Aunque no la veamos, la pandemia está. A pesar de que ya no se la nombre, sumado a la llegada del calor y el levantamiento de las restricciones (o justamente por ello), los casos de coronavirus están en aumento, no solo en la Argentina, sino sobre todo en países vecinos como Brasil y Chile. CABA, como suele ocurrir en los brotes de Covid–19, es la que encabeza la que parece ser una nueva ola. Pero hay un dato que preocupa más en este contexto: solo 6,2 millones de personas tienen aplicada la segunda dosis de refuerzo.

A nivel nacional los datos se triplicaron en un mes, y se duplicaron en la última semana respecto a la anterior, aunque aún en números bajísimos comparado a picos predecesores: en siete días pasaron de 130 a 252 contagios diarios en promedio. Claro que eso es un piso, y no una foto exacta de la realidad.

Así lo explica a Tiempo el físico, investigador del Conicet y ex decano de Exactas, Jorge Aliaga, quien sigue la curva epidemiológica desde el inicio de la pandemia: “los casos que vemos hoy no son comparables con los que vimos hace un año atrás porque desde marzo el Consejo Federal de Salud (Cofesa) decidió que no se testea a los menores de 50 que no son de riesgo, aunque tengan síntomas, y es el grupo de personas que más se contagian. Hoy esos no los estamos viendo, salvo que estén internados o graves. Si no pasa eso no lo detectamos. Solo podemos comparar los de hoy con los de hace un mes. Y esos casos se triplicaron”.

Tierra del Fuego (que hasta hace mes y medio tenía cero casos) y la Ciudad de Buenos Aires son las jurisdicciones que encabezan el alza. En la Capital Federal el último mes se multiplicaron por 7 las infecciones: subieron de 30 a 220. “Está claro que hay una suba, en Ciudad especialmente”, enfatiza Aliaga. Y ofrece razones: “se debe en parte a que como detectó Proyecto PAIS en el último reporte, en Argentina están circulando las variantes que mayoritariamente generaron las últimas subas en Europa y el resto del mundo, por lo cual es esperable que ellas generan más suba de casos aquí también. Por otro lado, en esta época de fin de año crece la cantidad de reuniones sociales y juntadas con pocos cuidados, y con el calor estás más tiempo en lugares cerrados con aires acondicionados Split que no ventilan ni renuevan el aire”.

“Estamos ante un incremento en el número de casos de Covid, por supuesto en un contexto de bajos testeos. Esto es la punta del iceberg –subraya a este diario Leda Guzzi, de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI)–. Muchos casos no se están diagnosticando, y todo en un marco regional e internacional de aumento, con nuevo pico en Brasil y Chile. Nosotros con este incremento, que es relevante y que establece un alerta en cuanto a que probablemente vaya a haber una nueva ola, sostenemos que es importante que las personas completen los refuerzos vacunales”.

Foto: @gcba / Twitter

Variantes

En Brasil el aumento de contagios generó que las autoridades sanitarias de las regiones más complicadas volvieran a imponer en los últimos días el uso de barbijos en aeropuertos y vuelos.

Con respecto a nuevas variantes detectadas, el virólogo molecular Humberto Debat, integrante del Proyecto Argentino Interinstitucional de Genómica de SARS-CoV-2 (PAIS), indicó a Télam que «todavía siguen siendo subvariantes de Ómicron y casi toda la población mundial pasó por una infección por Ómicron, por lo que la probabilidad de que esto tenga impacto sanitario fuerte es muy baja aunque aumente el número de infecciones».

«Estamos en una etapa de la pandemia con marcadores epidemiológicos favorables porque, si bien hay reportes en diferentes partes del mundo de crecimiento de nuevas infecciones, se están reportando unos 350 mil casos diarios, que es más de 10 veces menos de lo que tuvimos en picos de Ómicron, y hay una baja sostenida de fallecimientos desde hace seis meses, con unos mil muertos diarios a nivel global», acotó.

