Un nuevo apagón masivo sumió a Venezuela en la oscuridad en la noche del 25 de marzo. el gobierno difundió fotografías de un ataque en la principal central hidroeléctrica del país y acusó a un grupo no identificado de «criminales que generaron un incendio en el patio de 765 kva de Guri con la intención aviesa de dañar de modo definitivo la generación y transmisión de la carga», denunció el ministro de comunicación, Jorge Rodríguez en su red social.

Luego, y también por Twitter, mostró el operativo para restituir el fluido eléctrico.

Es el segundo gran ataque que denuncia el gobierno bolivariano, que el 7 de marzo debió enfrentar otro corte de varios días hasta que pudo restaurar las conexiones.  Desde la ofensiva contra la presidencia de Nicolás Maduro, que se intensificó desde que enero el diputado Juan Guaidó se autoproclamó presidente interino, un grupo de naciones con el libreto dictado desde Washington tratan de derrocar al mandatario chavista y provocar un cambio de régimen.

En ese marco, el apagón de principios de mes es visto como parta de la estrategia diseñada por el enviado de Donald Trump, Elliot Abrams, para socavar la base de apoyo a Maduro, que es una parte sustancial de la sociedad y las Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).

De allí que Guaidó se apurara a declarar en la mañana del martes que  "¿Cómo pretenden seguir repitiendo las excusas de la "guerra eléctrica" y el sabotaje? Son mentirosos y corruptos". Estuvo muy activo en la red el hombre que desde el 23 de enero espera la posibilidad e ingresar al Palacio de Miraflores con una banda presidencial.

La situación venezolana, que tensa los nervios de quienes apostaban a una pronta resolución en favor de los intereses estadounidenses, entre ellos los gobiernos de derecha sudamericanos -el de Mauricio Macri en primer lugar- amenaza con extenderse habida cuenta de que en favor de Maduro se manifestaron reiteradamente sus pares de Rusia y China.

"Los intentos de Washington de organizar un golpe de Estado en Venezuela están violando la Carta de la ONU", insistió el canciller de Vladimir Putin, Sergei Lavrov. Fue tras un encuentro con el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo. El hombre de Donald Trump, a su turno, enfatizó que no se quedarán "de brazos cruzados mientras Rusia exacerba las tensiones en Venezuela".

El otro halcón del gabinete de Trump,  el consejero en Seguridad Nacional John Bolton había dicho que "Estados Unidos no tolerará la injerencia de potencias militares extranjeras hostiles en los objetivos compartidos del hemisferio occidental". Hablaba en relación con dos aviones de Rusia que llegaron el sábado al país caribeño. Pero es bueno recordar que por hemisferio occidental la Casa Blanca entiende al continente americano.

Por esa razón, el otro de los grandes jugadores internacionales, China plantó bandera en el debate. "América Latina no es propiedad de ningún país ni tampoco es el patio trasero de ningún Estado", dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Geng Shuang en una conferencia de prensa en Beijing.