El candidato presidencial republicano Donald Trump hizo hoy campaña en territorios tradicionalmente demócratas para mantener viva su esperanza de llegar a la Casa Blanca, apoyado en un explosivo sondeo que lo sitúa por delante de Hillary Clinton.

A su vez, Clinton retornó a hacer campaña en el estado de Florida, un territorio considerado fundamental para ganar las elecciones y donde los sondeos indican una disputa extremadamente ajustada con Trump.

Diversos modelos matemáticos utilizados para prever el resultado de las elecciones del 8 de noviembre aún le atribuyen a la exsecretaria de Estado el favoritismo general, aunque por un margen cada vez más estrecho.

El sitio web especializado FiveThirtyEight indicó este martes que las probabilidades de una victoria de Clinton son de 73,6%, contra 26,3% para Trump, pero hace dos semanas esa diferencia era de 88,1% contra 11,9%.

De igual forma, The New York Times atribuye a Clinton probabilidades del 88% de ganar la Casa Blanca, contra 12% para Trump, aunque hace una semana la ventaja era de 93% a 7%.

Pero Trump recibió este martes una inesperada inyección de optimismo: un sondeo de la cadena ABC y el diario The Washington Post lo coloca por delante por apenas un punto porcentual, una ventaja inferior al margen de error de 2,5%, pero que refleja una nueva tendencia.

Más que la ventaja marginal de Trump, el sondeo ABC/WP puso en evidencia un verdadero desplome de la confianza entre los electores de Clinton.

Según esta encuesta, el 53% de los electores de Trump se dice «muy entusiasmado» con su candidatura, contra apenas 43% entre los electores de Clinton.

Hace apenas una semana, ese «entusiasmo» entre los electores de Clinton era de 51%, de forma que el sondeo detectó un evidente enfriamiento entre sus seguidores.

«Wow, ahora lideramos la encuesta @ABC/@washingtonpost por 46 a 45. Hemos subido 12 puntos, la mayoría antes del escándalo de Hillary», escribió Trump en Twitter, al aludir a la reapertura de la investigación sobre la mensajería electrónica de Clinton cuando era secretaria de Estado, anunciada el viernes por el FBI.

De inmediato, el mercado financiero estadounidense acusó el golpe y cerró con baja de 0,7%, mientras que el índice de volatilidad Vix (llamado el «índice del pánico») se disparó a su nivel más elevado desde que el Reino Unido decidió separarse de Europa.

«El mercado estima el costo de una probabilidad más reducida de una victoria de Clinton, pero aún no llegó al punto de estimar el costo de una victoria de Trump», explicó Karthik Sankaran, del Eurasia Group.

A pesar del sondeo, Trump y su equipo de campaña saben que para llegar a la Casa Blanca precisan vencer en por lo menos uno de los estados tradicionalmente demócratas, como los dos que visitó este martes, Pensilvania y Wisconsin.

«Nuestro plan para los impuestos incluye un recorte de 35% para las familias de clase media que tengan dos hijos. La clase media no ha sido respetada, eso se los puedo decir», afirmó Trump durante su acto en la localidad de King of Prussia, en Pensilvania.

En caso de llegar a la Casa Blanca, dijo, convocará a una sesión especial del Congreso para abolir el sistema, conocido en Estados Unidos como ‘Obamacare’.

En tanto, Clinton visitó nuevamente Miami, donde retomó la retórica agresiva de meses atrás dirigida contra Trump.

En un acto en el condado de Dade, Clinton fue presentada por la venezolana-estadounidense Alicia Machado, ex Miss Universo, quien en el pasado fue llamada «cerdita» y «mucama» por Trump.

«Ésta es nuestra elección, latinos», dijo Machado.

En su mensaje a los electores, Clinton se mofó de Trump y de su retórica sexista. «¿Podemos tomarnos un minuto para reflexionar sobre el absurdo de que Donald Trump encuentre fallas en una Miss Universo?», preguntó.

«¿Y qué hay con nuestras hijas? ¿Qué pasa con su autoestima, con su autoconfianza?», continuó, alegando que en esta campaña Trump, al atacar mujeres, había «insultado a más de la mitad de la población».

Para la exsecretaria de Estado, no obstante, la campaña ingresa en la última semana tal como comenzó en abril de 2015: bajo una nube de sospechas por utilizar un servidor privado de correo electrónico cuando dirigía la diplomacia estadounidense entre 2009 y 2013.

Desde el viernes pasado, cuando el director del FBI reabrió las heridas sobre los correos de Clinton, su equipo de campaña ingresó en un clima febril, multiplicando sus intervenciones en los medios para capear el temporal.