Mientras la Organización de Estados Americanos prepara para este martes una reunión para discutir la «recomposición democrática» en Venezuela, un plan que incluiría al autoproclamado presidente encargado (el líder opositor Juan Guaidó), el gobierno de Nicolás Maduro acaba de lograr el espaldarazo de una organización internacional como la Cruz Roja que le permite recomponer el escenario interno.

Tras el, hasta ahora, fracaso político de la oposición, incluido el intento de ingresar mercaderías en concepto de ayuda humanitaria a través de las fronteras de países aliados con el antichavismo, Maduro cerró un acuerdo con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para incorporar medicamentos e insumos hospitalarios de alto nivel en el país. Según el gobierno bolivariano, el plan fue coordinado a través de las Naciones Unidas (ONU), el Comité Internacional de la Cruz Roja, la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Cruz Roja de Venezuela.

La primera fase de esta ayuda, que el chavismo se jacta de haber gestionado y pagado en forma «soberana», comenzó el pasado martes, luego de una visita de cinco días a Venezuela «cuyo objetivo fue consolidar la labor de la organización en torno a cuatro cuestiones humanitarias acuciantes para el país: migración, salud, agua y saneamiento, y detención», informó CICR.

Durante su estadía, el presidente de la Cruz Roja Internacional, Peter Maurer, mantuvo reuniones con Maduro y el canciller Jorge Arreaza. «La finalidad de esta visita fue confirmar y expresar la voluntad del CICR de intensificar sus actividades en favor de la población venezolana. Me satisface comprobar que las autoridades están dispuestas a trabajar con nosotros para atender las necesidades humanitarias que hemos identificado de forma consensuada», dijo Maurer.

El organismo internacional informó que «está intensificando sus actividades en Venezuela y ha triplicado su presupuesto, que pasó de 9 a 24,6 millones de francos suizos, aproximadamente. Veintiocho hospitales y ocho centros de atención primaria de la salud de Venezuela recibirán capacitación, agua y saneamiento, y material sanitario».

Maurer también viajó a Táchira, en la agitada frontera con Colombia, y a Bolívar, en la frontera con Brasil. «Conversó con miembros de la comunidad, migrantes, personas afectadas por la violencia armada, personal de salud y pacientes en tres hospitales», se informó.

El cargamento, explicaron fuentes gubernamentales, «incluye 14 plantas eléctricas, 14 transformadores, e insumos médicos necesarios para los hospitales del país que serán distribuidos en dos partes; la primera a los ocho hospitales y más de 30 ambulatorios que tiene la Cruz Roja en Venezuela y la otra mitad al sistema público nacional de Salud».

Al recibir el cargamento, el ministro del Poder Popular para la Salud, Carlos Alvarado, afirmó que «esta colaboración viene a suplir un poco el tema del bloqueo internacional que tenemos en la materia. Arriba el primer cargamento de Asistencia Técnica Humanitaria coordinada a través de la ONU y la Cruz Roja Internacional de adquisición de insumos de medicamentos y alimentos para los venezolanos y venezolanas».

El gobierno de Maduro niega que en su país haya una crisis humanitaria en la forma en que la plantea la oposición y sus aliados, pero en los últimos meses reconoce una «crisis» producto del «bloqueo» y la «guerra económica» que impide el ingreso de insumos básicos y medicamentos. «