La tregua entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas entró este lunes en su último día con negociaciones en marcha para prolongar este acuerdo, que permitió la liberación de rehenes y prisioneros y la entrada de ayuda de emergencia a la Franja de Gaza, a pesar de expresiones de desconfianza recíprocas de las partes.

Después de que el presidente estadounidense Joe Biden pidiera este fin de semana que la pausa continúe, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, reclamó hoy la extensión de la tregua «para hacerla sostenible y duradera mientras se trabaja por una solución política».

«Pido una extensión de la pausa que permitiría brindar el alivio que tanto necesita el pueblo de Gaza, y la liberación de más rehenes», dijo por su parte Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN.

En la noche del domingo al lunes, el movimiento islamista Hamas afirmó que busca «prolongar la tregua más allá de estos cuatro días» con el objetivo de «aumentar el número de prisioneros liberados».

Una fuente cercana a Hamas dijo a la agencia de noticias AFP que la organización ha «informado a los mediadores» que son partidarios de una extensión de entre «dos a cuatro días».

El acuerdo, negociado por Qatar con el apoyo de Estados Unidos y Egipto, se puso en marcha desde la madrugada del viernes, y prevé cuatro días de tregua, el acceso de ayuda humanitaria a Gaza, la liberación de 50 rehenes de los más de 200 retenidos en Gaza y la excarcelación de 150 presos palestinos en prisiones israelíes.

Una cláusula del acuerdo permite ampliarlo para liberar a diario una decena de rehenes a manos de Hamas a cambio de una treintena de presos palestinos en Israel.

El caso es que el sábado, cuando finalmente se concretó la liberación de la segunda tanda de rehenes, Hamas encendió una luz de alarma cuando anunció que retrasaba el procedimiento por entender que Israel había «incumplido» el acuerdo, lo que fue rechazado por el gobierno isaraelí, que advirtió que si a la medianoche del sábado el grupo islamista seguía reteniendo a los rehenes daría por caído el acuerdo y retomaría las hostilidades.

Finalmente, luego de horas de intensas gestiones de Qatar y Egipto, el segundo grupo fue liberado y se despejaron los temores de una negociación por los rehenes tomados el 7 de octubre, durante el ataque de Hamas en territorio israelí adonde fueron asesinadas más de 1.200 personas, en su gran mayoría civiles, y se llevaron como rehenes a más de 240 personas, entre ellos una veintena de argentinos.

Más de 14.800 palestinos, incluyendo unos 6.000 niños, murieron desde entonces en bombardeos israelíes en la Franja de Gaza, y 1,7 millones de los 2,3 millones de habitantes del enclave tuvieron que abandonar sus casas por la violencia, según Hamas.

En este contexto, Israel participa de las negociaciones por la liberación de rehenes, pero advierte que las hostilidades contra Hamas no tienen marcha atrás.

Irán, que apoya a Hamas, también pidió que la tregua «entre en un proceso duradero» y que «los crímenes del régimen sionista cesen por completo», indicó Nasser Kanani, portavoz de la cancillería.

La oficina de Netanyahu indicó hoy que «se mantienen conversaciones» en Israel sobre la lista de rehenes que serán liberados durante el día.

Una fuente cercana en Qatar, citada por AFP, afirmó que había «un ligero problema» con esta lista. «Los qataríes trabajan con ambas partes para resolverlo y evitar retrasos».

La comisión de prisioneros de la Autoridad Palestina acusa por su parte al Ejército israelí de haber detenido a un centenar de gazatíes durante su ofensiva.

«Tememos que hayan sido asesinados tras ser detenidos e interrogados», indicó Qaddura Fares, jefe de este órgano gubernamental, afirmando que Israel le proporcionó en una ocasión «la cifra de 105 detenciones, pero sin ningún detalle sobre el destino de estas personas».

La tregua ofreció un respiro a los gazatíes, pero la situación humanitaria sigue siendo «peligrosa» y las necesidades «sin precedentes», estimó la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).

Desde el viernes, varios centenares de camiones con ayuda entraron en la Franja de Gaza, donde Israel aplica desde el 9 de octubre un «asedio total» sin suministro de agua, comida, electricidad o medicinas.

«Deberíamos enviar 200 camiones diarios durante al menos dos meses para responder a las necesidades», dijo a la AFP Adnan Abu Hasna, portavoz de UNRWA, que afirmó que en ciertos sectores no había «ni agua potable, ni comida».

El Ejército israelí, que considera el tercio norte de la Franja como una zona de guerra, ordenó a la población evacuar esa área y prohibió el regreso de los civiles durante la tregua, aunque miles de gazatíes intentaron volver a sus casas.

Más de la mitad de las viviendas del territorio resultaron dañadas o destruidas por la guerra, que provocó el desplazamiento de 1,7 de los 2,4 millones de habitantes, señaló la ONU.