El padre Lorenzo “Toto” de Vedia está hace más de 20 años como sacerdote en la Parroquia de los Milagros de Caacupé en la Villa 21-24 del barrio porteño de Barracas, donde viven al menos 40 mil vecinos (extraoficial admiten un tercio más). Hoy –como sus otros colegas, los curas villeros–, siente estar viendo la película enfrente de sus ojos. Una clase política que se fue alejando del territorio, salarios que pierden ante la inflación, desgranamiento social, bronca y desgano en los pibes, y un supuesto outsider que capta votos y seguidores con discursos «anti Estado» y «anti casta».

Pero Toto no se resigna, a pesar de la desazón. Fue uno de los que encabezó la misa en apoyo al Papa Francisco y contra Javier Milei, por los dichos del libertario contra Bergoglio. Y reflejó algo inédito en las últimas campañas: la participación activa de un sector de la Iglesia frente a una avanzada neoliberal conservadora.

El domingo pasado, durante el debate presidencial, Milei fue interrogado por Sergio Massa acerca de sus afirmaciones contra Francisco, a quien en más de una oportunidad lo llamó «comunista» y de «estar del lado de dictaduras sangrientas». En el debate, el dirigente libertario sostuvo que fueron declaraciones previas a su actividad política: «Si me equivoqué, no tengo problemas en decir que estoy arrepentido».

El Padre Toto enfatiza que «no alcanza» y que el postulante de LLA «le esquivó al bulto. No siento que sea realmente un pedido de disculpas» al papa Francisco. Y remarcó que hace pocas semanas, en la entrevista con Tucker Carlson, volvió a apuntar al Sumo Pontífice.

Desde la parroquia, Toto subraya a Tiempo que la ofensa de Milei al Papa es «también a los más pobres».

Milei, el Estado y las necesidades insatisfechas

-¿Qué opina de la respuesta de Milei sobre el Papa?

-Los dichos de Milei, de agravios al Papa, me parecen inadmisible. No hay que dejarlos pasar. Y, por lo tanto, también afectan a los más pobres, porque el Papa se identifica como aquel que desde el principio dijo que quiere una Iglesia pobre para los más pobres, que habla de la política como la forma más alta de caridad y entonces de alguna manera se expresa en nombre de los pobres. Milei desprecia a los pobres cuando dice que el Estado es un robo, que la justicia social es un robo, por eso, por carácter transitivo, la ofensa al Papa es también ofensa a los más pobres.

-¿Cómo ve la situación en la villa respecto a la clase política y las elecciones?

-Si bien mucha gente en la villa tiene conciencia política, hay un aire de despolitización, gente muy abocada a estar pendiente a las necesidades básicas insatisfechas. La lucha por el pan de cada día y tantas emergencias, hacen que por ahí no se hagan preguntas en profundidad con respecto a cómo solucionar las cosas, globalmente hablando. Entonces, al estar en eso, mucha gente de estos barrios entra en la confusión que provoca Milei. Ante el hueco que deja la clase de gente que está alejada del pueblo, incluso la gestión de este gobierno que en principio sería el campo popular, pero que en la práctica dejó mucho que desear en este aspecto… mucha gente, su bronca la expresó identificándose con el descontento de Milei.

¿Cuál es la realidad social en el barrio?

-La situación social del barrio es bastante acuciante. Los principales problemas son sobre todo la inflación, el aumento de precios. Y si bien hubo un repunte en la adquisición de trabajo, no hay salarios que estén a la altura de lo que la gente en verdad necesita. Son bajos salarios. Entonces eso hace que la situación social se complique.

-¿Qué es lo que más se necesita para cambiar el contexto?

-Lo que más hace falta es una clase dirigente y clase política que estén más cerca del ciudadano de a pie. La gente siente lejos a la clase dirigente de muchos ámbitos, entre ellos el político. Teniendo cercanía se van a poder tomar medidas e implementar políticas acordes a lo que la gente necesita.

-¿Por qué la Iglesia fue uno de los primeros sectores sociales en reaccionar ante Milei?

-Yo creo que la gente humilde, sobre todo, se siente muy identificada con el Papa Francisco. Es un Papa que rompió cierta lejanía que a veces la jerarquía de la iglesia puede tener con los más humildes, y por eso gente de la iglesia, gente religiosa, saltó en contra de las agresiones de Milei. Se ve que hay otros sectores sociales que, si bien les molestó, son parte de muchos argentinos que se pusieron muy contentos cuando se eligió al Papa Argentino pero que dejaron de quererlo tanto cuando escucharon la prédica y vieron el rumbo que fue marcando el Papa Francisco en favor de los más desfavorecidos de la sociedad. Por eso gente de otros sectores sociales, incluso de la iglesia misma, no han saltado tanto en contra de las agresiones de Milei.