El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, dijo que aceptó la renuncia del ministro del Interior, Luis Heber, y otros funcionarios a partir del escándalo generado por el ocultamiento de información a la Justicia en el marco del caso del pasaporte entregado al narco Sebastián Marset, que llevó esta semana a la salida del cargo del canciller Francisco Bustillo.

«Ya saben de la renuncia de Bustillo, renuncia que acepté. Y en estos días el ministro Luis Alberto Heber, el subsecretario Guillermo Maciel y (el asesor presidencial) Roberto Lafluf, que no tiene competencias ni facultades de gobierno (…) me ofrecieron las renuncias y acepté las tres», manifestó el mandatario uruguayo en una conferencia de prensa después de reunirse con sus socios de coalición y con el presidente del opositor Frente Amplio a su regreso de Estados Unidos.

La crisis en el gobierno uruguayo estalló el miércoles pasado, cuando el canciller presentó su renuncia al cargo después de que se conociera que quiso presionar a una subsecretaria de su cartera para ocultar información a la Justicia.

El escándalo surgió después de que la exsubsecretaria de Relaciones Exteriores Carolina Ache entregara a la Fiscalía unos chats que cruzó con Bustillo, en los que éste le sugería que «pierda» el celular para evitar darle a la Justicia conversaciones vinculadas a la entrega del pasaporte uruguayo a Marset.

Además, Ache aportó a la Justicia documentación para probar que el asesor presidencial Lafluf destruyó un acta notarial de la Cancillería que contenía chats que mantuvo sobre el tema con el subsecretario Maciel y le pidió a ella que borrara los mensajes y certificara con una escribana que esos mensajes no estaban en su celular.

«Tengo la íntima convicción de que tanto el ministro del Interior, el subsecretario, Francisco Bustillo y Carolina Ache no tienen ninguna responsabilidad legal en el otorgamiento del famoso pasaporte», dijo hoy Lacalle Pou, según recogió el diario El Observador.

El mandatario, que defendió la entrega del pasaporte, dijo asimismo que tiene «la convicción de que sabrán defender su honor y su persona» ante la Justicia, donde se dirimirá el asunto.

En la conferencia de prensa, Lacalle Pou informó además que el nuevo ministro del Interior será Nicolás Martinelli, hasta ahora número tres de la cartera, y el nuevo subsecretario será Pablo Abdala, exdirector del Instituto del Niño y Adolescente (INAU).

A su vez, el nuevo canciller será Omar Paganini, que se desempeñaba como ministro de Industria, mientras que su puesto será ocupado por Elisa Facio.

La polémica entrega del pasaporte uruguayo a Marset sacudió ya el año pasado al Gobierno de Lacalle Pou y derivó en ese momento en la destitución de un funcionario de la Dirección Nacional de Identificación Civil.

Marset, prófugo de la Justicia e involucrado en el tráfico de cocaína en la región, recibió en 2021 un pasaporte uruguayo a través de un proceso exprés mientras se encontraba detenido en Dubai por intentar ingresar con un pasaporte paraguayo falso.

En agosto último, logró escapar de un operativo policial en Bolivia, donde se investiga ahora si tuvo ayuda policial y de funcionarios.

En Paraguay se sospecha, además, que puede tener relación con el asesinato, en mayo del año pasado, del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, quien fue atacado a tiros en una playa de Cartagena, Colombia, durante su luna de miel.

El Frente Amplio esperaba “mayor contundencia”

El opositor Frente Amplio (FA) uruguayo dijo que esperaba una «mayor contundencia» de parte del presidente Luis Lacalle Pou frente al escándalo originado por ocultamiento de información a la Justicia en el caso del pasaporte entregado al narcotraficante Sebastián Marset, que el mandatario dio por zanjado con el relevo por renuncia de tres altos funcionarios.

