Fue un maravilloso recreo conversar con el filósofo y politólogo Emir Sader en mi programa de la 750. Una visita estupenda. Qué mejor que reproducir buena parte de esa charla tan interesante, instructiva y provechosa, que nos permite entender plenamente esta realidad brasileña y la posibilidad trascendente para el país y para toda la región de un triunfo de Lula en las próximas horas.

-Es impresionante la dinámica de Argentina. Cómo se pasa de un tema a otro… Una gran vorágine…  Yo estoy contento de que Lula propusiera una moneda común sudamericana. Deberá trabajar mucho  desde el comienzo de su gobierno. Le gustó mucho la idea a Alberto Fernández. La Argentina podría sacarse de encima la inflación.

–Lula es muy amigo de Alberto.

-Claro, Alberto largó la campaña electoral y lo fue a visitar a la cárcel.

–La oposición jugó con esto la negociación con el FMI.

–Brasil no negociaría con el FMI porque no necesita. La propuesta brasileña es desdolarizar el comercio regional. Crear un Banco Central sudamericano y una moneda nueva. Brasil pondría sus reservas como garantía… Hugo Chaves lo intentó: Brasil y Argentina no estaban muy propensos. Ahora la iniciativa es de Brasil.

–Puede mejorar el crónico problema monetario de la Argentina.

–Sería una forma de resolver el tema de la inflación. Un exministro de Rafael Correa me dijo que podían salir del dólar creando una moneda nuestra, sudamericana. No sólo es integración política sino económica, antineoliberal.

–Todo muy bien, Emir. Pero ¿gana Lula?

–Gana. Primero o segunda vuelta. En segunda la ventaja sería mucho más grande. Las encuestas menos confiables convergen en una ventaja de Lula, con dos puntos sobre la suma de los demás. Factores como la abstención podrían alterarlo.

–¿Bolsonaro tiene poder para hacer algo negativo para la democracia si pierde?

-Podría, si los militares dan un golpe. Pero no hay condiciones políticas internas ni externas. Si hay golpe en Brasil, EE UU rompería relaciones. Biden está en contra porque Bolsonaro es amigo de Trump. No creo que los militares brasileños se lancen a una aventura sin el apoyo de EE UU.

–¿Evolucionó la relación con los militares?

–Hay como 7 mil en cargos del gobierno. Ilegalmente. Las FFAA se jugaron por Bolsonaro. Pero él es un monstruo que fue posible por la histeria anti PT: todo menos Lula. Cuando fueron a buscar a los candidatos, no encontraron ni a los de Fernando Henrique Cardoso, que dieron el golpe contra Dilma y se jodieron… Estaba él con el 12% y montaron una operación monstruosa. La semana pasada, la Justicia dictaminó que Dilma Rousseff no cometió ninguna ilegalidad que justificara el impeachment en su contra.

–Hay millones que votan Trump, que votan a Bolsonaro, a Meloni como primera ministra. No creo que haya derecha y ultraderecha…  ¿Cuál es el perfil de esta derecha internacional?

–Vinieron para quedarse. No serán mayoría, no atienden a la necesidad de la gente, es una política económica neoliberal antipopular. Pero aunque Bolsonaro y sus hijos se jodan, el bolsonarismo va a quedar. Son capas medias y sectores populares también que radicalizaron hacia la extrema derecha. Se da una gran lucha ideológica para convencer. Una cosa es ser como Bolsonaro, un libretirador y decir cualquier cosa y otra cuando son gobierno: fue pésimo.

–¿Cuáles serán las primeros medidas de Lula?

–La reforma tributaria que mandará al Congreso porque el Estado brasileño está fallido. Necesita impuestos al 1% más rico: infelizmente en Brasil son mucha gente, pero esos impuestos permitirán que la economía vuelva a crecer y hacer políticas sociales. El alma del éxito del PT es eso. Brasil es el país más desigual del continente más desigual.

–¿Qué es el decreto que Lula va a sacar para que Bolsonaro no tape 100 años de gobierno?

-Es increíble. Visitas de los hijos por acá y por allá están bloqueadas con sigilo. Los inmuebles que la familia compró, un escándalo enorme. Todo lo pone con sigilo de 100 años, por decreto presidencial. Lula terminará con eso para abrir todos los escándalos.

–¿Y la discusión por el uso de armas?

-Una cosa muy grave. Se compra armas con gran facilidad. Una parte de los crímenes cometidos, incluso contra gente del PT fue por comprar armas sin dificultades.

–¿Es una estadística inevitable en un país de más de 200 millones?

–En Río de Janeiro hay milicias vinculadas al narcotráfico, a Bolsonaro. Un fenómeno arraigado. Lula cree que el estado tiene que llegar allí, no con la represión sino con  políticas sociales. Los jóvenes son reclutados por las milicias.

–¿Río seguirá a la derecha?

–Tiene un gobernador vinculado a las milicias. Habría segunda vuelta. Y si Lula gana en primera, todavía más el pueblo virará muchas elecciones, incluso la de Río.

–San Pablo será Lula.

–Los tucanos del PSDB de Cardoso están siempre en San Pablo. Ahora Lula ganará por primera vez allí y (Fernando) Haddad podrá ser gobernador.

–¿Qué se perdió de Lula para acá y cuánto tardará en recuperarlo?

–Muchísimo. Dice que su gobierno será de reconstrucción nacional. Brasil está mucho peor de cuando subió en 2003. Estado, economía, educación, todo deshecho. Va a mejorar la vida de la gente de inmediato. La avanzada de Lula son las mujeres, los pobres y los jóvenes.

–¿Y los medios?

-Los medios están en contra de Bolsonaro aunque a la policía económica le gusta. Él no convive con la diferencia y se la pasa atacando. El antibolsonarismo es lo que llevará a Lula a la victoria.

¿Cuál es la fuerza moral de Lula?

–Salió de su gobierno con el 87 % de apoyo, con los medios en contra. La izquierda fue hegemónica por primera vez por los éxitos económicos y sociales, y por el prestigio de Brasil en el mundo. Es la fuerza del optimismo de Brasil, llama la atención de la gente. Se vivió mucho mejor.

-¿Qué hay de nuevo en una vida tan intensa como la tuya? Apoyás a Lula, el hombre que fue presidente, que estuvo preso y que vuelve.

–Tengo mucha esperanza y mucho optimismo. Tengo un libro publicado acá: La izquierda en el Siglo XXI (Colihue) que está para ver lo que pienso. Lula tiene una trayectoria extraordinaria desde su miseria hasta la cárcel. Tres años después es el gran favorito para ganar. Es otro capítulo más de una trayectoria de vida extraordinaria.