El expresidente de Estados Unidos Donald Trump tiene previsto viajar hoy desde su residencia de Florida hasta Nueva York, donde mañana se convertirá en el primer exmandatario en declarar ante un tribunal como imputado por el pago para comprar el silencio de una actriz porno durante la campaña electoral de 2016.

Un gran jurado inculpó la semana pasada al multimillonario de 76 años por delitos relacionados con un pago para comprar el silencio de la actriz porno Stephanie Clifford, conocida como Stormy Daniels, durante la campaña electoral que lo llevó a ocupar durante cuatro años la Casa Blanca.

El exmandatario republicano, que ya lanzó su campaña presidencial para las elecciones de 2024, dejará este lunes a mediodía su mansión Mar-a-Lago, en Florida, hacia su ciudad natal, según indicó en la red Truth Social, reportó la agencia de noticias AFP. «Iré a un tribunal, lo crean o no. ¡No se suponía que Estados Unidos fuera así!», escribió Trump. «El fiscal corrupto no tiene caso», dijo sobre el hombre que lleva el proceso en su contra. «Lo que sí tiene es una jurisdicción donde es IMPOSIBLE que yo tenga un Juicio Justo», añadió.

La comparecencia de Trump

Como parte de su comparecencia, Trump se someterá mañana al procedimiento estándar de toma de huellas dactilares y fotografía, lo que probablemente dará lugar a una de las fotos de ficha policial más famosas de la era moderna. Trump, que tiene previsto dar un discurso el miércoles a las 20:15 (21:15 de Argentina) a su regreso a Florida, tachó el proceso judicial de «caza de brujas» y «persecución política», y arremetió contra el juez asignado para tomar su declaración.

A raíz de esta comparencia del magnate republicano, la policía de Nueva York está en alerta máxima ante la posibilidad de que se produzcan protestas callejeras de partidarios y detractores de Trump. El cuerpo ordenó que sus 36.000 agentes estén uniformados y listos para desplegarse, según ha informado NBC News citando fuentes oficiales. Una comparecencia es un ritual bien establecido, pero no existe un protocolo para la entrega de un expresidente a las autoridades judiciales. «Todo está en el aire», dijo el abogado de Trump, Joe Tacopina, en CNN el domingo.

El llamado «perp walk», en el que un acusado es escoltado esposado ante las cámaras de los medios de comunicación, es poco probable para un expresidente bajo la protección del Servicio Secreto. Pero el abogado prevé que la acusación tratará «de sacar cada onza de publicidad» que pueda con el caso. «Esperemos que esto sea lo menos doloroso y más elegante posible para una situación como esta», añadió.

Aunque los cargos específicos aún permanecen bajo secreto de sumario, el caso presentado por el fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, gira en torno a la investigación de los 130.000 dólares pagados a la estrella porno Stormy Daniels antes de las elecciones de 2016. El exabogado de Trump Michael Cohen testificó ante el Congreso que organizó el pago a Daniels a cambio de su silencio sobre un encuentro que dice haber mantenido con el multimillonario en 2006.

Trump, que ya estaba casado con su esposa Melania en ese momento, niega haber tenido esa relación. Pero el caso Daniels no es la única investigación que amenazan al expresidente ultraconservador. Un fiscal independiente está investigando el posible papel que desempeñó Trump en la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio estadounidense, así como su manejo y custodia de documentos clasificados tras abandonar la Casa Blanca.

En el estado de Georgia, es objeto de una investigación por presionar a funcionarios para anular la victoria de Joe Biden allí en 2020, con una llamada telefónica grabada en la que pedía al secretario de Estado que «encontrara» suficientes votos para revertir el resultado. Biden, consciente de que cualquier declaración suya podría alimentar las quejas de Trump sobre un sistema judicial políticamente «instrumentalizado», es uno de los pocos demócratas que guardan silencio sobre la acusación de su rival político.

La mayoría de los republicanos se posicionaron en torno al expresidente, incluido su probable gran rival en las primarias presidenciales del partido, el gobernador de Florida Ron DeSantis, quien calificó la acusación de «antiestadounidense». Pero otros miembros del partido mostraron su preocupación ante la perspectiva de que un presidente que sobrevivió a dos procesos de destitución en el Congreso y se enfrenta a varias investigaciones busque la nominación del partido.

El exgobernador de Arkansas Asa Hutchinson, que anunció el domingo que se postula para ser el candidato presidencial republicano, cuestionó abiertamente esa estrategia e instó a Trump a abandonar la carrera. «Sí creo que es demasiado espectáculo secundario y distracción, y él necesita poder concentrarse en su debido proceso», dijo Hutchinson. «El cargo siempre es más importante que la persona».