Tras una sesión del secretariado ejecutivo ampliado de la coalición de izquierda -que incluye a representantes de las dos bancadas parlamentarias-, el presidente del FA, Fernando Pereira, advirtió anoche que no puede permitirse que «el narcotráfico se meta en la política» y agregó que Lacalle Pou «está convencido de que con esto dio vuelta la página, y la página recién empieza”.

La crisis política por este hecho derivó en los últimos días en las renuncias del ahora excanciller Francisco Bustillo; del ministro del Interior, Luis Alberto Heber; del subsecretario Guillermo Maciel; y del asesor de comunicación presidencial Roberto Lafluf.

En sus declaraciones de anoche, Fernando Pereira afirmó que el mandatario no puede «darle la orden a un asesor de intervenir en dos ministerios».

Esto último lo dijo en referencia a lo que se desprende de la declaración que hizo el miércoles pasado la exvicecanciller Carolina Ache en Fiscalía, en la cual dijo que el asesor Roberto Lafluf había pedido eliminar un chat clave del caso Marset, y que incluso había adulterado un expediente en Cancillería que contenía ese chat, aseveración que Lacalle Pou desmintió el sábado al dar a conocer las dimisiones.

“Los uruguayos esperaban una explicación de por qué se le entregó un pasaporte a un narcotraficante. Siguen sin saber qué pasó», agregó Pereira, que no dudó en definir que «hay crisis democrática, hay crisis política y hay crisis de Gobierno» tras las cuatro dimisiones que tuvo la administración de Lacalle Pou, reportó el diario montevideno El País.

El golpe que significó para el Gobierno de Uruguay el ocultamiento de información a la Justicia en el caso del pasaporte entregado al narcotraficante Sebastián Marset puso a la alianza oficialista en una inédita crisis interna.

El viernes último, los senadores del Frente Amplio reiteraron un pedido de destitución de los funcionarios involucrados ya presentado anteriormente y advirtieron que, de no concretarse, presentarían una moción de censura contra el ahora exministro del Interior, Luis Alberto Heber.

El sábado, cuando volvió al país procedente de EEUU, donde realizó una visita de Estado, Lacalle se anticipó a las pretensiones de la oposición y anunció que había aceptado la renuncia tanto de Heber como de Guillermo Maciel y Lafluf.

Pereira dijo en conferencia de prensa que si bien las renuncias no era lo que ellos habían pedido sino «la destitución”, valoraban esos pasos al costado como “positivos, porque quitan del Gobierno a gente que claramente actuó al margen de una actuación pública adecuada”, recogió por su parte el medio La Diaria.

“Es tan grande la crisis política y de Gobierno que hay actualmente” en Uruguay que “el 60% de los cargos de ministros y subsecretarios ha cesado por distintos escándalos”, señaló el presidente del FA.

Aunque “los ministros son los fusibles de un Gobierno”, cuando “son tantos hay un cortocircuito que hay que poder parar”, alertó el líder frenteamplista.

Para Pereira, “está claro que ni la sociedad uruguaya ni el FA quedaron conformes con las respuestas que ayer dio el presidente”, porque se esperaba “una mayor contundencia en términos de responsabilidades políticas, en materia de destituciones” y de “asumir con modestia errores que la propia Presidencia cometió”.

“El presidente no le puede dar la orden de intervenir en dos ministerios a un asesor, y si interviene, la sociedad uruguaya no lo puede ver con naturalidad”, sentenció. Así, Pereira se manifestó “preocupado”, porque “se afirma con contundencia que el pasaporte, aunque fuera a un narco, había que dárselo”, un punto respecto del cual incluso Cabildo Abierto -integrante de la coalición de Gobierno- guarda diferencias.

Los gobiernos, señaló Pereira, “tienen discrecionalidad de dar o no dar un pasaporte; la legislación actual permite dar un pasaporte para un solo viaje que tiene que ser con destino al Uruguay”.

El ahora exsubsecretario Maciel “tenía información tan clara de que estábamos ante un narcotraficante peligroso y pesado” y esto lleva a preguntarse, según el dirigente, “por qué no llamó a Interpol” y “por qué le dio la información a Carolina Ache”.