¿Eliminar derechos adquiridos, regresar varios años al pasado, o volver a poner en agenda debates que ya están saldados en la sociedad? Puede ser alguna de estas tres consignas o todas ellas juntas. Quienes invocan y difunden las supuestas bondades que traen aparejadas la libertad del mercado, casi siempre proclaman por el fin de la gratuidad de derechos sociales elementales como la salud y la educación pública. Pasaron apenas 22 años que el ex ministro de Economía del gobierno de De la Rúa, Ricardo López Murphy, fue despedido por su propio espacio, al intentar ajustar a las universidades y manifestar que habría que “buscar alternativas de financiamiento” para sostener la educación pública en nuestro país. El 5 de marzo de 2001 asumió, y el 20 de ese mismo mes, tras su discurso, dejó su cargo. No sólo su propio espacio político en el ejecutivo le pidió la renuncia, también estudiantes universitarios pertenecientes a la Franja Morada, movimiento estudiantil que responde a la Unión Cívica Radical. A poco más de dos décadas de ese hecho, hace pocas horas, se viralizó una entrevista de 2022, donde Franco Rinaldi, precandidato a legislador porteño de Jorge Macri, apuntó nuevamente sobre la gratuidad educativa y pidió arancelarla. Varios referentes dialogaron con Tiempo para repudiar y analizar estos dichos.

En una entrevista brindada el año pasado, Franco Rinaldi pidió que la universidad pública sea paga, aunque, paradójicamente él cursó sus estudios de licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de Buenos Aires (UBA). El actual precandidato a legislador porteño de Jorge Macri, es consultor en temas de aviación comercial, y en las últimas elecciones legislativas integró la lista de Republicanos Unidos, el frente liberal de Ricardo López Murphy en la Ciudad de Buenos Aires, pero no logró conseguir los votos necesarios para seguir en carrera.

Rinaldi padece una osteogénesis imperfecta, mide 1,10 metros y utiliza una silla de ruedas para movilizarse. Durante la semana, su nombre volvió a resonar, ante dichos discriminatorios de un precandidato al Parlasur, Lucas Luna, de La Libertad Avanza, que se viralizaron en redes sociales. Por este motivo, Luna fue «echado» del espacio, según informaron fuentes partidarias.

“Este año, para acompañar el esfuerzo fiscal, las transferencias a las universidades del tesoro no podrán superar los 1440 millones de pesos, lo que implica una reducción de 360 millones respecto a lo presupuestal. El Ministerio de Educación decidirá el reacomodamiento presupuestario que implica esta reducción de partidas y el aumento de fondos recibidos por el fondo especial del tabaco y el y el que provenga de la eliminación del subsidio a las naftas patagónicas”,  lanzó durante su discurso Ricardo López Murphy en 2001, a pocos meses de la crisis social y la renuncia del ex presidente Fernando De La Rúa. “Con el nuevo presupuesto”, continuó López Murphy, “podrá mejorar la asignación del gasto, así como buscar alternativas de financiamiento tal como lo hacen muchísimas universidades públicas del mundo que permitan al mismo tiempo una mejora de la equidad distributiva”, terminó.

Pasaron veintidós años de aquella proclama de la derecha, y en las últimas horas se viralizó un video de una entrevista donde Franco Rinaldi, precandidato a ocupar la primera banca a legislador porteño en la candidatura de Jorge Macri, reclamaba el fin de la gratuidad educativa universitaria.

“Por empezar, creo que la universidad, como cualquier proceso educativo, no es gratis, porque los docentes tienen que cobrar, la luz hay que pagarla, los alquileres de los edificios hay que pagarlos, el alumbrado hay que pagarlo. Es decir, gratis, my ass. No existe que sea gratis”, comenzó diciendo el politólogo en el programa “El método Rebord” que conduce el periodista Tomás Rebord. En este sentido, Rinaldi sostuvo que “no es solo que hay que arancelar” la universidad pública, sino que “el sistema, como está planteado, es injusto (…) Incluso en muchos casos se ha convertido en una gran playa de estacionamiento, sobre todo en la ciudad de Buenos Aires, para las clases medias que no saben mucho qué hacer y que dicen ‘bueno, ¿qué hago? Bueno, me meto al CBC (Ciclo Básico Común), hago un añito de esta carreta, un añito de esta otra carrera, total es gratis’”, terminó el referente del PRO.

Las respuestas contra el primer precandidato a legislador porteño del primo de Macri no tardaron en llegar. Varios referentes políticos, sindicales y educativos, dialogaron con Tiempo para repudiar y analizar estos dichos.

“Se equivocan quienes buscan captar votos de la ultraderecha incorporando candidatos en sus listas que proponen cosas como la privatización o el arancelamiento de la universidad”, opina Maru Bielli, diputada porteña del Frente de Todos y candidata a renovar su banca por Unión por la Patria. La socióloga, referente barrial y ex directora de un establecimiento educativo, afirma que, sobre la gratuidad de la universidad pública, existe un consenso muy amplio. “Desde la reforma del 18, y luego con la gratuidad de Perón, la universidad pública argentina es materia de orgullo para los habitantes de nuestro país. No sólo por ser uno de los símbolos de ascenso social, sino también porque son instituciones determinantes a la hora de pensar el desarrollo de nuestro país”, agregó Bielli.

En el mismo sentido, desde la izquierda, consideran que estos son planteos reaccionarios que se ven plasmados en la candidatura del primo de Macri. “El pronunciamiento de Rinaldi a favor del arancelamiento universitario, demuestra que la candidatura de Jorge Macri lleva a los planteamientos más reaccionarios”, analiza en diálogo con Tiempo el precandidato a Presidente por el Frente de Izquierda (PO) Gabriel Solano. El también diputado por la Ciudad de Buenos Aires, asegura que “un arancelamiento universitario, dejaría afuera de la educación superior a muchísimos trabajadores y sus hijos que no podrían pagar jamás una universidad privada”, por último Solano subraya que las ideas de Rinaldi corresponden a “un planteo discriminador y elitista que en la Argentina no se animó a llevar adelante ni siquiera la dictadura militar”.

El rechazo de docentes referentes educativos y gremios

“Franco Rinaldi tiene razón en una parte del fragmento y pifia en otra: es cierto que la educación pública no es «gratuita»; no es verdad que la universidad pública sea un estacionamiento ni que un hipotético arancelamiento solucionaría alguno de sus problemas”, expuso en sus redes Martín Becerra, Profesor e investigador Conicet, UNQ, UBA. “Además, claro”, continúa Becerra, “de que un hipotético arancelamiento sería expulsivo de miles de personas del acceso a la educación superior, con efectos negativos (externalidades regresivas) en términos sociales, productivo-económicas y culturales”.

Amanda Martin, secretaria adjunta de la asociación docente Ademys, manifestó a Tiempo que el arancelamiento de la universidad que propone el precandidato del Pro, Rinaldi, “profundizaría la desigualdad educativa que ya existe. Es una versión de la privatización que intentó López Murphy como ministro y fracasó, porque se levantaron todas las universidades del país. En realidad su propuesta es coherente con el desfinanciamiento de la escuela pública que aplica el macrismo en CABA,  transfiriendo matrícula a la escuela privada, desde inicial a superior. Para Rinaldi, los Milei y toda esa gente el que no tiene plata no puede estudiar”, agrega y concluye: “Lo rechazamos y por el contrario pensamos que hay que aumentar el presupuesto educativo, en lugar de destinarlo al pago de la deuda y subsidios a las patronales y empresas, entre las medidas más urgentes”.