Mascarilla, ambos, camisolín, guantes, gorros de quirófano desechables y varios elementos que hacen a la vestimenta diaria de profesionales de la salud que, durante horas, llevan adelante intervenciones quirúrgicas en diferentes especialidades. La ola de calor es un atenuante para la actividad, aunque las altas temperaturas no serían un problema si la ventilación interna funcionara sin inconvenientes. En los últimos días, varios hospitales de la Ciudad de Buenos Aires, tuvieron que suspender intervenciones quirúrgicas por falta de funcionamiento del aire acondicionado en las salas de cirugía. Uno de los más afectados es el Hospital Oftalmológico Pedro Lagleyze que lleva suspendidas alrededor de 25 operaciones por día.

Pacientes descompensados, médicos deshidratados y con mareos; son algunas de las situaciones que se generan al interior de las salas quirúrgicas cuando la falta de ventilación acondicionada sofoca a trabajadores y pacientes. “Hace meses que no funciona el aire acondicionado ni en el quirófano grande, ni en el más chicos. En noviembre y diciembre, a medida que iba aumentando la temperatura, se realizaron igualmente las operaciones, pero últimamente no pudimos avanzar porque se descompensan los pacientes y hasta nuestros compañeros”, cuenta a Tiempo Myriam Murúa, Técnica en Cardiología y delegada del Hospital Lagleyze. El promedio anual de cirugías realizadas en ese nosocomio, se acerca a las 30 operaciones diarias, pero estos últimos días estuvieron realizando entre tres y cuatro intervenciones en cada jornada. “No podemos arriesgar la salud de los pacientes que necesitan estar en condiciones seguras en la sala de operaciones, pero tampoco podemos arriesgar la salud de los compañeros y compañeras de trabajo”, agrega.

De acuerdo a los requerimientos internos, Murúa sostiene que en condiciones seguras se puede trabajar cuando en las salas la temperatura ronda los 22 o 23 grados. “Imaginate que si afuera hay treinta y ocho grados de temperatura, adentro es muy superior. Por ejemplo en el quirófano grande contamos con un montón de equipamiento médico, más el paciente, los enfermeros, los médicos, los técnicos y el resto de las máquinas: en las salas de operaciones la temperatura supera los 40 grados”.

A raíz de esta situación, los trabajadores y trabajadoras de este hospital decidieron presentar una carta a las autoridades de la cartera sanitaria, que conduce Fernán Quirós, para que solucione inmediatamente el arreglo del aire acondicionado y la ventilación central. Mientras esperan una solución a este reclamo, el conjunto de profesionales médicos decidió realizar las operaciones más urgentes.

“Esperamos que esta situación no se extienda más allá de la semana que viene, porque hay muchos pacientes que hace meses están esperando ser operados y el ministerio de Salud de la Ciudad tiene que hacerse cargo de esta situación”, remata Murúa.

Por una situación similar atraviesa el hospital Durand. Además de la falta de funcionamiento del aire acondicionado, denunciada en las últimas horas, varias operaciones quirúrgicas fueron suspendidas por falta de anestesistas y otros profesionales de la salud. “No podemos seguir en estas condiciones, en nuestro hospital no funcionan los aires acondicionados en todas las salas de internación. Los pacientes se descompensan y tampoco podemos ofrecerles siquiera agua fría por falta de dispenser y otros recursos”, explica a Tiempo Héctor Ortiz, Licenciado en enfermería y delegado del Durand. “Imaginen que si una persona que no atraviesa ningún problema de salud sufre la falta de aire acondicionado, cómo la padecen los pacientes recién operados, que están internados y que necesitan estar en condiciones óptimas”, agrega Ortiz.

La carencia de personal médico

Desde septiembre del año pasado, los trabajadores del Durand vienen denunciando la falta de recursos y profesional. A mediados de ese mes, se manifestaron por falta de sin insumos, recursos y profesionales, que provocaron más de 1000 intervenciones quirúrgicas postergadas. Si bien la falta de médicos anestesistas es preocupante, la situación se repite en todas las especializaciones médicas. Quienes trabajan en el hospital, aseguran que en la Ciudad, médico que se jubila no es reemplazado por otro profesional. Y tampoco eso ocurre en un hospital modelo como el Durand que no cuenta prácticamente con personal de oftalmología. Al Durand se derivan alrededor del 60% de los accidentes ocurridos en la Ciudad de Buenos Aires y la guardia hospitalaria tampoco da abasto. Desde los gremios del sector, aseguran que hay un abandono programado.