«Algunos sucesos afectan tan profundamente en la vida de una cultura que retienen el poder de fascinación permanentemente. Se convierten en el foco de mitos y el ancla del significado de toda una sociedad”.

Ken y Ric Burns-The Civil War (La Guerra Civil)

En 1860 tras la elección del presidente Abraham Lincoln,once estados del sur se separaron del resto de la nación. En 1861 comenzaría la guerra que traería 750000 muertos a Estados Unidos. La llamada Guerra de Secesión, cuyas causas hasta hoy se discuten. Aunque muchos historiadores dicen que el motivo real fue el esclavismo del Sur -que mantenía una economía agraria muy productiva por la mano de obra gratuita de más de 650 mil esclavos traídos de África- otros estudiosos dicen que en realidad la guerra fue por que el Norte nunca aceptó que el Sur decidiera independizarse. Esto incluía disputas económicas relativas a impuestos, diferencias culturales y la progresiva disociación entre una sociedad industrial y otra agrícola. Aunque en realidad el Norte también obtenía beneficios de la esclavitud: banqueros, comerciantes, negocios de transporte, recibían el 40% de los beneficios de la venta de algodón de las grandes plantaciones de los estados sureños. Algunas de estas corporaciones todavía existen: JPMorgan, el banco más grande de Estados Unidos, quien reconoció que dos de sus sucursales en el estado de Luisiana (Citizen Bank y Canal Bank) aceptaban esclavos como respaldo de préstamos.

La guerra terminó en 1865 con la rendición del Sur cuando el General en Jefe de la Confederación, Robert E. Lee, entregó las armas al Comandante General de los Estados Unidos, Ulysses S.Grant en la batalla de Appomattox Court House, Virginia. Gran parte de la infraestructura del sur fue destruida, la Confederación colapsó y 4 millones de esclavos fueron liberados. La Era de la Reconstrucción (1863-1877) se superpuso y siguió a la guerra con el proceso de restaurar la unidad nacional, fortalecer al gobierno nacional y otorgar derechos civiles a los esclavos liberados en todo el país.

Dicen que la historia la cuentan los ganadores y aunque este episodio de la guerra civil no escapa a esta premisa, el sur se valió de una retórica, que todavía persiste. Debido a que los ejércitos de la Unión eran superiores y contaban con todo el apoyo del gobierno, el sur siempre supo que era imposible ganar esta guerra. Desde ahí implementó el hecho de presentar batalla como algo heroico. La «superioridad moral del soldado del sur», quedó plasmada en novelas, películas como «El nacimiento de una Nación» (1915, que mostraba el «carácter superior de la raza blanca» y propició el nacimiento de la organización Ku-Klux-Klan); «Lo que el viento se llevó» (1939, mostrando el afecto entre amos y esclavos).Tras la guerra el sur consiguió maquillar su imagen, los veteranos y demás partidarios lograron crear una historia paralela y presentar la derrota apabullante como un suceso irreversible provocado por el despotismo yankee del norte. «La Causa Perdida» estaba instalada en el imaginario de millones de habitantes sureños. Esta idea fue divulgada a través de tres organizaciones: Confederados Unidos, Hijas Unidas de la Confederación e Hijos de

Veteranos Confederados y por la diseminación de 1500 monumentos, estatuas y cementerios que recordarían a los  «héroes’» que pelearon en la guerra. El gobierno nacional no solo no se pronunció sino que apoyó rememoraciones como el Día de los Caídos -que todavía persiste en todo el país-, en nombre de conservar una unión nacional que nunca existió.

La simbología confederada resurgió en los años 1950- 1970 coincidiendo con la oposición a la lucha por los derechos civiles y el centenario de la guerra de Secesión. Los estados del sur nunca dejaron de conmemorar sus épocas gloriosas de la guerra, muestra reflejada en la bandera con sus 13 estrellas. Aunque en el verano del 2020 muchos monumentos fueron retirados como consecuencia del asesinato de George Floyd , no solo el espíritu sureño sigue en pie sino que fue acrecentado en estos años por el presidente Donald Trump, quien apoyó a los más de 1600 grupos de odio que existen en el país. Es verdad que anteriormente a este gobierno a lo largo y ancho de EEUU había 990 grupos racistas que seguían avivando la supremacía blanca, pero un discurso desde el poder revalidó a estos extremistas.

De todos modos habría que considerar cuáles fueron las condiciones existentes en el sur y por qué a pesar de transcurridos 150 años de la guerra todavía muchos siguen aferrados a este mito de la Causa Perdida y su sentimiento de inferioridad en torno al norte. Quizás las diferencias económicas y las pocas oportunidades de los ciudadanos del sur sean algunas de las respuestas. Según números del censo de este país, los estados más pobres se encuentran en el sur: Mississippi (21.3%), Arkansas (15.5%), Tennessee (14.7%) Virginia Occidental (15.7%). Cuando Trump en su campaña electoral prometió que América sería grande nuevamente, que construiría un muro para desterrar a los «culpables» de todos los males norteamericanos y que América sería la que volvería a comandar el mundo muchos supieron que finalmente alguien se acordaba de ellos y que restablecería el sur olvidado con sus valores de una América blanca. Los pobres, los que viven en las zonas rurales, los llamados  «White trash» (basura blanca), creyeron que llegaba su hora de ser visibilizados. Muchos de los que siguieron al «líder Donald Trump» y pertenecen a grupos de derecha, no solo lo apoyaron en estos años, sino que siguiendo sus palabras y su movimiento «Salven América» fueron a tomar el Capitolio, a poner el cuerpo por una causa nueva y tan vieja como desde hace 150 años. A poner el cuerpo por algo que es solo Una Causa Perdida.


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