Parece mentira, y es un caso único en el mundo, pero en una campaña electoral como la actual se está discutiendo una propuesta de una de las agrupaciones que entró al balotaje donde se postula como posibilidad establecer un mercado de órganos.

Así lo volvió a traer en escena Diana Mondino, diputada nacional electa por La Libertad Avanza (LLA). En las últimas horas sostuvo que el mercado de órganos es «fantástico» aunque «la gente crea que la van a cortar en pedacitos».

Marta Monteverde es jefa de Equipo de Trasplante Renal del servicio de Nefrología del Garrahan, una institución insignia en el tema. Y donde hoy miran perplejos que el tema sea instalado como propuesta.

En diálogo con Tiempo relata cómo es la realidad hoy de los trasplantes en la Argentina: «según datos públicos del INCUCAI, casi 10.000 pacientes se encuentran inscriptos en lista de espera. Donde hay más anotados es en los de riñón, hígado, córneas, y luego cardiotoráxicos».

Marta Monteverde

En Argentina hay casi 30.000 pacientes en diálisis, de los cuales 9.900 están inscritos en lista de espera. De ellos, 5.400 están en lista renal.

«Hay trece listas de espera distintas, algunas con órganos combinados, como ejemplo, riñón y páncreas en pacientes diabéticos. La ley argentina en referente al donante vivo no acepta donación con donante no relacionado, salvo autorización del juez», aclara la especialista.

Trasplantes, donantes, educación y transparencia

Los pacientes pediátricos constituyen el 1% de la población en diálisis. «No llegan a 350 chicos, y en lista de espera renal son 109 pacientes», explica la especialista.

Marta remarca la presencia en la Argentina del INCUCAI y el Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante de la República Argentina (SINTRA): «Existe un sistema público que legisla sobre la distribución y el origen de distribución. Es un sistema público y transparente, requiere de presentarse, de ser autorizado por un juez, y uno de sus leitmotiv es justamente la distribución en equidad».

-¿En qué hay que hacer foco de cara a la población?

-En lo cualitativo, es importante concientizar al paciente que la calidad de vida y la expectativa de vida con un trasplante supera por creces la expectativa de vida en un tratamiento conservador cuando el órgano falla. Es importante concientizar al paciente que debe tener voluntad, lo que implica vivir con un trasplante. Que agrega cantidad y calidad de vida comparado con estar sentado en un sillón de diálisis, o un órgano en falla terminal, un corazón o un hígado.

-¿Cómo funciona el sistema?

-Hay criterios médicos que indican cuándo un paciente tiene que entrar a la lista de espera o no. Y esos criterios son clarísimos y rígidos. Por ejemplo, en riñón cuando un paciente llega a tener solo un 15% de la función renal está en condiciones de entrar en la lista de espera. Los niños fueron beneficiados mucho tiempo porque podían entrar en lista de espera sin acceder a la diálisis. Recientemente, los adultos sin diálisis previa han sido incorporados a la posibilidad de estar inscriptos en lista de espera. Por ejemplo, la inscripción de un paciente, el referista de lista renal, es obligatoria, y debe expresar el paciente voluntad de recibir un órgano o no. Con respecto a los niños, cada niño que entra en diálisis, la inmensísima mayoría entran en diálisis para trasplantarse, y lo logran. En los adultos, el tiempo de espera es mayor. Hay otros obstáculos a la accesibilidad, como puede ser el tiempo en diálisis.

-¿Y en referencia a los donantes fallecidos?

-Después de sancionar la Ley Justina, existe el consentimiento presunto. Todos somos donantes, salvo que manifestemos nuestra voluntad en contra de hacerlo. Al referirme a todos implica una persona mayor de edad, a partir de los 18 años o más. Y en referencia a la donación pediátrica, el padre, la madre o el tutor deben autorizar la donación. En este caso no es presunta sino autorizada por su papá o su mamá.

-¿Cómo definiría al sistema argentino?

-Si uno tuviera que describir el sistema argentino es un sistema público transparente, equitativo y accesible a todo aquel paciente que lo requiera, independientemente de su situación social, de su cobertura y del lugar de residencia en el país. El aumento de la demanda de órganos y el aumento de la cantidad de pacientes inscritos en lista de espera constituyen un fenómeno que no solo ocurre en Argentina, sino es un fenómeno mundial. Aún así, si por ejemplo nos centramos en la lista renal pediátrica, más del 50% de los pacientes pediátricos en lista de espera del INCUCAI obtienen su injerto dentro de los seis meses de inscripto y casi el 70 a 80% dentro de los 12 meses. Otro órgano muy importante son las córneas. En los niños prácticamente no hay receptores en lista de espera para córneas y los receptores actuales son alrededor de 2.800.

