Las similitudes entre el gobierno conservador de la Comunidad de Madrid y el de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires son tantas que al leer las noticias de uno y otro distrito –los más ricos de España y Argentina, respectivamente– habría que pellizcarse para saber dónde se está. Sin ir más lejos, hace algunas semanas, la presidenta de esa región española, Isabel Díaz Ayuso, salió de punta contra un proyecto del gobierno central del PSOE-Unidas Podemos para aplicar un impuesto a las grandes fortunas al que calificó de «populismo fiscal» y como base de su argumentación dijo: «Me niego a que el peronismo arruine el motor económico de España». Horacio Rodríguez Larreta no lo hubiese dicho mejor.

En las mismas semanas en que el personal de salud porteño encaraba un plan de lucha en demanda de salarios y condiciones laborales para los residentes, la mandataria madrileña del PP enfrentaba demandas de una salud pública «de calidad» y contra los recortes presupuestarios que vienen reduciendo paulatinamente los servicios de atención.

El domingo pasado, más de 200.000 ciudadanos salieron a las calles madrileñas para expresar su voluntad de luchar «contra los planes de destruir los servicios de atención primaria». Los organizadores –la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), los sindicatos CC.OO., UGT, CSIT Unión Profesional, Satse y Amyts, partidos de izquierda y el PSOE– elevaron esa cifra a 650.000 personas. Entre ellas se destacó el cineasta Pedro Almodóvar.

«Esto no es una manifestación política, esto nos afecta a todos y esto afecta más a las clases más vulnerables. La sanidad pública es un derecho fundacional que tenemos los españoles, y que lo dice la Constitución», señaló el director de Tacones lejanos, La piel que habito y Madres paralelas, entre otras películas, quien lucía una remera con la inscripción «Sanidad Pública» dentro de un corazón verde.

Los datos fríos indican que en la Comunidad de Madrid –que incluye a la capital y su área metrtopolitana– la inversión en sanidad pública se sitúa en penúltimo lugar de las 17 regiones españolas, según el informe del Ministerio de Sanidad correspondiente a 2020. «Es la comunidad autónoma con menos médicos y enfermeras por habitante», apuntó Félix Bolaños, ministro de la Presidencia de Pedro Sánchez. En ese contexto, los reclamos vienen de lejos pero se exacerbaron con los sucesivos recortes y la disminución de profesionales en Atención Primaria encarados por el gobierno comunitario que, según denuncian, provocaron «un aumento constante de listas de espera en consultas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas, despidos y precariedad laboral de los profesionales».

Un acuerdo de la administración madrileña con el comité de huelga de los medios de urgencias decomprimió algo la situación, aunque recibió críticas de los gremios porque consideran que recoge «un plan de mínimos» que aún son insuficientes. En Buenos Aires, los médicos lograron un mínimo de 200.000 pesos para los residentes.