“Buenas tardes, mi nombre es Verónica Ponce, me estoy contactando ya que el Ministerio de Educación de la Ciudad ha puesto en marcha el ‘Programa de Tutorías Telefónicas’ de Apoyo escolar en matemática para los alumnos entre 10 a 13 años de las escuelas públicas de la Ciudad”, comienza un mensaje de whatsapp recibido por cientos de familias. “El objetivo del Apoyo escolar es fortalecer los aprendizajes que presentan mayores dificultades en matemáticas”, sigue el mensaje de texto. “Me estaré contactando vía telefónica en el día de hoy para invitar a su hijo participar del proyecto”, termina.

Esta situación que, en principio, parece un avance de la presencia del Estado en la Ciudad, terminó siendo una preocupación de cientos de familias que fueron «invitadas» a participar de jornadas de apoyo escolar para sus hijos e hijas. “A mí me llamaron hace unos días en nombre del ministerio de educación porteño para ofrecerme apoyo escolar para mis dos hijos, y quedaron en enviarme más material a mi wahtsapp, pero cuando la misma chica que me llamó me envió ese material, quedé con la boca abierta porque lo hizo desde una universidad privada”, cuenta a Tiempo Victoria Suárez, que envía a sus dos hijos al Normal N1 «Roque Saenz Peña», ubicado en Av. Cordoba 1951. “Cuando me llamaron y me empezó a hablar tenía todos mis datos. Me habló de Facundo y de Lorenzo (sus dos hijos) y me preguntó si necesitaba apoyo escolar mediante asistencia telefónica”.

La misma persona que llama en nombre del ministerio de Educación es la que “testea” con diferentes preguntas a los chicos para evaluar si realmente necesitan apoyo escolar. “A uno de mis hijos le hicieron la evaluación telefónica que duro unos 15 minutos. Entre otras cuestiones, le preguntaron si ´se demoraba mucho en hacer un problema matemático’ y, según la respuesta dada, determinan si necesitan de la ayuda escolar”, agrega Victoria. Al cortar la llamada le enviaron más información por whatsapp y ahí descubrió que la persona con la que estaba hablando no era del ministerio de Educación de la Ciudad, sino de la universidad privada Torcuato DiTella.

Como lo indica la información oficial dentro de la universidad paga, el proyecto involucra tanto al Banco Interamericano de Desarrollo (coordinador general del estudio), el socio implementador local (CEPE Di Tella), los Ministerios de Educación de Mendoza y de la Ciudad de Buenos Aires, y los tutores, actores del sistema educativo, entre otros.

“Por teléfono te pintaban todo un panorama hermoso, pero a mí no me cerraba la idea y por eso le seguía preguntando muchas cosas, hasta que me dijo que era de la Di Tella”, explica a Tiempo Laura Soria, otra de las mamás que recibió el mismo llamado telefónico haciéndose pasar por el ministerio de educación porteño. “Además, mientras me hablaba yo le decía que esto tiene que estar articulado con las escuelas, no con cada familia de manera individual”, agrega Laura, que envía a su hijo al mismo Normal 1. “Estaba desconcertada, no entendía nada mientras me hablaba, ya que me iba preguntando ‘cómo había obtenido mis datos, por qué se hace pasar por el ministerio de educación, y cómo alguien externo a la escuela en nombre de la educación pública me ofrece una tutoria de apoyo escolar por teléfono’, recuerda Laura con asombro.

La información recolectada en la web oficial de la universidad privada, subraya: “Las tutorías propuestas se desarrollan a lo largo de 8 semanas y la participación de las familias es opcional.  Semanalmente el padre/ madre o tutor recibe una comunicación vía WhatsApp con propuestas de actividades y desafíos matemáticos para trabajar con los niños/as de 10 a 13 años. De manera complementaria, el tutor se contacta- en un día y horario acordado previamente, para trabajar a partir de dichos mensajes los distintos contenidos considerados fundamentales, profundizando en aquellos que presenten mayor dificultad para cada estudiante”. Tiempo se puso en contacto con el ministerio de educación de la Ciudad para conocer más sobre el tema, e indagar al respecto sobre la decisión de incluir a el sector privado en el apoyo escolar de estudiantes de escuelas porteñas. No dijeron nada al respecto.

Fueron centenares de familias las que recibieron el mismo llamado en los últimos días, y otras que afirman haber recibido la misma propuesta este martes. Cada una de ellas cuenta exactamente la misma historia y muestran el mismo asombro. “Cuando le pregunté a la chica que me volvió a llamar si esto era realmente de la Ciudad, me confirmó que está 100% articulado con el Ministerio de Educación porteño”, termina Laura.

La transferencia de lo público a lo privado

En la Ciudad de Buenos Aires, son varios los ejemplos que salen automáticamente a la luz cuando se habla de “la privatización de la educación pública”. La comunidad educativa tiene en claro que la falta de vacantes, producto de la carencia de escuelas en el distrito, es una decisión política. Esta situación obliga a miles de familias que, al no conseguir un lugar en la educación pública, terminan enviando a sus hijos a una escuela paga, y aquellas que no pueden hacerlo, luchan durante años por la escolarización de sus hijos. Otro ejemplo reciente de la “privatización de la educación pública”, es la decisión de instruir a estudiantes de secundarios porteños en materia de educación financiera, no con un equipo docente dependiente de la cartera, sino con personal privado devenido de empresas multinacionales como el “Banco” digital Ualá, Mercado Libre, la Cámara de Fintech de Argentina, Mujer Financiera, Ripio, Balanz, Afluenta y Poincenot, entre otras.

La intromisión en la educación pública de empresas privadas y ONG’s no es algo nuevo, pero profundizaron su accionar durante la administración macrista. En 2016, la entonces gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal firmó el decreto que permitió el ingreso a las aulas de capacitadores de la ONG Conciencia, presidida Magdalena “Beby” Lacroze Sánchez Elía y patrocinada por Pepsico, Bayer, Pampa Energía, HSBC, Telefónica y Shell, entre otras multinacionales.

Posiblemente la más persistente sea la fundación Junior Achievement, una ONG global de educación económica, emprendedorismo y formación para niños y jóvenes que desde 1991 ofrece cursos en escuelas argentinas para estudiantes “interesados en indagar acerca de las finanzas personales, el ahorro y la inversión”. Otro actor permanente en los colegios es Coca-Cola, cuya última iniciativa con penetración en las instituciones públicas y privadas es ProgramON, que así presenta su oferta educativa.