Fuerzas israelíes redoblaron sus bombardeos en la segunda mayor ciudad de la Franja de Gaza y combatieron a milicianos del grupo islamista Hamas en sus cercanías, tras ampliar su ofensiva a partes del sur del enclave donde se refugian decenas de miles de civiles palestinos.

La ONU advirtió de «un escenario aún más infernal» para los civiles atrapados y dijo que era «imposible» implementar las zonas seguras definidas por Israel en la Franja de Gaza para que los palestinos no combatientes puedan refugiarse y escapar de los enfrentamientos.

Tanques, blindados y máquinas para remover obstáculos israelíes fueron vistos el lunes cerca de la sureña Khan Yunis, la segunda ciudad más grande de la Franja, que está repleta de civiles que huyeron de sus casas más al norte al inicio de la escalada.

En tanto, la ONU advirtió que los civiles del territorio densamente poblado, de 2,3 millones de habitantes, se están quedando sin sitios a donde huir.

«Ningún lugar es seguro en Gaza y no hay a dónde ir», afirmó Lynn Hastings, coordinadora humanitaria de la ONU para los territorios palestinos.

«Un escenario aún más infernal está por ocurrir, uno en el que las operaciones humanitarias podrían no ser capaces de responder», indicó Hastings en un comunicado.

James Elder, portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que acaba de pasar varios días en el territorio palestino, rechazó hoy la idea de Israel de designar «zonas seguras» hacia donde insta a los civiles a desplazarse.

«Estas zonas no pueden ser seguras ni humanitarias cuando se declaran de manera unilateral», dijo Elder a periodistas en Ginebra, Suiza.

Estas áreas «no son científicas, no son racionales, no son posibles», agregó.

Casi 15.900 palestinos, el 70% de ellos mujeres y niños, murieron desde el inicio de los bombardeos israelíes el 7 de octubre en la Franja de Gaza.

Más de 1,9 millones de palestinos -el 80% de la población de Gaza- tuvieron que abandonar sus hogares por las hostilidades, según la ONU, que alberga a cientos de miles de ellos en sus instalaciones en el enclave.

En Rafah, cerca de la frontera con Egipto, el poblador Abu Jahar al-Hajj contó que un bombardeo aéreo cerca de su casa se sintió «como un terremoto».

«Trozos de hormigón comenzaron a caernos encima», relató a AFP.

En Deir al-Balah, más al norte, la palestina Walaa Abu Libda se refugió en un hospital pero dijo que su hija de cuatro años permanecía atrapada en los escombros.

«No sé si está muerta o viva», expresó la desplazada Libda.

El jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, publicó el lunes en la red social X que Israel instó a esta entidad a retirar sus suministros de un «almacén médico en el sur de la Franja de Gaza en un plazo de 24 horas». Israel negó la afirmación de Tedros.

El ejército utiliza un complejo software de mapeo para seguir los movimientos de pobladores dentro de Gaza y emitir órdenes de evacuación

Estados Unidos, aliado clave de Israel, le advirtió de que debía hacer más para evitar las muertes civiles al trasladar sus operaciones al sur.

La agencia humanitaria de la ONU, la OCHA, cuestionó la utilidad de esa herramienta en una zona donde el acceso a las telecomunicaciones y la electricidad es esporádica.

El lunes, todos los servicios de telefonía móvil fueron suspendidos en Gaza «debido al corte de las principales rutas de fibra en el lado israelí», según el operador palestino Paltel.

Netblocks, el monitor mundial de redes, confirmó que los pobladores de Gaza enfrentan «una pérdida total de comunicaciones».

Los últimos combates se dieron tras el colapso de una tregua el pasado viernes, bajo la cual numerosos rehenes en manos de Hamas fueron liberados a cambio de prisioneros palestinos.

El Ejército israelí asegura que al menos 137 rehenes continúan en Gaza, pero Hamas descartó nuevas liberaciones mientras no se alcance un alto el fuego permanente.

Según el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, una de las causas del colapso de la tregua es que Hamas no quiere que los rehenes «hablen de lo que les ocurrió durante su tiempo» de cautiverio.