Los espacios públicos del Ecoparque –es decir, la versión Pro del Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires– están cada vez más cerca de ser concesionados a privados. Con despacho conjunto de las comisiones legislativas de Protección del Espacio Público y de Presupuesto, los diputados porteños aprobaron, en primera lectura, la iniciativa de la Jefatura de Gobierno.

El proyecto de ley deberá discutirse en audiencia pública antes de volver a ser debatido y votado en sesión ordinaria de la Legislatura, para su sanción definitiva, pero esta primera votación –que sumó 42 votos positivos de las bancadas de Vamos Juntos, Evolución, el Partido Socialista y el GEN, contra 15 negativos de Unidad Ciudadana, el Bloque Peronista, el FIT y Autodeterminación y Libertad– preanuncia que los edificios y terrenos que quedarán en desuso por la liberación o traslado de animales cautivos –además de nuevos espacios cubiertos o al aire libre ubicados dentro del predio– serán explotados por 10, 15 o 20 años, según los casos, por privados, y destinados, como estipula el texto, a actividades educativas, recreativas y de servicios.

De la superficie total de 167.500 metros cuadrados (casi 17 hectáreas) que delimitan las avenidas Las Heras, Santa Fe, Sarmiento, del Libertador y República de la India, se concesionará una quinta parte: 33.050 metros cuadrados.

El objeto del proyecto oficial es “continuar con la progresiva transformación” del Zoo, “permitiendo financiar, a través de la participación privada, las inversiones y erogaciones necesarias para garantizar los estándares de bienestar animal, los programas de conservación y los proyectos educativos y de investigación».

Se prevé que ya durante 2018, y en una primera etapa, se ponga en marcha el proceso de privatización por 20 años de la Casa de los Osos (6500 metros cuadrados) y la Condorera (2100 m2). Por 15 años, la Confitería El Águila (1100 m2), la Fosa de los Leones (1600 m2), el Pabellón de los Loros (750 m2), el Pabellón de las Fieras (2700 m2), el Acuario y las Caballerizas (3500 m2) y el Reptilario (400 m2).

A partir de 2020, se agregarán las concesiones por 20 años de los Templos Hindúes de los Elefantes (2800 m2) y de los Cebúes (2700 m2). Y por 10 años, el Pabellón Ruso (1200 m2), la Casa de las Jirafas (500 m2), el Chalet de Ciervos y Bisontes (400 m2) y el Chalet de los Rinocerontes (500 m2).

Por fin, desde 2022 pasarían a ser administrados por privados el Antiguo Monario Azul, el Pabellón de los Camellos, la Casa de los Ciervos y Tapires, y la Choza ex Congoleña, además de las instalaciones de la Administración y el Museo de Arte Infantil (ex Casa de Pumas y Víboras).

Según estipula el proyecto de ley, se podrá otorgar un máximo de tres predios para la explotación a un mismo concesionario.

Respecto de la cuestión patrimonial, el texto obliga al Ejecutivo porteño a «garantizar la intervención de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos y/o de los organismos competentes en materia de preservación y restauración del patrimonio histórico y cultural», y «arbitrar los medios necesarios para la preservación y restauración de los bienes con valor patrimonial, histórico y/o cultural», incluyendo el material bibliográfico existente en la biblioteca del actual Zoo.

Por un decreto de 1997, todo el conjunto edilicio, paisajístico, ambiental, artístico y ornamental (con sus esculturas de célebres artistas como Antonio Canova, Emilio Sarniguet y Lola Mora, y sus árboles notables) fue declarado Monumento Histórico Nacional.

Las sumas que se recauden por estas privatizaciones, afirma el Gobierno porteño, se destinarán íntegramente al financiamiento de las transformaciones del actual Zoo en Ecoparque, de acuerdo a los protocolos e informes técnicos que realice el equipo técnico veterinario de la Unidad de Proyectos Especiales (UPE) “Ecoparque Interactivo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires” para resguardar el bienestar animal de los ejemplares que se alojen en el predio.