El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, intentaba cerrar este fin de semana los diferendos que le enfrentan a los dirigentes de su partido, en un momento difícil de su campaña.

Trump se decidió finalmente el viernes a dar su apoyo al presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, para la primaria del martes en Wisconsin (norte), de cara a las legislativas de noviembre.

Ponía fin así a la fría relación con Ryan, figura clave del partido, que amenazaba la frágil tregua que habían logrado en junio en nombre de la unidad republicana.

«En nuestra misión compartida de hacer a Estados Unidos grande otra vez, apoyo y respaldo a nuestro presidente de la Cámara Baja, Paul Ryan», dijo Trump en Green Bay, Wisconsin. «Necesitamos unidad. Debemos ganar esta elección».

Tras más de una semana de polémicas, Trump intenta imponer disciplina en su campaña y concentrar sus disparos contra la única figura realmente capaz de unificar a la derecha estadounidense: Hillary Clinton.

Trump afirmó en Iowa que la candidata demócrata es una «mentirosa patológica» por el caso de la mensajería privada que utilizó cuando era secretaria de Estado, y afirmó que «no está lejos de ser una desequilibrada».

Si la candidata demócrata gana las presidenciales de noviembre, «eso provocará, en mi opinión, la destrucción de este país desde el interior», insistió Trump.

Pero Clinton avanza con fuerza en los sondeos desde hace una semana. A nivel nacional cuenta con un 47% de intención de voto, frente a 40% para el republicano, según el sitio Real Clear Politics, cuando la semana pasada estaban igualados.

POLÉMICAS. Trump había provocado una tormenta entre los republicanos el martes, cuando declaró al Washington Post que no estaba preparado para apoyar a Ryan, que se enfrenta a un conservador disidente poco conocido en su circunscripción.

El magnate inmobiliario también dio su apoyo el viernes a John McCain al senador de Arizona, y a la senadora de New Hampshire Kelly Ayotte. Ambos habían criticado las declaraciones de Trump sobre el matrimonio Khan.

Khizr Khan, padre del capitán del ejército Humayun Khan, que abatido en Irak en 2004, atacó a Trump en la Convención Demócrata que nominó formalmente a Hillary Clinton. Pero el tono de la réplica de Trump a los Khan chocó a los estadounidenses, que consideran que los padres de los soldados caídos en combate merecen más respeto.

A Trump también lo atacó el viernes Michael Morell, exsubdirector de la CIA (2010-2013), en una columna de opinión en The New York Times en la que anunció que votaría a Clinton, considerando que Trump no tiene ninguna de las cualidades necesarias para ser comandante de las Fuerzas Armadas.

También afirmó que el presidente ruso, Vladimir «Putin, explota las debilidades de Trump haciéndole cumplidos». «En los servicios de inteligencia diríamos que Putin ha reclutado a Trump como agente involuntario de la Federación Rusa».

Su nombre se une así a la lista de exresponsables gubernamentales en el terreno de la seguridad nacional que criticaron a Trump y que, en algunos casos, llamaron a votar a Clinton.

Aunque el efecto de estas denuncias en el gran público aún está por verse, ilustran la creciente preocupación de una parte de la clase dirigente respecto a Trump.