El ex presidente Michel Temer fue puesto en libertad hoy por un camarista que consideró que no había razones para detenerlo con prisión preventiva, luego de haber sido arrestado en una causa por corrupción que está en su fase inicial de investigación.

El juez Antonio Athie, del tribunal Regional Federal de la Región 2, revirtió en forma cautelar la decisión tomada por el juez Marcelo Bretas, de la Operación Lava Jato en Río de Janeiro, al considerar que no había motivos para mantener la prisión de Temer bajo el argumento de que puede afectar el orden público y la causa judicial.

La decisión fue interpretada en el medio jurídico como un duro golpe a la Operación Lava Jato y a su doctrina de aplicar la prisión preventiva para luego hacer acuerdos de delación premiada, como ocurre desde 2014.

«No estoy en contra del Lava Jato, al contrario, también quiero ver libre de corrupción a nuestro país. Pero sin observar las garantías constitucionales y con violación de reglas no hay legitimidad en la lucha contra esa plaga», fustigó el camarista en su fallo.

La decisión estaba prevista para este miércoles, pero el camarista la adelantó explicando que no había legalidad en la decisión de Bretas.

Fue liberado, también, el ex ministro de Energía y de las privatizaciones del gobierno de Temer Wellington Moreira Franco, ex gobenrador de Rìo de Janeiro y otras cinco personas, entre ellas el ex policía Joao Baptista Lima, considerado por la Fiscalía como el testaferro de Temer durante las últimas cuatro décadas.

Temer fue alojado en una sala de la Policía Federal de Río de Janeiro tras haber sido detenido en Sao Paulo el jueves en el marco de la Operación Descontaminación lanzada en el marco de una investigación sobre un contrato de la constructora Engevix y la empresa de Lima en la estatal Electronuclear para construir la central nuclear Angra 3.

La Fiscalía y Bretas consideraron que hubo pago de sobornos desviados hacia Temer y al Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB).

Temer fue presidente de abril de 2016 hasta el 31 de diciembre pasado y asumió siendo vicepresidente luego de haber participado del movimiento que destituyó a Dilma Rousseff de la jefatura del Estado mediante un juicio político.

El dirigente fue el segundo ex presidente preso luego de que el 7 de abril fuera encarcelado por una condena confirmada en segunda instancia de 12 años y un mes de prisión Luiz Inácio Lula da Silva, en un caso juzgado por Sérgio Moro, quien hoy es ministro de Justicia del presidente Jair Bolsonaro y comanda a la Policía Federal.

Temer tiene nueve causas abiertas en la Justicia, que comenzó a investigarlo en las instancias inferiores luego de que perdiera los fueros al pasarle la banda a Bolsonaro.

Entre los procesos se encuentra uno de distribución de dinero ilegal confesado por un ex ejecutivo de Odebrecht, la constructora que comandó las delaciones premiadas ante el ex juez Sérgio Moro y que expandió el escándalo a varios países de América Latina, incluida la Argentina.

La detención, ilegal según el camarista, había sido interpretada como una revancha de Lava Jato contra la llamada ‘vieja política’ por los bolsonaristas. Es que el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema) le recortó los poderes especiales que tenía la Lava Jato en los últimos tiempos, mientras el ex juez Moro se encuentra en una dura puja con el yerno del apresado Moreira Franco, el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia.