Thierry Meyssan es francés pero tiene algo así como la entrada prohibida en su país natal luego de que en 2008 mostró pruebas de que el entonces presidente galo, Nicolas Sarkozy, es agente de la CIA. El gobernante derechista le inició una causa y ordenó bajar de los servidores radicados en ese país al sitio de la Red Voltaire, una organización donde desde 1994 intelectuales y periodistas de todo el mundo publican información con un perspectiva contrahegemónica. Desde ese momento, Meyssan vive en Damasco y el portal tuvo también que exiliarse para seguir estando disponible para los casi 1,2 millones de visitantes mensuales que tiene en todo el mundo, según Google analytics.

De paso por Buenos Aires, Meyssan alertó sobre los riesgos de una intervención militar en Venezuela en el marco de una nueva estrategia del Pentágono de destruir la mitad del mundo para imponerse como el gendarme que garantice el desarrollo para los países ricos a expensas de los que tienen los recursos pero no el poder para defenderse. Y fue lapidario en su caracterización de lo que es hoy el terrorismo. “Es una técnica militar. Suena mal, pero es así”. En una charla que brindó ante un grupo de periodistas en la sede de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, desmenuzó su idea de lo que implica esta definición en estos momentos del mundo. Al tiempo que da una visión de lo que implica Donald Trump para Estados Unidos como parte de la tradición si se quiere bipolar de esa nación.

“Durante la guerra fría, el terrorismo era un instrumento de negociación entre los dos bloques. Los atentados ocultaban errores importantes o cuestiones que debían ser objeto de negociación. A partir del 11 de setiembre de 2001 se trata de algo muy distinto. Porque el ataque a las Torres Gemelas produjo un choque en la opinión pública que hizo posible una serie de medidas de vigilancia”, dijo Meyssan, para luego recomendar que quien quiera analizar cada acto terrorista fijarse bien quiénes son las potencias que están detrás.

Es así que el experto francés -autor de, entre otros libros de investigación, de La Gran Impostura, donde atribuye los atentados contra las Torres Gemelas y el edificio del Pentágono a una parte del complejo militar-industrial de Estados Unidos- señala que grupos manipulados por los servicios británicos fogonearon la llamada Primavera Árabe que comenzaron a surgir en 2010 en el norte de África y el Medio Oriente.

“Los Hermanos Musulmanes fue una suerte de logia creada contra los británicos en 1928 en Egipto que fue desarticulada en la Segunda Guerra Mundial tras una serie de atentados y sus dirigentes detenidos”. De acuerdo a Meyssan, los británicos, “que tienen una larga experiencia en manipulación de sectas y de grupos violentos”, desde su servicio de inteligencia exterior, el MI6, lograron reconstituir al grupo pero ahora digitado por sus agentes. “Fue algo bastante astuto porque pueden referirse al fundador y a su pasado de lucha antibritánica pero están trabajando para los británicos”. El punto crucial ocurrió cuando fueron expulsados de Egipto y terminaron trasladando su sede a Londres, donde estaban los dirigentes políticos y militares pero también quienes los financiaban. “En broma se hablaba de Londonistán”, recuerda Meyssan.

Según documentos que el francés explica en alguna de sus publicaciones prontas a salir en su versión en castellano, desde 1977 el MI6 pasó el ”control” de los Hermanos Musulmanes a la CIA, y el grupo comienza a luchas contra la Unión Soviética acosando al gobierno de Afganistán de aquella época. Así se explica que la URSS interviniera en lo que terminó siendo el Vietnam de los soviéticos. Los Hermanos también fueron claves para aportar la ideología que sirvió de base para la separación de Pakistán y luego Bangladesh.

También, asegura el creador de la Red Voltaire, los Hermanos fueron claves en la guerra de Bosnia Herzegovina, en los 90, que para los medios hegemónicos se trató de una guerra entre musulmanes (Bosnia), católicos (Croacia) y ortodoxos rusos (Serbia). Pero la gran operación, señala, fue la “invención” de las Primavera Árabe, que no hizo sino dejar a países como Libia destruidos y en manos de ex terroristas como Abdelhakim Belhaj, gobernador ahora en Trípoli pero sospechoso en los atentados en la estación de trenes de Atocha, en Madrid, en 2004.

¿Cuál sería el sentido oculto de estas políticas que terminaron por destruir Libia y gran parte de Siria? Para Meyssan se trata de una estrategia del Pentágono que desde 2004 viene alertanto a raíz de la publicación de un libro de Thomas P.M. Barnett, The Pentagon´s New Map, donde queda claro que los militares reconocen que esa potencia no podrá dominar al resto del mundo pero que sí tiene poderío como para destruir a quienes se le opongan. “La idea es que EEUU van a poder vivir sin necesidad de trabajar, extorsionando a los estados ricos, necesitados de petróleo y materia prima, que para ir a abastecerse a los estados pobres van a tener que pagarle primero a EEUU”. El precio, de acuerdo a esta perspectiva, es la destrucción de la mitad del planeta, lo que se muestra en documentos del Pentágono revelados por Barnett, que fuera asesor del almirante estadounidense Arthur K. Cebrowski .

¿Qué puede esperar América Latina ante este panorama? Tanto Argentina como Brasil y México aparecen catalogados como países a los que salvar de la hecatombre, aunque con gobiernos «amigos». El resto, formaría parte de ese trozo de mundo destinado a ser solamente proveedor de materia prima y por lo tanto a destruir.  «El proyecto del Pentágono es comenzar la intervención por Venezuela y desde el Noroeste del continente seguir por América Central y el Caribe».

Una mirada sobre Trump

Meyssan suena bastante polémico cuando explica lo que Donald Trump significa para el mundo actual y específicamente para Estados Unidos. “Hay en la historia de ese país dos fuentes primitivas de su formación. Los puritanos que llegaron desde el Reino Unido con la intención de instaurar una nueva Jerusalén, y los que procedían de Europa del Norte”. Los primeros desde que pisaron suelo estadounidense mostraron a qué venían: las mujeres tenían que usar velo, los homosexuales eran castigados a latigazos. “Tenían el mismo discurso del Israel actual y el modo de vida de los wahabitas”, dice el experto galo. De allí que esa familiaridad y fraternidad con la versión musulmana predominante en Arabia Saudita.

Pero hay más. La constitución federalista, detalla el periodista, fue elaborada por los puritanos pero los que pelearon en la guerra de la independencia no se quedaron conformes con lo que indicaba esa Carta Magna.”Para complacerlos, agregan las diez primeras enmiendas constitucionales”. Se trata de un paquete aprobado en bloque en setiembre de 1789 y que protege las libertades civiles y el derecho a portar armas, entre las más conocidas. Son esas precisamente las enmiendas que quedaron suspendidas exactamente 312 años después, en 2001, con la Ley Patriótica que se apuró a imponer George W. Bush y nadie desde entonces osó revisar.

¿Qué se propone Trump? Si los Bush son descendientes directos de los peregrinos que llegaron a Norteamérica en 1620, en el mítico Myflower, los Trump tiene su origen, como Drumpf, en Alemania. “El objetivo de Trump es proteger el punto de vista de los europeos sacrificados por la Patriot Act”. Para Meyssan, esto tiene dos consecuencias, una buena y una mala, como es de esperar. La buena es que según el investigador, “Trump es contrario al imperialismo estadounidense y quiere volver a la república”. Lo malo es que al mismo tiempo el actual presidente rechaza todo lo que sea hispano. Eso explica su encono contra los mexicanos y que desde su llegada a la Casa Blanca, la página web de la presidencia solo esté en inglés. “Si los mexicanos quieren vivir en EEUU, deben aprender la lengua inglesa y la historia de Estados Unidos”, sostiene Meyssan.