En Estados Unidos no faltan boletas, pero hay quejas por la ausencia de lapiceras para marcar el casillero del candidato elegido. También hay filas largas para poder votar. Algunos centros de votación llegan a tener más de una hora de demora. Más allá de esas dificultades, no hay en esta jornada incidentes graves en los comicios para elegir al sucesor de Barack Obama.

La candidata demócrata, Hillary Clinton, y su rival, el republicano Donald Trump, ya votaron. Ambos lo hicieron en el estado de Nueva York: él en Manhattan y ella en Chappaqua, una pequeña localidad ubicada unos 48 kilómetros al norte de la Gran Manzana. Para el republicano, votar en uno de los principales bastiones demócratas no fue fácil y fue abucheado por personas que estaban en la fila.

También tuvo un traspié Eric Trump, hijo del magnate, quien subió a Twitter una foto de su boleta. Orgulloso de votar a su padre, olvidó que en Nueva York es ilegal tomar imágenes en el centro de votación. Debió borrar su tuit.

En la ciudad de Nueva York, donde ambos candidatos estarán esta noche aguardando los resultados de la elección, hay un fuerte operativo de seguridad con helicópteros y unos 5.000 efectivos, según aseguró el Departamento de Policía de la ciudad.

Hasta ahora, el monitoreo del proceso electoral ha registrado pocos inconvenientes: máquinas de voto electrónico rotas, algo que sucede con frecuencia, y escáneres que no funcionan. Estos problemas fueron reportados en Nueva York, Illinois, Carolina del Norte, Kentucky, Texas y Ohio, según el proyecto Electionland de ProPublica.

La mayor parte de los incidentes están relacionados con un error administrativo y, en ese caso, el proceso electoral estadounidense contempla la posibilidad de emitir el voto con una boleta provisional.

Sin embargo, la campaña de Trump denunció hoy supuestas irregularidades en un centro de voto anticipado del estado de Nevada. El equipo del candidato republicano advirtió que el sitio estuvo abierto la semana pasada por más tiempo del permitido.

En forma anticipada ya votaron unos 46 millones de personas y se espera que, a lo largo del día, otros 90 millones acudan a los centros de votación. Como es día laborable, la mayor parte de los votantes elige ir temprano, antes de comenzar sus actividades, o después del trabajo. En las ciudades grandes, como Nueva York o Chicago, eso significa que las filas continuarán.