Ni bien asumió su primer mandato como rectora, Gabriela Diker colgó en la pared frente a su escritorio dos mapas contiguos, centrando la Universidad Nacional de General Sarmiento en ese amplio territorio integrado por las organizaciones sociales con las cuales la UNGS tiene estrecho vínculo. Así lo traza su pizarra geográfica y así lo proyecta: “Es una universidad que se propone construir una sociedad más igualitaria”.

«En contextos de retroceso de las políticas de DD HH, esta es una universidad muy comprometida con el asunto. Estamos a tres mil metros de Campo de Mayo. También forma parte de un mandato fundacional el trabajo con Derechos Humanos. Una universidad tiene una obligación que es la de aportar a los modelos de desarrollo que producen sociedades más igualitarias así como a poner en discusión los modelos de desarrollo que producen desigualdades. Esto lo tiene que hacer tanto con el conocimiento que produce, los profesionales que forma y su impacto a la sociedad, como hacia adentro. Y con esa idea o principios es que por ahora venimos trabajando».

Por su compromiso por los Derechos Humanos, la rectora -que el mes próximo comienza su segundo mandato-, señala en primer lugar el círculo de Campo de Mayo; indica con el índice los de San Miguel, José C. Paz, Los Polvorines, Don Torcuato. Sobre el tren Urquiza, la rectora contará la entrañable movilización de las mujeres, “el trenazo”, que va desde Lemos hasta Chacarita y desde allí hasta Plaza de Mayo para cada convocatoria de Ni una Menos. Marcará además otros nodos de este segundo cordón del noroeste del Conurbano Bonaerense y exhibirá desde el sitio de la universidad el video en donde se difunde su representación en las discusiones en Diputados, durante el 14J.  

Este es un campus compuesto no sólo por institutos, es también un lugar donde las mujeres rigen, dirigen, coordinan, se reúnen en un frente, toman la iniciativa y cambian las pautas heredadas, modifican las resoluciones y las organizaciones de la zona cuentan con voto directo. Desde los caminos del extenso campo que en primavera descansan o repasan apuntes los habitantes de la Ungs, se llega al Jardín de Infantes para pequeños y pequeñas hijas de estudiantes y trabajadores para hacer más fáciles las tareas cotidianas; el territorio dispone de un amplio Multiespacio cultural con un Museo de la Lengua, un Anfiteatro y diversas salas que reciben semanalmente a vecinos y vecinas con entradas libres pero agotadas, y una biblioteca muy particular: “tienen que verla”, advierte Diker en la charla sin revelar que está construida alrededor de un árbol añejo, preservado por la edificación.

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Por el interior de los pasillos de esta Goliat universitaria, los puentes interconectan los institutos y las redes. Tiempo visitó las aulas, los laboratorios, la radio y la televisión que inyectan a la magnífica universidad de comunicaciones no sólo internas sino hacia el afuera del espacio académico para que “que el territorio pueda tener su voz”, como explica Diker, reconociendo las gestiones anteriores y puntualizando los desafíos que se avecinan por estos años de políticas extractivas, de últimos recursos y de dificultades presupuestarias.

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(Foto: Campus Universidad Nacional de General Sarmiento)

A espaldas de su sillón, colorean el negro de la biblioteca largos estantes de libros realizados por las ediciones de la universidad. Se pueden leer diversos títulos con la palabra “trans”.  Al comenzar la charla, anticipamos que nuestro interés por la visita lleva unos meses pero, tal vez, el disparador final fue el reciente estreno de la guía audiovisual web feminista, Caja de Herramientas. Y, sobre el final, después de una escucha atenta, entregará en mano un compendio de ediciones que trabajan la igualdad de derechos, entre los cuales, están los escritos de Gabriela Mansilla y otras compilaciones.

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(Foto: Campus Universidad Nacional de General Sarmiento)


“Es muy cuidadoso en los contenidos” aclara en la primera mañana sobre el programa web feminista. “Trabajamos con integrantes del colectivo Ni una Menos para encontrar un formato que fuera una herramienta para introducir a las personas de distintas edades en las cuestiones que tienen que ver con el feminismo, el patriarcado. Además de que es corto (seis minutos), tiene conceptos muy claros y muy directos. Me lo imagino en escuelas, organizaciones. Todos trabajan con el humor”, afirma como quien ya ha procesado el feminismo desde las fuentes, las resoluciones y la praxis.

-Es importante que la universidad salga al barrio.

-Desde que abrimos el canal de televisión y los lineamientos políticos desde el Área de Comunicación de medios se planteó no ser un canal ni una radio de universitarios para universitarios, sino buscar un espacio más amplio donde pueda llegar, el modo en que desde las universidades vemos los problemas y los tratamos y, al mismo tiempo, es un lugar de resonancia de las voces del territorio. Hay muchos programas que recuperan la vida del territorio y muestran una estructura del Conurbano menos estereotipada y menos estigmatizada que muestran los medios. El rector anterior (Eduardo) Rinesi ya había previsto en la construcción de uno de los módulos de aula, un estudio de producción audiovisual y un estudio de radio. Lo que permitieron las políticas públicas de los gobiernos kirchneristas fue equipar los medios de comunicación universitario, incluso, proveer de personal. A diferencia de otras universidades, teníamos las condiciones físicas, el equipamiento y el equipo profesional.

