Apagan los fuegos abrasadores de los bosques y montañas argentinas en medio de una crisis climática acuciante, pero están precarizados. Y se viene la temporada alta de incendios. En Argentina hay 876 brigadistas contratados: 496 dependen de Nación y 380 de las provincias. Algunos trabajan desde hace más de 20 años pero tienen contratos transitorios, en las infructuosas luchas por ser planta permanente.

Según denuncian, un brigadista inicial que combate en terreno y está en contacto con el fuego directo cobra 69 mil pesos mensuales. Por eso, este viernes están realizan un paro nacional. Hasta ahora, se han unido los que pertenecen a los parques nacionales Nahuel Huapi (Río Negro), Lanin (Neuquén), Alerces (Chubut), Glaciares (Santa Cruz), Mburucuya (Corrientes), Pilcomayo (Formosa) y Ciervo de los Pantanos (Buenos Aires).

“En este contexto de crisis climática, muchas provincias están bajo fuego, especialmente Salta. Por eso hace un par de semanas en las asambleas de diferentes parques se está diciendo que no vamos a ir a los incendios fuera de nuestra jurisdicción hasta que no se reviertan medidas injustas para nuestro modo de contratación”, contó a Tiempo desde El Chaltén Andrea Torres, brigadista del Parque Nacional Los Glaciares.

“Pedimos un aumento salarial porque $ 69 mil es muy poco dinero –sostiene–. También pedimos un adicional de comisión en situaciones de emergencia, hace un mes pasó que unos compañeros y compañeras empezaron a trabajar en los incendios del Delta, estuvieron dos meses y tuvieron que renunciar porque el sueldo era demasiado poco, cobraba más el que trabajaba en un comercio de la esquina que siendo brigadista y en este un contexto de crisis climática no podemos darnos el lujo de estar perdiéndolos”.

También reclaman que cese de persecución a intimidación que han recibido varios brigadistas: “somos personas contratadas, muy vulnerables a la presión que ejercen las jefaturas y direcciones o intendencias de los Parques Nacionales para que no visibilicemos nuestra situación precaria de trabajo”.

Los reclamos buscan respuesta de las autoridades del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, pero también de las autoridades de Parques Nacionales, del Servicio Nacional de Manejo del Fuego y de las provincias, de las cuales dependen casi el 40% del total de brigadistas del país.

Desde Parques Nacionales respondieron a Tiempo: «Al inicio de la gestión, el Servicio del Manejo del Fuego estaba desarticulado, y una de las primeras medidas fue aumentar el presupuesto de área, además de duplicar la cantidad de brigadistas dependientes del Ministerio de Ambiente. La inversión para 2022 es 35 veces mayor a la del 2019, gracias a la creación de un fideicomiso específico para el manejo del fuego. Entre el Ministerio de Ambiente y Parques Nacionales se suman 516 brigadistas, distribuidos en todo el país».

«Las y los 416 brigadistas que tenían situación de precariedad laboral al momento de la creación del sectorial, y que habían estado 26 años sin pertenecer al Estado, con contratos informales, ahora están encuadrados en un convenio sectorial con los beneficios de vacaciones, aguinaldo y horas extras –continuaron–. Además, se participa activamente del tratamiento legislativo del proyecto que creará un régimen previsional diferencial para combatientes de incendios forestales y rurales, que ya cuenta con media sanción del Senado. Las situación era muy precaria y se progresó en muchos aspectos, pero sabemos que falta mucho por hacer y estamos trabajando para seguir mejorando las condiciones de trabajo de las y los brigadistas». El miércoles se volverán a reunir las partes.

Una jubilación digna

Torres contó que siguen esperando la ley de jubilación anticipada para el sector. El proyecto tiene media sanción en senadores pero se encuentra en debate en comisiones de Diputados. Sin embargo, contempla la edad jubilatoria entre los 50 y 57 años, y el reclamo es que se baje para que esté entre los 47 y los 50 años.  

“El cuerpo de quien es brigadista está enfrentándose al fuego, al humo, se desgasta muchísimo, hacemos trabajos en los incendios forestales y atendemos emergencias en la montaña, en los parques nacionales; eso acarrea un maltrato físico y mental muy alto, por eso la jubilación anticipada es importante”, acotó.

La jornada de paro incluye volanteadas, asambleas, ausencia del puesto de trabajo, entre otras acciones que serán definidas en cada territorio. Incluso en Salta, antes de salir a terreno por los incendios que suceden en simultáneo, se llevará a cabo una asamblea.