Acorralados por el avance de la ofensiva militar contra Mosul y en plena retirada, integrantes del Estado Islámico ejecutaron a 52 jóvenes en un colegio público situado en el este de la ciudad, un día después de que las tropas iraquíes entraran en la urbe por el frente oriental.

Si bien la mayoría de los combatientes del grupo yihadista se fueron de la zona oriental de Mosul ante el avance iraquí, los yihadistas que en las últimas semanas incrementaron el asesinato de civiles y de antiguos miembros de las fuerzas de seguridad, este miércoles se tomaron revancha y acribillaron a medio centenar de «antiguos efectivos de las fuerzas de seguridad», según dijo Al Musali, perteneciente a los llamados Caballeros de Mosul, un grupo de vecinos armados que resisten al EI.

De acuerdo con Musali, el EI amenazó por altavoz atacar las casas de aquellos residentes de los barrios del este -Al Jadraa, Al Samah, Al Karama y Al Qudis- que no fueran al colegio Meca con sus pertenencias y documentación personal. Cientos de jóvenes fueron, y en el patio del establecimiento fue perpetrada la ejecución.

De nada sirvió haber mostrado su «arrepentimiento» ante el EI por su antigua profesión, la balacera les quitó la vida de la misma forma que ocurrió el 27 de octubre pasado con otro medio centenar de antiguos soldados. Tampoco los salvó el pedido de las fuerzas de seguridad iraquíes para que los habitantes de los barrios orientales permanezcan en sus hogares y no hagan caso a los llamamientos del EI.

Por otro lado, en Gogjali, un barrio dentro de los límites de Mosul, los iraquíes activaron el «toque de queda» para que la gente no salga de sus casas, tras la avanzada de ayer. «Tememos que los milicianos de Daesh (acrónimo usado en árabe para referirse a EI) ataquen a nuestras fuerzas o a la ciudad con morteros”, apuntó Abdul Ghani al Asadi, el principal comandante de las fuerzas regulares. «Por su propia seguridad, le pedimos a la gente que se quede en sus casas”, remarcó.

Hoy las fuerzas iraquíes, que consolidan su paso firma en el sector oriental de Mosul, están revisando casa por casa en Gogjali, donde especialistas buscan explosivos y trampas dejadas por los extremistas en su huida.

Ellos ya hablan de «un colapso» de los yihadistas, que huyen hacia los barrios ubicados en la orilla occidental del río Tigris, donde ya se encuentran varios de los familiares de los miembros del EI.

Así lo confirmó a la agencia de noticias EFE el jefe de seguridad de la provincia de Nínive, Mohamed al Bayati, quien aseguró que las tropas «están preparadas para hacerse con el control total» de las áreas próximas a la ribera oriental del Tigris. Y observó que los yihadistas están «desconcertados por el avance de las fuerzas de seguridad, la pérdida de varias zonas que controlaban y por su incapacidad de parar a las tropas”.

En tanto, las milicias chiitas Multitud Popular anunciaron la liberación de 46 villas en el sudoeste de Mosul, como parte de la ofensiva contra EI. Sin embargo, este avance de las operaciones sobre el terreno se ve ralentizado por la presencia de civiles. La ONU denunció ayer que el EI intentó trasladar el lunes pasado a 25.000 civiles desde una comarca del sur de Mosul al centro de la ciudad para usarlos como escudos humanos.

Los civiles fueron llevados en «miles de vehículos», desde camiones hasta furgonetas, precisó la vocera de la Oficina de la ONU de Derechos Humanos, Ravina Shamdasani. Sin embargo, la mayoría de los automotores no consiguieron llegar a su destino debido a que había aviones de la coalición militar que apoya a Irak que patrullaban la zona y que los obligaron a retornar a la comarca de Hammam al Ali, de donde habían partido. Shamdasani no descartó la posibilidad de que esa gente pudiera ser utilizada como “escudos humanos” en las «posiciones terroristas», mientras que avanzan las fuerzas iraquíes en la ciudad iraquí que cayó en manos del EI en junio de 2014.

Según la funcionaria de la ONU, ISIS pretende poblar la zona con civiles, en un intento por “frustrar” la operación lanzada en su contra. Hoy también se conocieron las cifras de los miembros yihadistas caídos en manos de las tropas de Irak.

De acuerdo a Al Bayati, en los hospitales de Mosul hay al menos 187 cadáveres. Otros 272 insurgentes se encuentran heridos, muchos de ellos en estado grave y con pocas perspectivas de salvar la vida debido a la falta de medios en los centros médicos para curarlos, según el jefe de seguridad. Ayer, las fuerzas iraquíes irrumpieron en Mosul desde el frente oriental, y se situaron en el barrio periférico de Kukyeli, considerado la puerta de entrada a la «capital» del EI en Irak.

Pocas horas después de penetrar en Kukyeli, las tropas recuperaron el control del edificio de la televisión local de Mosul, lo cual representa una victoria simbólica para las tropas y les permite continuar hacia el distrito de Al Qudis.

La campaña militar para arrebatar al EI los territorios que aún controla en la provincia de Nínive fue lanzada el pasado 17 de octubre por las tropas iraquíes y las kurdas peshmergas, y recientemente se sumaron a la batalla las milicias chiíes Multitud Popular.