La Ruta 40 tucumana es un destino con múltiples ofertas: cultura ancestral, la arqueología, las artesanías, naturaleza y las bodegas tucumanas. Es un tramo pequeño de todo el gran corredor argentino de “la 40”, son 41 kilómetros en pleno valle calchaquí y donde la mixtura de la cultura ancestral con la actual deparan un sinfín de sitios, actividades y atractivos.

Uno de ellos, el más famoso, es la Ciudad Sagrada de Los Quilmes. La fortaleza que protege el cerro Altos del Rey, en pleno valle calchaquí. Llegar por la ruta es una aventura y en los kilómetros hasta el sitio, se verá de pronto el suelo de areniscas y hasta algún médano si se quiere, en medio de la vegetación natural de la región. El sitio ofrece senderos que lo conducen hasta la cima y desde donde se aprecia el territorio y todas las construcciones. Da escalofríos pensar la población que habitó y resistió desde aquí a los españoles. 

En la base, el  centro de interpretación es nuevo para quienes no han llegado aquí en los últimos cinco años. Son cinco salas imperdibles. Hay un auditorio donde una pantalla gigante muestra la historia de la comunidad de Amaicha del Valle en un documental en el que participan los propios Amaichas quienes relatan la historia, la cosmovisión y el presente. Además, en la segunda sala, “línea del tiempo”, narra cada momento de la historia con los hechos que se sucedieron en el  mundo y en la historia calchaquí. 

En la tercera sala, las audioguías acompañan al visitante con descripciones de la forma de vida calchaquí y, en otra sala, se pueden observar piezas arqueológicas. Casi terminando el recorrido por el museo, otro recinto expone el valor de la tierra y la labor comunitaria para su explotación sustentable y al final, un ámbito dedicado al concepto del cosmos y la naturaleza de la cultura andina. La Ciudad Sagrada de los Quilmes es uno de los sitios arqueológicos más importantes del norte argentino, que atrae visitantes de todas partes y transforma la travesía rutera en una experiencia entre pueblos, culturas e historias.

En este lugar el recorrido es a pie. Pero se puede estirar el viaje y llegar hasta Amaicha del Valle, donde hay propuestas de recorridos de 4 a 8 personas que un Amaicha (Sumajpacha Turismo) revelará la importancia de la tierra, los bosques de algarrobas, del pueblo de Incalilla, el primer asentamiento en la zona, los 50 años del inca, los 300 años de resistencia calchaquí, entre otras cuestiones. 

Los pueblos vallistos

Parte de este recorrido rutero en tan pocos kilómetros conduce a los pueblos de El Pichao, Talapazo y Colalao del Valle, que integran el universo rutero en estos valles calchaquíes tucumanos. Allí, el turismo rural y comunitario; ruta del vino, los productores de nueces, dulces artesanales y cada comunidad abre sus puertas para ofrecer momentos únicos plenos de cultura, historia y naturaleza. Muchos viajeros intentan recorrer en un día esta travesía, pero los valles calchaquíes atrapan y sugieren disfrutar de la tranquilidad de cada lugar. Una mixtura imperdible entre el terruño, la arquitectura, los aromas, colores y sabores de este territorio que imprime la fuerza de la historia.

Un dato imperdible es que si este tramo de RN 40 presenta la mayor concentración de sitios arqueológicos y emprendimientos productivos, también integra parte de la Ruta del Vino donde está la única bodega comunitaria. Es Los Amaichas, que ha sido distinguida con la Marca Tucumán por el gobierno provincial. Sólo hay tres bodegas en el mundo entero administradas por un pueblo originario. Bodega Comunitaria Los Amaichas, así se llama, es una de ellas, las otras dos están ubicadas Australia y Canadá.  

La historia de América y la cultura es lo que el viajero recibe cuando une cada pueblo y sus habitantes en la Ruta 40. Desde Ampimpa, El Pichao, Amaicha del Valle, El Bañado, Talapazo, Quilmes y Colalao del Valle o a los propios Quilmes son parte de esta propuesta a los pies de las cumbres calchaquíes. 

Los artesanos del valle integran la Ruta del Artesano, donde se puede visitar cada taller y conocer el trabajo que cada uno realiza. Cuero, cerámica, madera o metal y textiles, la diversidad es punto de encuentro en este territorio. Hay de todo. También las travesías en 4×4, cabalgatas, senderismo y los distintos recorridos llegan literalmente hasta el cielo, porque muy cerquita, a tan solo 24 Km de la Ruta 40, está Ampimpa con su observatorio astronómico, uno de los mejores para visitar en este 2023.

Otra bodega

Si probó los vinos y conoció la bodega Los Amaichas, también podrá visitar el emprendimiento que nada tiene que ver con el pueblo pero es una historia curiosa: la familia Spaini. Son italianos que se enamoraron de este terruño en 2010 y hoy, con 120 hectáreas implantadas con cepas Malbec, Cabernet Franc y Torrontés, abren las puertas de Finca Albarossa, el hotel boutique al pie del cerro La Mina (4762 msnm) que se integra al paisaje y suma el cultivo de olivos, en el kilómetro 4282 de la RN 40, a la altura de la localidad de Fuerte Quemado. Aceptan mascotas en su alojamiento. 

La historia, la arqueología y la cultura van de la mano de la naturaleza en esta provincia donde parte del viaje es probar las famosas empanadas tucumanas. Casi tan famoso también es el “Sánguche de Milanga”, con la milanesas recién hecha, calentita y el pan con un golpe de tostador, uno de los imperdibles al visitar esta zona.