Carlos Casal, militante contra el gatillo fácil, lleva más de dos semanas preso después de que defendió, con un cuchillo de cocina, a una mujer embarazada que estaba siendo golpeada por su pareja. El delito que pesa sobre él es excarcelable, pero por su condición de reincidente la justicia de Morón ordenó su detención en la comisaría cuarta de Merlo.

“Estaba realizando una labor militante en el barrio Evita, donde está trabajando el Padre ‘Paco’ Oliveira, quien lo alertó de un hecho de violencia de género y él fue para intervenir. Se encontró con un tipo que le estaba pegando a su mujer embarazada”, explica a Tiempo Christian Escanes, presidente de la Asociación Civil Pocho Lepratti, que lo tiene a Casal como vicepresidente. “Se enfrentaron y Carlos le hizo un pequeño corte en el antebrazo con un cuchillo de cocina que consiguió en el lugar y este lo denunció. Ahora pretenden bajarle una prisión preventiva a nuestro compañero. Es injusto lo que está pasando porque es un militante muy comprometido y solo quiso ayudar a esa mujer. Este hecho nada tiene que ver con sus antecedentes -por robo- porque ya pagó con tiempo sufrido adentro de la cárcel. Pero la justicia lo está recriminalizando”, agregó.

Los vecinos del barrio Evita de Merlo aseguran que Damián Héctor Juárez “siempre golpea a su mujer que está embarazada” y que si alguien se mete e intenta intervenir “se pone más agresivo”.

Madres que perdieron a sus hijos por el gatillo fácil están colaborando como pueden. Explican que Casal siempre las ayudó en la búsqueda de justicia que llevan adelante. Cuentan que el militante, de 34 años, no tiene familia y que ellas ocupan ese lugar.

“Es una persona de corazón abierto. Un compañero que siempre está a nuestro lado brindándonos solidaridad. Nos acompañó varias veces a la provincia de Mendoza para homenajear a mi hijo que fue asesinado por la Policía. Cuando fuimos, a través de una cooperativa, nos consiguió las remeras con el rostro de mi pibe. Participó en juicios, marchas y muchas actividades que hicimos en contra de la violencia institucional. Lo detuvieron y golpearon muchas veces, es un chico muy sufrido y no tiene familia”, cuenta Miriam Medina, madre de Sebastián Bordón, víctima del gatillo fácil.

“Nosotras sentimos mucho cariño por él. Pedimos que lo dejen libre porque no ha hecho nada malo, solo quiso ayudar a esa mujer que sufre violencia de género. Es un pibe que siempre lucha por los derechos de los últimos de la fila para ponerlos en primer lugar. Con mis compañeras estamos viendo si le podemos poner una abogada. También el tema de llevarle comida a la comisaria. Lo asistimos como podemos. Es muy injusto que esté preso. Hay madres que no tienen dinero y se ofrecen a llevarle hielo”, agrega Medina.

Además de su militancia en la Pocho Lepratti y el Movimiento Evita, Casal también fue referente de la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional y miembro de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso Nacional.

“Es un militante muy comprometido con los familiares de personas víctimas del gatillo fácil. Compartí espacios de activismo con él, siempre mostró mucho amor y cariño por la Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Su labor está profundamente ligada a los Derechos Humanos y las cárceles. Fue víctima de la represión macrista, golpeado, encarcelado y luego liberado cuando se votó la reforma previsional en 2017. Pedimos que liberen a Casal”, concluye Facundo Nívolo, secretario de prensa del Movimiento Evita de San Martín.