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(Foto: Campus Universidad Nacional de General Sarmiento)

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(Foto: Campus Universidad Nacional de General Sarmiento)


-En un contexto de recorte de presupuesto a nivel nacional…

-Estos son los últimos remanentes de fondos que se sostuvieron en las políticas del anterior gobierno que, además de equipar, siguiendo los lineamientos de la Ley de Medios, multiplicar las voces de los medios, entre otros las universidades, asignaba fondos para la producción audiovisual universitaria. Esos fondos se ejecutaban y administraban a través del Consejo Interuniversitario Nacional. Desde que asume este nuevo gobierno se elimina la línea presupuestaria destinada a la producción audiovisual. El desafío ahora es ver cómo sostenemos la producción de nuestros canales, en una apuesta que requiere mucha discusión interna porque expresan prioridades políticas. En contextos restrictivos hay que ser muy cuidadoso para preservar lo que es una de las funciones centrales de la universidad -aportar a la diversidad mediática- y garantizar el derecho a la comunicación. Con el cambio del estatuto se añadió a las tres funciones centrales: investigación, formación y extensión (servicios y acciones con la comunidad), una cuarta función académica, la promoción de la cultura y de la comunicación. De modo que para nosotros sostener nuestros medios es hoy una función central, lo mismo con la cultura.

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(Foto: Campus Universidad Nacional de General Sarmiento)

-Empezás tu segunda gestión como rectora. ¿Qué implica que una mujer ocupe este cargo?

-El período arranca el 24 de agosto, estoy terminando el primero. El hecho de ser mujer ayuda pero no es suficiente, hay muchas mujeres que reproducen prácticas patriarcales. En este momento de inflexión del movimiento feminista en la Argentina ha sido un impulso, pero hay un compromiso institucional muy importante en relación a no sólo con el feminismo sino con una posición que ponga en discusión las formas patriarcales de dominación, en una universidad que se propone desde su primer artículo contribuir a construir una sociedad más igualitaria. Entonces, en esa línea las luchas de las mujeres son luchas que nos son propias al mandato de esta universidad. ¿Vieron el mástil? (a la fotógrafa y a la redactora).

-¿Está colgada la bandera verde?

-La colgamos el 14 de junio cuando se aprobó la media sanción. Fue mucha gente. Un grupo de chicas de la universidad que había hecho la vigilia vino acá, directamente. Ese día además terminaban las elecciones. Y decidimos dejarla hasta que sea ley. En esta universidad la primera resolución en la que el Consejo Superior se pronuncia sobre el tema fue en 2011 y saca una resolución en la que adhiere a la Campaña por la promoción del tratamiento de la ley de legalización y en su artículo segundo dice que esta universidad apoya el derecho de las mujeres en la interrupción voluntaria de embarazo, en los primeros meses de gestación. Y llama en 2011, y asigna un área de Bienestar Universitaria, a promover el debate público. Entonces, desde hace muchos años viene instalando el tema, el trabajo con la Campaña nacional, comprometiendo investigadores, investigadoras, estudiantes, no docentes. Esto se intensificó en el último año.

-Pasaron por mucho procesamiento de la información. El hecho de llegar al punto del humor para definir el patriarcado da cuenta de eso.

-Y mucho acuerdo institucional. Cuando fui al Congreso  -hubiera ido en cualquier caso- habíamos sacado otra resolución en 2018 apoyando la legalización. Era importante para mí representar una posición institucional. Porque también es cierto que en esta universidad hay muchos estudiantes que no están de acuerdo que haya una bandera.

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(Foto: Campus Universidad Nacional de General Sarmiento)


-¿Y en esos casos cómo manejan las respuestas “pro-vida”?

-Les respondemos que es muy respetable, pero que estamos hablando de derechos. Es una universidad pública que apunta a la garantía de derechos. Se puede no estar de acuerdo, pero en ese sentido nos importa mucho preservar lo propio de la universidad: su pluralidad, la heterogeneidad de las funciones y encontrar los modos de procesar estos posicionamientos que representen al conjunto.

-¿Cómo fue la iniciativa de izarla?

-Por trabajadoras no docentes. En particular, una persona que está cargo de prensa de la universidad. «¿Por qué no colgamos la bandera?», se preguntaron. La hicieron, la pintaron. Cuando la colgamos estaba fresca de pintura todavía (risas). Todo ocurrió el mismo 14. Desde el primer Ni una Menos, y las distintas movilizaciones a las que se fueron llamando, tanto las de junio como las de marzo, hay una movilización en el campus interesante. Ahí sí tiene un efecto que haya una rectora mujer porque yo me sumo a la movilización. Todos los institutos de investigación y docencia se suman. En varias ocasiones la movilización sucede desde acá hasta Plaza de Mayo, en lo que se llama «el trenazo», con las mujeres de las distintas zonas del Conurbano.

-Respecto de la movilidad estudiantil, ¿hacen intercambios?

-Un eje nuevo es promover acciones de internacionalización centrado en los distintos aspectos,  uno de ellos son las movilidades estudiantiles. Para buena parte de los estudiantes esta es la única universidad que conocen. Cualquier movilidad nacional o internacional da un plus de formación incalculable. También en un contexto de políticas en retracción, de los financiamientos de vínculos internacionales. Estamos discutiéndolo sobre la idea de que no cualquier internacionalización es indicadora de calidad. Pondremos un énfasis en la integración regional latinoamericana.