Cuba presentará el próximo miércoles un nuevo reclamo ante la asamblea de la ONU contra el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América desde hace más de 60 años. Será el número 26 y esta vez tiene una particularidad: luego del contundente apoyo del año pasado, en que hubo 191 votos en favor del levantamiento contra dos abstenciones -EEUU e Israel- ahora será la primera vez que el gobierno de Donald Trump deberá responder ante este pedido prácticamente unánime en ese organismo internacional.

Nadie espera que el polémico presidente estadounidense repita la votación del año pasado, cuando Barack Obama coronó su aflojamiento de sanciones impuestas por John F Kennedy en 1962 y continuadas y ampliadas por todos sus sucesores con una abstención.

De hecho, ni bien llegó a la Casa Blanca Trump se propuso como objetivo destruir los avances logradas desde la histórica conversación telefónica de Obama con el presidente cubano Raúl Castro, en diciembre de 2014. La incógnita será ver qué posición toman países que tradicionalmente apoyaron a Washington y que en 2016 viraron para seguir la ola de rechazo a una medida que el propio Obama había caratulado como fracasada.

Los cubanos, mientras tanto, ya presentaron el informe sobre las graves consecuencias que para la economía de esa nación provocan las sanciones que dificultan no solo el desarrollo sino incluso atentan contra el sistema de salud y la atención de los ciudadanos y el turismo, su ingreso más importante para obtener moneda dura.

Así, en un profundo informe al que tuvo acceso Tiempo, reseñan que desde la primera sanción, en la década del 60, hasta la fecha, los daños acumulados por el bloqueo suman 822.280 millones de dólares, tomando en cuenta la depreciación de la moneda estadounidense en relación al oro en el mercado internacional. A precios corrientes, son más de 130.178 millones.

En cuanto al perjuicio desde en la última resolución, que fue en octubre de 2016, el gobierno estimó el perjuicio en 4.305 millones de dólares. Y detalla que según el Ministerio de Economía y Planificación de Cuba, el país requiere entre 2.000 y 2.500 millones de dólares de inversión extranjera directa anual para alcanzar su desarrollo económico.

«En otras palabras, el costo del bloqueo anual representa para Cuba alrededor del doble de lo necesario para el desarrollo total de su economía», destaca el documento.

Luego puntualiza algunos ejemplos para resaltar que el problema del bloqueo no es solo un tema bilateral entre dos naciones sino que afecta las relaciones normales de Cuba con el resto del mundo de un modo crucial.

Entre las medidas de aflojamiento de Obama -que no llegó a hacer aprobar el levantamiento del bloqueo- el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos había informado el 15 de marzo de 2016, que permitiría que Cuba utilice el dólar estadounidense en sus transacciones internacionales y de que bancos estadounidenses ofrecieran créditos a los importadores cubanos para adquirir productos estadounidenses autorizados.

No es un tema menor ya que como saben quienes alguna vez viajaron a la isla, la utilización de tarjetas de crédito es casi imposible. Tampoco es fácil realizar operaciones de ninguna índole usando moneda estadounidense.

La directiva mencionada podría haber facilitado las cosas, pero los cubanos señalan que no han podido realizar ninguna operación internacional de envergadura en esta moneda.

Con Obama se habían restablecido los vuelos regulares entre ambos países y se autorizaron las visitas de estadounidenses mediante una licencia general en las 12 categorías permitidas por la ley. Ahora todo fue para atrás nuevamente, lo que representa no solo una pérdida de ingresos sino también se traba la posibilidad de mantener intercambios personales y que los estadounidenses puedan conocer la realidad de Cuba sin interferencias. 

Como ejemplos de las dificultades en el área de la salud por la negativa de los bancos a comerciar con Cuba, el informe apunta:

En febrero de 2017, la empresa alemana Otto Bock HealthCare GmbH, comunicó que debido al bloqueo no podrían suministrar prótesis ortopédicas solicitadas por Medicuba S.A. Por las mismas razones, del proveedor Lindmed Trade S. L. de España, notificó que no podía suministrar el antibiótico Ciprofloxaxina Lactato Inyección 200 MG, ya que el fabricante, Claris Otsuka, se negó a vender la mercancía porque el banco no quería estar en riesgo de ser sancionado por las autoridades estadounidenses.

El servicio de anatomía patológica del Hospital Clínico Quirúrgico “Hermanos Amejeiras”, un centro de alta complejidad, posee un microscopio Hitachi, que al tener más de un 80 % de componentes estadounidenses hace imposible su reparación.

Laboratorios MedSol, la empresa que mayor cantidad de genéricos aporta el cuadro básico de medicamentos en Cuba, necesita envases de PVC para sus productos. A través de un intermediario, contrató la compra a la alemana Klöckner Pentaplast Gmbh. pero la firma comunicó que pasarán a cotizar en el mercado de valores de los Estados Unidos, y por lo tanto recibió la instrucción de no realizar ninguna operación directa o indirecta con Cuba.

Situaciones como esta se reproducen en el ámbito de la educación, el deporte y la cultura. La Asociación Cubana de Derecho de Autor Musical (ACDAM) no pudo concretar la firma de un contrato de representación reciproca con la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores (ASCAP), a pesar de entendimiento entre ambas instituciones.

Otra más: la Empresa Comandante “Ernesto Che Guevara” no pudo exportar unas 3. 500 toneladas de sulfuro de níquel porque ninguna institución bancaria aceptó abrir una carta de crédito en el exterior. Otra minera, la Empresa Mixta Moa Nickel S.A, tiene prohibido importar desde los Estados Unidos el azufre necesario para su producción y debe importarlo de Medio Oriente con un costo 25% mayor.

El miércoles 1 de noviembre nuevamente se verán las caras los representantes de todos los países para tratar esta delicada situación. En Cuba confían en que hay un grupo abrumador de países para los cuales el no al bloqueo es una suerte de voto consolidado. Entre ellos ubican a los latinoamericanos, incluida la Argentina, y los europeos. Pero no saben qué tanta presión estaría ejerciendo el gobierno de Trump para torcer voluntades en el resto del mundo.

Por lo pronto, las autoridades cubanas organizaron un concurso de carteles #NoMásBloqueo. Convocados por a competición fue convocada por la Cancillería de Cuba, la Oficina Nacional de Diseño (ONDI) y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana concitó la atención de diseñadores de Cuba, Argentina, Brasil, China, Estados Unidos, Italia, Japón y México. El tercer premio fue para una cordobesa, Ana Laura Peirone. Los cubanos Armando Mesa Pérez y Liz Capote Alonso obtuvieron el segundo y el primer premio respectivamente. Podés ver los afiches arriba.