La relatora especial de la ONU sobre la venta y explotación sexual de niños, Mama Fátima Singhateh, señaló que Uruguay debe cambiar la cultura que «normaliza» el abuso sexual de menores, al concluir una visita al país, donde un senador oficialista está acusado de abuso de menores.

Singhateh llegó a Uruguay para examinar la protección de los niños, niñas y adolescentes contra la explotación sexual, el matrimonio infantil, la trata de menores y la venta de niños a través de adopciones ilegales. Destacó la «necesidad de educación» para crear «conciencia» sobre estos problemas. «Hay una necesidad de cambiar la cultura en Uruguay que normaliza la explotación y el abuso sexual de menores», dijo en rueda de prensa en Montevideo esta abogada gambiana tras una visita de once días.

La relatora de la ONU enfatizó que jueces, fiscales y abogados defensores «necesitan reeducarse, deconstruir este concepto de que una chica de 17 años que sale con un tipo de 40 años es normal. No es normal, es explotación sexual. Debemos entenderlo», subrayó. Singhateh entregará su informe final sobre Uruguay al Consejo de DD HH de la ONU, con sede en Ginebra.

El senador Gustavo Penadés enfrenta una causa por el delito de explotación sexual infantil, tras la denuncia de una militante del partido. Luego de eso se conocieron otros casos con ribetes similares. Justamente, ante la negativa del legislador, quien señaló que su caso era un típico law-fare, surgieron nuevas presuntas víctimas en el marco de una investigación fiscal, y que ratifican la culpabilidad del político uruguayo, quien decidió tomarse licencia. En total son ocho las víctimas que inculparon al cuestionado dirigente. De todas maneras, Singhateh declinó pronunciarse por este caso, por tratarse de una investigación «en curso».

Pero sí adelantó sus observaciones preliminares, tras reunirse con representantes de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, autoridades locales y municipales, agencias de la ONU, miembros de la sociedad civil y el sector privado, educadores, trabajadores sociales, y víctimas.

Desde el 16 de mayo, además de a Montevideo, viajó a las ciudades de Paysandú, a unos 400 km al noroeste de la capital, y Chuy, a unos 330 km al este, limítrofe con Brasil. «Uruguay sigue siendo un país de origen, tránsito y destino de víctimas de trabajo forzoso y trata con fines de explotación sexual de mujeres y niños», recalcó Singhateh. «