El regulador ruso de las telecomunicaciones anunció este jueves que prohibió a Google hacer publicidad en Rusia, luego de acusar a su plataforma de videos YouTube de difundir falsas informaciones sobre las fuerzas rusas en Ucrania.

“YouTube se convirtió en una plataforma clave para la difusión de noticias falsas sobre la operación militar especial en el territorio de Ucrania, desacreditando a las fuerzas armadas rusas”, indicó el regulador ruso Roskomnadzor.

El organismo reprochó también al sitio de videos publicar contenidos de «extremistas» ucranianos.

El regulador acusó además a Google de censurar a los medios estatales rusos, cuyos canales YouTube fueron cerrados.

En consecuencia, Google ya no tendrá derecho a «hacer publicidad de Google LLC» y de sus plataformas en Rusia, dijo.

Por otra parte, los motores de búsqueda rusos deberán indicar que Google y sus filiales violan la ley rusa cuando se efectúa una búsqueda de sus nombres.

Rusia acusó a Ucrania de cambiar las propuestas en las negociaciones

Rusia acusó este jueves a Ucrania de haber modificado algunas de sus propias propuestas que fueron realizadas durante las negociaciones mantenidas a fines de marzo en Estambul pero aclaró su disposición a seguir negociando, mientras los delegados de Kiev reclamaron que si el Gobierno de Vladimir Putin quiere demostrar esa voluntad de diálogo debe reducir las hostilidades.

El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, deslizó en un video que con esos cambios de opinión Ucrania busca que las negociaciones «se alarguen o fracasen» y acusó a las autoridades ucranianas de estar «controladas por Washington y sus aliados».

Una vez conocida la posición rusa, desde Ucrania respondieron que “si Rusia quiere mostrar que está dispuesto al diálogo, debe reducir su hostilidad”, según declaró en Twitter Mijail Podoliak, integrante de la delegación ucraniana en las conversaciones.

«Esta incapacidad de encontrar una vez más un acuerdo negociado muestra las verdaderas intenciones de Kiev, que parece obrar para que las negociaciones se alarguen o fracasen», afirmó Lavrov en su envió audiovisual, según citó la agencia de noticias AFP.

«A pesar de todas las provocaciones, la delegación rusa continuará con el proceso de negociaciones», añadió, y afirmó que Rusia también insistirá en su proyecto de acuerdo con Ucrania que recoge todas las demandas iniciales de Moscú.

La reciente ronda de negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania se celebró el 29 de marzo en la ciudad turca de Estambul a puerta cerrada y duró alrededor de tres horas, puntualizó la agencia de noticias Sputnik.

Quinto paquete de sanciones contra Rusia

Estados Unidos y los países de la Unión Europea anunciaron un nuevo paquete de sanciones contra Rusia por su invasión a Ucrania. Las medidas alcanzan a las dos hijas del presidente ruso Vladimir Putin, Maria y Katarina. Mientras tanto los líderes europeos buscan terminar con la dependencia energética de sus países con Moscú.

Washington anunció que la nueva batería de sanciones contra Moscú contiene “medidas económicas devastadoras” y precisó que una de las principales instituciones bancarias y varias empresas estatales recibirán las más severas sanciones financieras. La Casa Blanca además informó que funcionarios del gobierno ruso y sus familiares también están contemplados en las medidas que buscan castigar a Rusia por la invasión a Ucrania.

Las sanciones fueron adoptadas junto a los países que integran el G7 y la Unión Europea (UE). El paquete tiene previsto el bloqueo total de los activos de la mayor institución financiera rusa, Sberbank, y el Alfa Bank en Estados Unidos, su principal banco privado. A su vez, los ciudadanos estadounidenses tienen prohibido hacer negocios con ambas entidades. En los próximos días, el presidente Joe Biden firmará una orden ejecutiva para restringir las nuevas inversiones en Rusia para los estadounidenses, sin importar el país donde se encuentren. Desde la casa de gobierno de Biden precisaron que la medida busca que Rusia esté más aislada de la economía mundial y tuvo el respaldo de más de 600 empresas multinacionales que decidieron abandonar el mercado ruso.