Ernesto Samper Pizano, el último secretario General de la Unasur, tiene razones de peso para considerar que el flamante gobierno de Iván Duque se equivoca al anunciar el retiro de Colombia de ese organismo regional. «Es un Brexit sudamericano», dice en una misiva que le envió al mandatario de derecha uribista que asumió el cargo el pasado 7 de agosto.

Con un perfil contrario a los acuerdos de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y al guerrilla de las FARC, Duque pudo ganar el comicio en segunda vuelta sobre el centroizquierdista Gustavo Petro y desde el inicio de su gestión quiere dejar en claro que abomina de todo lo que se construyó en su país y en la región en los últimos ocho años. El portazo a Unasur es un detalle más en el rosario de medidas que se propone implementar para dar un giro importante en el manejo del estado colombiano.

Pero el caso de Unasur es simbólicamente uno de los más trascendentes. Creada en 2004 como Comunidad Suramericana de Naciones y devenida cuatro años más tarde en Unión de Naciones Suramericanas, fue clave en la resolución pacífica de un levantamiento en 2008 contra el presidente Evo Morales de la llamada Media Luna boliviana, el oriente próspero del país.

Lo fue también, ya con Néstor Kirchner como primer secretario general, cuando Álvaro Uribe aceleró una ofensiva contra el gobierno de Hugo Chávez que a punto estuvo de terminar en choque militares en la frontera, justo cuando tenía que dejarle el poder a Santos, a fines de julio de 2010.

A la muerte del ex presidente argentino, hubo un acuerdo no escrito de alternar en la Secretaría de Unasur a un representante colombiano y a uno venezolano. Así,  la ex canciller de Samper, María Emma Mejía, ocupó ese cargo hasta 2012. La sucedió el ex ministro de Relaciones Exteriores de Chávez, el venezolano Alí Rodríguez Araque. Samper tomó la posta en 2014 hasta diciembre de 2017.

Para entonces, el cuadro regional era tan adverso a la integración regional -Mauricio Macri había sido electo en Argentina, Dilma había sido destituida por un golpe institucional en Brasil y volvía Sebastián Piñera a Chile, entre otros datos clave- que no se lo reemplazó. El turno le correspondía, en ese recambio, a un venezolano.

Duque, en tanto, se sumó a la hostilidad declarada de los gobiernos derechistas contra Nicolás Maduro y el país bolivariano, que lo consideran un dictador y accionan en cada foro que los encuentra por fogonear su derrocamiento. La visita del secretario de Defensa de Estados Unidos, el general James Mattis a la región no tiene otro objetivo que conjugar estrategias para arrinconar al chavismo y desde la Casa Blanca ya no ocultan la opción de generar el conflicto armado que no pudo lograr Uribe hace ocho años e incluso invadir, como desbocado, llegó a decir Donald Trump.

De allí el reclamo de Samper, quien en un tuit escribió


Para Samper, ese «Brexit suramericano»  dejaría a su país aislado regionalmente «y pondría en peligro derechos que resultan de la integración en Unasur, como el derecho de más de 100.000 colombianos que hoy en día trabajan en países suramericanos con el permiso temporal de trabajo de Unasur-Mercosur».

Y agregó: «sería una gran paradoja que,  al retirarse, Colombia quede en la OTAN y por fuera del Consejo Suramericano de Defensa, que es su escenario natural en materia de seguridad hemisférica».

Efectivamente,  a fines de mayo pasado Santos anunció desde Bruselas que Colombia se había convertido en el primer socio global latinoamericano de ese organismo militar creado durante la Guerra Fría para enfrentar en campos de batalla europeos a la Unión Soviética. Y que como su nombre lo indica, es para el Atlántico Norte.

Samper Pizano, descendiente de una familia tradicional con inserción política en Colombia desde los orígenes de su historia -entre sus ancestros hay aristócratas, candidatos a la presidencia, escritores, poetas y hasta un héroe de la independencia como Antonio Nariño y él mismo fue presidente entre 1994 y 1998- curiosamente también está muy relacionado con dos emblemas de la argentinidad. Un tío abuelo, Ernesto Samper Mendoza, era el piloto del avión que el 24 de junio de 1935 chocó y se incendió cuando despegaba en el aeropuerto de Medellín causando la muerte de sus 17 ocupantes, entre ellos Carlos Gardel.

Su hermano Daniel Samper Pizano, periodista y escritor, se destaca como humorista y, gran admirador de Les Luthiers, llegó a intervenir en su país en alguno de los espectáculos del grupo, del que también escribió un libro biográfico. Además, en colaboración con uno de los integrantes del conjunto humorístico-musical, Jorge Maronna, escribió nada menos que seis libros, entre ellos Confesiones de un espermatozoideEl sexo puesto.