El movimiento indígena de Ecuador  bloqueó este martes rutas de varias provincias en protesta contra la política económica del gobierno de Guillermo Lasso y en abierto desafío al estado de excepción y la militarización que estableció en el país en el marco de la lucha contra el narcotráfico.

En redes sociales, el sector que sigue al expresidente Rafael Correa recordó que cuando las marchas eran contra el gobierno del economista exiliado en Bélgica, Lasso se solidarizaba y celebraba la «rebeldía del pueblo indígena», según un video que retuiteó Correa en su cuenta.

El exmandatario recordó además que cuando apoyaba las manifestaciones populares, Lasso destacaba el valor de «enfrentar en las calles» al gobierno, mientras que hoy advierte que «si tenemos que empuñar con fuerza la constitución para enfrentar a los golpistas, lo haremos».

El gobierno conservador llamó a la ciudadanía a defender Quito para evitar actos de vandalismo como en las manifestaciones de 2019 que duraron 12 días. Advirtió que no permitirá desmanes y que se implementará «todo un dispositivo para evitar el cierre de vías, para que impere la ley porque el cierre de vías y el obstáculo al libre tránsito de personas y mercaderías está prohibido en la ley».

La medida de fuerza convocada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la principal central obrera del país, la Unión Nacional de Educadores (UNE) y la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE), entre otras, afectan a cinco de las 24 provincias del país, entre ellas la de Pichincha, cuya capital es Quito.

Se produce a solo cinco meses de la asunción de Lasso, y reúne reclamos variados como la alta criminalidad y las masacres carcelarias, con más de 2.000 muertos; la revelación de los Pandora Papers donde quedaron expuestas las cuentas offshore del presidente, y el aumento de los precios de los combustibles.

«Esta convocatoria la hemos hecho para rechazar todo lo que está imponiendo el gobierno nacional. No se acogen las propuestas, el diálogo de las organizaciones sociales, de las organizaciones indígenas», agregó Julio César Pilalumbo, uno de los dirigentes la extensa comunidad indígena, que representa un 7,4% de los 17,7 millones de habitantes de Ecuador.

«El problema es cuando no se escucha. Lógicamente el Gobierno pone a policías, a militares. Ahí vienen las confrontaciones», advirtió el presidente de la Conaie, Leonidas Iza, abierto opositor a Lasso, a quien propone fijar y congelar los precios en 1,50 dólares para el diésel y dos dólares para la gasolina corriente.

El Gobierno no suspendió hasta ahora las libertades a manifestarse o reunirse, pese a estar facultado a hacerlo bajo la figura de emergencia declarada en todo Ecuador, situado entre Colombia y Perú, los mayores productores mundiales de cocaína. 

Las protestas, que apuntan a ser las más nutridas desde que Lasso asumió el poder en mayo, se dan bajo el estado de excepción por 60 días decretado hace una semana, que dispuso la presencia de militares en las calles para apoyar a policías en el combate contra la criminalidad.