El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, comenzó en el mediodía del jueves a ejercer su defensa en el pleno del Congreso ante el pedido de destitución promovido por la oposición, por presuntos vínculos con la empresa brasileña Odebrecht.

El futuro de Kuczynski en el cargo se debatirá y votará este jueves en la sesión plenaria en la que el mandatario fue recibido por los integrantes de su bancada de Peruanos por el Kambio (PPK) en el ingreso del Parlamento, donde recibió los honores de la guardia.

Kuczynski tendrá alrededor de dos horas para exponer ante los parlamentarios, asistido por su abogado Alberto Borea, y en la que no está previsto que responda preguntas. 

Luego los legisladores pasarán al debate y posterior votación de la moción de vacancia o destitución por incapacidad moral permanente. 

De ser aprobado el pedido de destitución, que requiere del voto favorable de 87 de los 130 congresistas, la jefatura del Estado debería ser asumida por el primer vicepresidente, Martín Vizcarra, o, si este declina, por Mercedes Aráoz, la segunda vicepresidente.

Si los dos vicepresidente renuncian, el titular del Congreso, el fujimorista Luis Galarreta, tendría que asumir la presidencia y convocar de inmediato a nuevas elecciones generales, que se deben celebrar en el plazo máximo de un año.

Horas antes de su llegada al Parlamento, un confiado y optimista presidente sostuvo en declaraciones a la emisora colombiana Blu Radio que el Congreso «no tiene los 87 votos» necesarios para destituirlo. 

Y afirmó que ya contestó las críticas en varias entrevistas y presentaciones sobre el contrato firmado por su empresa Westfield Capital con Odebrecht cuando era ministro en el gobierno del ex presidente Alejandro Toledo (2001-2006). 

«Lo que se está buscando es un pretexto para vacarme -destituirme- y hacer un golpe de Estado», afirmó Kuczynski, 

Y reiteró que no recibió dinero de Odebrecht porque «cuando fui ministro me aparté de la empresa y la persona que quedó encargada (…) hizo asesorías a privados en las que el Estado no tuvo que ver».

«Yo era dueño de la empresa y años después recibí varios dividendos, pero no es plata de Odebrecht, es plata formal y declarada por un servicio, no por una coima», sostuvo tajante. 

Ayer, en un mensaje a todo el país, ya había advertido lo mismo y sostuvo que «la Constitución y la democracia están bajo ataque».

«Estamos ante un golpe bajo el disfraz de interpretaciones legales supuestamente legítimas», enfatizó Kuczynski acompañado por Vizcarra y Aráoz, de quien dijo que no asumirán en su remplazo, abriendo las puertas a un llamado a elecciones.

El gobernante exigió al Congreso «respeto a la decisión popular» que le otorgó la presidencia en las elecciones del 2016 por poco más de 40.000 votos sobre Keiko Fujimori, la líder de Fuerza Popular, partido que tiene la mayoría en el Parlamento peruano y que motoriza esta destitución. 

«No somos perfectos, por supuesto, pero ahora es evidente que desde un principio se buscaba llegar hasta lo que está sucediendo hoy», sostuvo en alusión a que su pedido de destitución fue supuestamente planificado por el fujimorismo desde un principio.

El caso Odebrecht involucra a todos los últimos gobiernos peruanos, dado que la empresa admitió millonarios sobornos para adjudicarse grandes obras públicas en el país entre 2005 y 2014, años que gobernaron Alejandro Toledo (2001-2006), Alan García (2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016).