En la Ciudad de Buenos Aires no solamente suspendieron las clases presenciales y virtuales, además la ministra de Educación, Soledad Acuña, notificó que tampoco van a entregar las canastas alimenticias que distribuyen cada dos semanas en las escuelas públicas porteñas. La decisión generó otro malestar en las miles de familias que integran la comunidad educativa ya que la mayoría de quienes van en busca de esos bolsones con alimentos, son familias de los sectores más vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires.

“A raíz de las últimas medidas comunicadas en relación a la situación COVID, quedan suspendidas las entregas de la próxima semana (26/5 al 28/5)”, avisó la cartera de educación de la Ciudad mediante un correo electrónico. “La reprogramación de la Canasta Escolar Nutritiva (CEN) será del siguiente modo: Para completar la 8.a entrega, aquellas escuelas que recibían los días 26/5, 27/5 y el 28/5, recibirán los días 1/6, 2/6 y 3/6 respectivamente”, agrega el comunicado.

Las críticas no tardaron en llegar desde diferentes sectores que ven con preocupación esta decisión del gobierno porteño ya que muchas familias cuentan exclusivamente con esas canastas para alimentar a sus hijos.

“La dupla Larreta y Acuña ahora tampoco van a entregar las canastas alimentarias de la próxima semana. ¿La idea es que nuestrxs pibes y pibas no coman durante una semana?  ¿Qué otro casillero de insensibilidad les falta llenar? Exigimos que de manera urgente solucionen este tema”, publicó en sus redes la legisladora porteña Lorena pokoik, quien además es la vicepresidenta de la Comisión de Educación de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

En el mismo sentido se expresó, también en la red social twitter, la diputada porteña Maru Bielli: “Además de no garantizar la virtualidad, Larreta y Acuña deciden no entregar las canastas alimentarias en las escuelas la semana que viene. Pensar que se puede postergar la comida de les niñes en este contexto, es perverso. Necesitamos que revean de forma urgente esta decisión”.

La decisión de no distribuir los bolsones con alimentos va en sintonía con el cese total de las clases presneciales y virtuales en la Ciudad de Buenos Aires. Por este tema, la propia ministra de Educación Soledad Acuña, atribuyó esta decisión al “momento de angustia” y a la “situación que no para de crecer en términos sanitarios”, en referencia a la progresión de los contagios. “Hace dos semanas atrás seguían las actividades económicas abiertas, entonces las clases también continuaron; ahora eso cambió”, argumentó Acuña en declaraciones radiales.

Las críticas también llegaron por parte de maestras y maestros y gremios docentes: “Lo que estamos viendo nosotros con estas medidas que está tomando el gobierno porteño, es cierto desprecio, cierta desidia con la educación pública. Las políticas que vienen tomando en la pandemia en todo este tiempo son políticas que no dan respuesta, desde lo sanitario, ni desde lo educativo y ahora tampoco desde lo social con la suspensión de la entrega de las canastas alimenticias”, alega en diálogo con Tiempo Guillermo Parodi, Secretario Adjunto del gremio docente UTE.

“Por un lado suspende las clases virtuales y presenciales, y esto parece un castigo que ahora además le quita las viandas a los pibes, que sabemos que en este momento muchas familias están padeciendo necesidades de alimentación seria, con la crisis económica que hay, quitarles esta posibilidad de acceder a los alimentos es algo que linde con lo perverso”, agrega Parodi.

La decisión de Acuña de retirar momentáneamente los bolsones alimenticios, afecta profundamente a los barrios más postergados. En cada entrega que se realiza en el Polo Mugica del barrio de retiro, lindero a la villa 31, miles de familias se acercan a buscar los productos porque, en muchos casos, es el único acceso a la alimentación que tienen sus hijos e hijas.

“Acá en el barrio tenemos diferentes situaciones familiares y sobre todo laborales. Hay familias que necesitan de las canastas e incluso que envían a sus hijos a la escuela porque ahí pueden comer”, declara a Tiempo, Silvana Olivera, referente de la Villa 31 e integrante de la comunidad educativa.

“Hay cientos de familias que estos días no van a poder ir a trabajar como consecuencia de las restricciones, y no van a poder llevar un plato de comida a sus casas. La decisión de Acuña de suspender la entrega de bolsones alimenticios es otro castigo a la comunidad educativa, no quedan dudas”, agrega Olivera.