Sobre el aumento de casos en Brasil, Debat explicó que podría tener alguna asociación con nuevas variantes que están circulando. En el Amazonas fue descrito hace poco tiempo un sublinaje de Ómicron llamado BE.9 y en Río de Janeiro está aumentando la frecuencia de B.Q.1.1.

«De la variante BE.9 del Amazonas no hay registro de reportes en otras partes del globo por lo que no sabemos si ha comenzado a expandirse, y de B.Q.1.1 sabemos que tiene una ventaja de crecimiento del 30% con respecto a otros sublinajes de Ómicron y fue detectada en 77 países a nivel global, incluyendo a la Argentina, Perú, Chile, Colombia», aclaró.

No es solo Chile y Brasil. Ya se empieza a ver aumentos en Europa, con la llegada próxima del invierno, y también en China, que pasó de 1668 casos diarios el 31 de octubre a 27.620 el día de ayer. En ese marco, sorprendieron las imágenes de enormes predios con miles de casas para aislar a las personas contagiadas, en una política de aislamientos estrictos que encuentra cierto rechazo en parte de la población.

Lo urgente

El Monitor Público de Vacunación ofrece una radiografía del actual panorama de inmunización en el país. Y de cara a los próximos meses, muestra índices dispares: por un lado, 41.049.293 personas se dieron al menos una dosis contra el Covid–19. Es uno de los porcentajes más altos del mundo. Pero de ellas, 37,9 millones se dieron la segunda, o sea, casi 3 millones menos. De esas, a su vez, fueron 21,8 millones las que se aplicaron el primer refuerzo: es decir, 16,1 millones no se dieron ningún refuerzo. Y eso ocurrió hace un año. Y de esas 21,8 millones, hay 15,5 millones que no se dieron el segundo refuerzo (o cuarta dosis).  

Las recomendaciones de las y los especialistas vienen por dos carriles. El principal es mantener la vacunación día. Eso significa que aquellas personas a las que le transcurrió medio año desde la última dosis, se apliquen una nueva. Y que mayores de 50 o con factores de riesgo, se den la quinta dosis de refuerzo.

“Pero no hay que quedarse con eso –acota Aliaga–, hay que sumarle el hecho de que ya sabemos cómo es el contagio de esta enfermedad y usarlo a nuestro favor. Si vamos a estar en lugares cerrados, dejar un poco la ventana abierta. No respirar el aire que respiran otros, y si vamos a estar mucho tiempo muy cerca de otras personas, usemos barbijos. Es una locura que hoy vas a una guardia de un hospital de enfermedades respiratorias y la gente no usa barbijos. Deberíamos haber aprendido algo de esta enfermedad y de cómo son los contagios en el aire”.

Guzzi recuerda “la importancia del autoaislamiento cuando una persona está con síntomas porque sino expone y pone en riesgo a los demás”; y sostiene que “de consolidarse esta ola deberíamos tener todos los cuidados presentes. Ventilación constante y cruzada, y sino es clave el uso del barbijo en interiores. Estaría bueno que todas y todos volvamos al hábito del barbijo al ingresar a interiores”.

Pero el peligro no es solo el Covid. Las autoridades sanitarias ven con preocupación cómo bajaron los índices de inmunización para gran parte de las patologías. “Ha habido una tendencia a una caída en las tasas de vacunación que se ha exacerbado con la pandemia –añade Guzzi–. Hay una caída de veinte puntos por debajo de los valores óptimos de vacunación. Según el último reporte no había alcanzado al 80% de la mayoría de las dosis (por fuera del Covid), y esto nos pone en riesgo de reintroducción de enfermedades eliminadas en nuestro territorio, como el síndrome de rubeola congénita o el sarampión. Es por esto que se está haciendo mucha campaña para vacunarse, sobre todo en niños y niñas de 6 meses a 4 años, para que se den un refuerzo de la triple viral independientemente de las dosis que hayan recibido previamente”.