tiempo y pasen los años”.

Moreno afirma que la solución reside en que todas las instituciones relacionadas con el tema se sienten a pensar en conjunto una solución a largo plazo. Universidades, Estado, sociedades científicas, colegios médicos, obras sociales y prepagas. “Sino en cinco o diez años va a haber una severa crisis de salud del país: no va a haber pediatras”, asevera.

Pasillos del Garrahan. En invierno la demanda pediátrica satura el sistema.
Foto: @ategarrahan

Para buscar una solución primero debe tenerse un diagnóstico certero. “Por un lado, muchos médicos jóvenes se están yendo del país, no tenemos estadísticas en Argentina del tema; y dentro de los que se quedan, pediatría no es las más elegida porque es poco rentable –afirma Ángela Nakab, pediatra y jefa de servicio en el Hospital de Niños Pedro de Elizalde–. Dentro de las especialidades, sobre todo las clínicas, es en la que menos se cobra y tiene mucha demanda y requerimientos personales, dedicación, responder mensajes, hay muchísima internación«.

El contexto sólo empeora la situación: post pandemia los virus parecen adquirir más virulencia. Hoy el país atraviesa un brote de bronquiolitis que supera en casi un 85% los niveles precovid, crecen los cuadros respiratorios en pediatría y faltan médicos.

«Los turnos son muy alejados porque hay una gran demanda que suponemos que es post pandemia; los chicos no se enfermaron nada durante los dos años de confinamiento y ahora están conectándose con todos los gérmenes que tenemos alrededor», relata Nakab.

Ante la gran carga laboral «hay muchos pediatras que se forman para una sub-especialidad, de forma que la demanda no sea tan alta, y para tener mejores honorarios», añade.

Para Moreno es multifactorial: «se trata de un ejercicio profesional difícil, con sueldos vergonzosos, alta carga laboral e inestabilidad en los empleos. Si el empleador es el Estado, hay muchos contratos temporales que van en detrimento profesional, y si te emplean las prepagas las consultas se pagan tres meses después de haber visto al paciente».

La especialidad implica relacionarse con las familias y hacer seguimiento de las infancias en todas las etapas del crecimiento. «Hay una mezcla de mala remuneración, mal reconocimiento profesional y mal reconocimiento en la comunidad del rol que ocupamos».

Y menciona otro factor a considerar: un pediatra, para llegar a serlo, pasa entre seis y ocho años en la carrera de Medicina, a lo cual se suman cuatro años más de residencia en Pediatría y, en el caso de especializarse en terapista pediátrico o neonatólogo, se agregan dos años más. «Son entre diez y 12 años. Es mucho tiempo e inversión en capacitación para un trabajo con estas condiciones«.

Lo que hace falta

Según lo informado por la SAP, el sueldo de un médico ingresante con cargo de 36 horas semanales de trabajo, 24 horas seguidas de guardia activa, sin ser de planta permanente, tanto en Ciudad como en Provincia de Buenos Aires, va de 280 mil a 290 mil pesos. Una consulta en una prepaga de primer nivel se abona $ 2000 y se cobra a los tres meses.

«Lo primero que pedimos es un reconocimiento económico, lo antes posible, para este grupo de médicos que está sosteniendo el sistema para evitar que colapse. Tienen sobrecarga laboral, en invierno todos los servicios están colapsados, sin camas, y los pacientes que requieren oxígeno quedan internados en las guardias. Ese aumento de cantidad de pacientes implica tres o cuatro veces más trabajo que el habitual», resalta Moreno.

Pero si bien ese reconocimiento económico es urgente para quienes hoy hacen frente a la situación actual, las mejoras salariales por sí mismas no son suficientes para diseñar una solución que se proyecte a futuro.

«Hace falta cambiar estrategias de políticas públicas, reevaluar la situación de los profesionales de la salud; no sólo de los médicos, también de enfermería y otras disciplinas, un cambio que impacte tanto en el sistema de salud público como privado», afirma Nakab.

Moreno añade la necesidad de articular la carrera de Medicina con sus residencias para que haya menos tiempo de formación y mejores condiciones de estudio profesional a futuro: «los pediatras tienen que pasar 12 años de formación para insertarse al mercado laboral, y si bien en Medicina todas las especiales son extensas, las demás tienen un mejor escenario para el ejercicio profesional».

Ministra de Salud de Santa Fe.
Foto: Ministerio de Salud Santa Fe
Santa Fe ya declaró la emergencia pediátrica y hay polémica

La crisis pediátrica tiene su epicentro en el AMBA, pero se extiende por gran parte del país. En Santa Fe, hace exactos nueve días, el gobierno declaró, a través del Decreto Nº 1212, la emergencia sanitaria en atención pediátrica por 90 días. La decisión se debe a la falta de disponibilidad de médicos que cuenten con formación pediátrica y brinden atención a niñas, niños y adolescentes.

También reconoce que hay una alta demanda «producto de la creciente circulación de virosis respiratorias y bronquioalveolitis», lo que generó una saturación de los sistemas de salud. «En Santa Fe se anotaron aspirantes solo al 50% de las vacantes disponibles, o sea que va a haber un 50% menos de pediatras en las residencias, hay que reestructurar todo el sistema para que pueda responder a la demanda de la población», contó la médica Ángela Nakab.

El decreto habilitó fondos para que los hospitales puedan redistribuir y pagar horas extras. El presupuesto, que puede ser destinado a cubrir vacancias pediátricas, es de $ 214.000.000 para el trimestre. No obstante, también autoriza a la ministra de Salud provincial, Sonia Martorano, a «reubicar al personal de su dependencia perteneciente a los distintos escalafones que revistan en carácter de titular, suplente o contratado, sin afectar el nivel de su remuneración» para «reforzar los servicios de salud en materia de atención pediátrica y neonatológica». Es decir, la medida permite al Estado «cambiarte de tu lugar habitual de trabajo, de tu hospital o de tu ciudad –aclara el presidente de la SAP, Pablo Moreno– es una medida muy controvertida».

El programa bonaerense que busca «incentivar» a los profesionales

En mayo pasado el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, lanzó el programa Más Salud, Más Cuidados, para incentivar a profesionales de la salud de áreas estratégicas que tienen déficit como clínica médica, pediatría, medicina general, terapia intensiva, neonatología y psiquiatría. Leticia Ceriani, subsecretaria del Ministerio de Salud de PBA contó a Tiempo que se trata de una crisis con multiplicidad de factores, algunos vinculadas a cuestiones salariales. Resaltó la creación de un nuevo reglamento para residentes que dispone la reducción de las guardias a 12 horas y la eliminación del sábado como día laboral, así como un 15% de plus salarial para las residencias con déficit, y continuidad en planta.

«También tenemos becas de investigación con cupos protegidos, beneficios del Banco Provincia como las tarjetas premium, y que se trabaja en conjunto para que los municipios puedan ofrecer condiciones similares para los residentes y también con las universidades para poder garantizar, por ejemplo, la carrera de especialista». Agregó que además están trabajando con el Ministerio de Ciencia de Nación «para las becas de investigación».

Semanas atrás hubo un reclamo de profesionales de la salud en el hall del Hospital de Niños de La Plata Sor María Ludovica. Denunciaban que en los últimos años dejaron allí el cargo 45 especialistas «y aún no fueron reemplazados».