Las denuncias sobre la participación y complicidad de los gobiernos de Argentina y Brasil en el golpe contra Evo se confirman cada día más, tras analizar los acontecimientos previos y la pertenencia de los presidentes Macri y Bolsonaro tanto a fundaciones de EE UU como su relación con las iglesias evangélicas de nuevo cuño, y sus amistades con golpistas de Bolivia, en especial con la poderosa élite de Santa Cruz de la Sierra.

El hecho de que ambos mandatarios formen parte activa de las redes de esas fundaciones y de sus ONG especializadas en profundizar los caminos de la injerencia en la región y de cooptación en diversos sectores de la población, para desestabilizar todo gobierno «molesto» para Washington, es ahora investigado a fondo.

También la actuación de estas fundaciones en labores de inteligencia ya que se convirtieron en la «cara social de la CIA». Como sucede con la NED, supuesta Fundación Nacional para la Democracia (National Endowmentfor Democracy) creada por el gobierno de Ronald Reagan en los ’80, que fue invadiendo todo el territorio de América Latina, tras las dictaduras de los ’70-’80. Ya en el golpe fracasado, pero muy violento de septiembre de 2008 contra Evo Morales, quien entonces ordenó salir del país al embajador Philip Goldberg, aparecieron suficientes documentos del papel de la NED y la USAID (Agencia de EE UU para el Desarrollo), otra pata de esta ofensiva. También Morales expulsaría a la DEA (Administración para el Control de Drogas), responsable de persecuciones y asesinatos en nombre de la supuesta lucha contra el narcotráfico. En 2009 ordenó la salida de la CIA infiltrada en la dirección de la recuperada empresa Yacimientos Petrolíferos Bolivianos y en toda Bolivia desde fines de los ’50, con oficinas en la propia casa de gobierno, como descubrió Evo al llegar al Palacio Quemado en 2006. El codirector del Centro para la Investigación Económica y Política de EE UU, Mark Weisbrot, había advertido ya en esos años que su gobierno «había decidido mantener sus vínculos con la oposición de Bolivia envueltos en el secretismo», preocupados porque la administración Bush se negaba a revelar el monto y los beneficiados de la ayuda a sectores en Bolivia.

Luego, documentadamente, difundió la información de que la NED financiaba programas que permitían llevar a EE UU a jóvenes líderes emergentes bolivianos para fortalecer a los partidos derechistas. «No sólo la USAID, sino otras entidades están entregando dinero a grupos de oposición en Bolivia (…) una gran parte, al parecer destinados a «sobornar personas» en ese país, escribió Weisbrot.

En 2011 la USAID también estuvo detrás de un supuesto levantamiento de indígenas en la zona amazónica, que marchaban en «defensa del medio ambiente» contra Morales. El gobierno descubrió que los líderes indígenas, que llevaban también grupos de choque paramilitares de Santa Cruz y se comunicaban hasta 12 veces por día con la embajada de EE UU.  Estos «líderes» habían sido llevados a Washington para entrenarlos y oponerlos a Evo. En junio de 2012 también estuvo la USAID detrás de un alzamiento policial de encapuchados golpistas que aterrorizaron durante horas a la capital boliviana. En este 2019, apresuraron el golpe tramado día por día, antes que asumiera Alberto Fernández.

Macri y Bolsonaro eran indispensables en sus planes. A esto se refirió la diputada boliviana del Movimiento al Socialismo (MAS) Alicia Canqui Condori cuando aseguró que «en Jujuy se había reunido la hija de Donald Trump con el gobernador Gerardo Morales para planificar todo este plan que han hecho en Bolivia». Ivanka Trump –hija y asesora del presidente– llegó en la noche del 4 de septiembre a Jujuyacompañada por más de 2500 agentes federales, el subsecretario John Sullivan y una cantidad de funcionarios, cuyos nombres fueron cuidadosamente ocultados. Sorprendieron las nunca vistas medidas de seguridad tomadas y la cantidad de personas y aviones utilizados para visitar a la pequeña ONG jujeña PRO Mujer, dependiente de la iniciativa para el Desarrollo y la Prosperidad Global de las Mujeres (WGDP), creada este año por Trump.

Ivanka fue recibida por el canciller Jorge Faurie y el gobernador jujeño. Almorzó y se reunió con el embajador de EE UU en Argentina, Edward Prado y otros funcionarios. Entregó «ayuda» a Gerardo Morales por U$S 400 millones. Un avión militar de Argentina partió al otro día a Santa Cruz y hasta ahora Morales no informó sobre el motivo del viaje y de la supuesta donación de los equipos para «controlar desastres naturales» a esa ciudad boliviana. El «cívico» Luis Fernando Camacho, cuyo nombre figura en los Panamá Papers, entre otros antecedentes oscuros, también se reunió con el canciller de Brasil, Ernesto Araujo, y otros funcionarios.  Araujo reconoció ahora al supuesto «nuevo gobierno» de Jeanine Áñez.