-¿Qué opina cuando se habla de mercado de órganos?

-Todo lo que conversamos hasta ahora, son temas que requieren un marco ético y equitativo indiscutible, transparente. Pero bueno, siempre hay actividades no éticas, que han motivado por ejemplo la declaración de Estambul, una reunión de abril del 2008 en la cual varias sociedades de trasplante internacional han condenado estas actividades. El pueblo se va a expresar en las urnas y creo que uno tiene que mostrar lo que hace y lo que hace es avalar una ley de consentimiento presunto, que es la Ley Justina, no hay otra. Fortalecer lo que se hace es la mejor bandera que uno tiene. No hay con qué darle, uno está orgulloso de lo que hace.

-¿Qué modelo sigue el sistema de nuestro país?

-Creo que en gran parte Argentina imita muchos aspectos positivos del modelo español, la tasa de donantes que es un sistema público equitativo y cuenta con donantes con consentimiento presunto. La tasa de donación en España supera los 44 donantes por millón de habitantes en cada año, la nuestra tuvo su máximo en el 2019 que llegó a 19, 20 donantes por millón de habitantes. Luego vino la pandemia. Actualmente estando alrededor de 15, 16 donantes por millón de habitantes. La mejor forma de discutir esto es conociendo la realidad, estando cerca de aquellos que la padecen. Aquellos que sufren la enfermedad quieren trasplantarse, pero dentro de este marco de transparencia y honestidad. El pueblo se va a expresar en las urnas y creo que de nuevo uno tiene que mostrar lo que hace y lo que hace es avalar una ley de consentimiento presunto, no hay otra. Fortalecer lo que hace es la mejor bandera. Cuanto más difusión y transparencia se le da a la donación más donantes va a haber y menos pacientes en lista de espera.

-¿Hay otro ejemplo en el mundo que oficialice el mercado de órganos?

-Mercado legal, por ejemplo, según mi conocimiento se puede encontrar en Irán, pero creo que la forma no es esa. Creo que la forma es fomentar la transparencia de la donación, educar al equipo de salud, educar a la población, educar en los colegios, mostrar lo que es un trasplante desde la escuela. Proponer que sea una materia más como parte de una ciencia de la salud. Donar es dar vida después de la vida. Y ese es un lema que cuando se imparte con transparencia, desde los más pequeñitos, es más efectivo. A menor ignorancia, mayor donación.

Más críticas a la propuesta libertaria: desde el padre de Justina hasta radicales

Uno de los primeros en salir a cuestionar la frase de Diana Mondino fue Ezequiel Lo Celso, el padre de Justina, la nena que dio nombre a una ley de vanguardia en la región. «No se compra y vende órganos en ningún lugar del mundo. Es realmente ridículo», planteó. Rechazó la creación de un «mercado de órganos» y aseguró : «Hay errores conceptuales y de datos. El INCUCAI es admirado a nivel mundial».

«Una persona que va a tener un rol en el gobierno y que tiene el compromiso de ayudar a la gente que la vota tiene que tener una responsabilidad y tener mucho en cuenta lo que sucede realmente», declaró a C5N.

Tras la muerte de su hija, Lo Cane se convirtió en uno de los impulsores de la Ley 27.447, conocida popularmente como «Ley Justina». Se sancionó en 2018 y estableció que toda persona mayor de 18 años es donante de órganos o tejidos salvo que haya dejado constancia expresa de lo contrario.

«En el artículo 23 aprueba el trasplante cruzado, que está basado en el premio Nobel de Estados Unidos, pero definitivamente prohíbe la venta de órganos. Donar y tener hijos es por amor».

Aclaró que el trasplante cruzado permite que un donante y un receptor no compatibles se inscriban juntos en la lista de espera para encontrar a otra pareja con la que exista compatibilidad cruzada: «En un país convulsionado en lo social, lo económico, la educación, la salud, tenés que tener una responsabilidad muy atada a lo sensible, a pensar en el otro y la empatía. Yo me informo responsablemente y trato de aportar sobre algo real una solución que creemos que podría funcionar».

«Hay cosas para mejorar, pero son cosas que la Ley Justina ya establece y no se están cumpliendo, no que habría que cambiar. Si alguien entiende que la Ley Justina se puede mejorar, bienvenido sea, pero partiendo de lo real y no confundiendo a la gente».

Quien también salió a hablar fue la diputada nacional electa por la UCR, Diana Carrizo: «Lo que propone Mondino no sólo es un delito – «tráfico de orgános humanos», prohibido por la Unión Europea en 2018- es una falta de respeto enorme a las personas inscriptas en el INCUCAI que esperan un trasplante en Argentina. Para hablar de Mercado hay que entender primero como funciona el Estado».